Era curioso cómo, después de ""tanto"" tiempo, Lionel seguía siendo un espectro en su vida, una sombra que se negaba a desvanecerse del todo. Guillermo sabía que sería difícil sepultar su historia por completo, aunque lo intentara. A pesar de sus éxitos —por más insignificantes que le parecieran ahora— y de la fachada de fortaleza que había construido con tanto esfuerzo, el fantasma de lo que alguna vez tuvieron seguía siendo una herida abierta. Una cicatriz que nunca cicatrizaría del todo.
"¿Cuándo fue que todo salió mal?"
"¿Qué fue lo que hice mal?"
Esas preguntas resonaban en su mente como un eco constante, un mantra silencioso que lo atormentaba día tras día. Era algo que pensaba sin darse cuenta, un pensamiento que se infiltraba en los momentos más inesperados, carcomiéndolo por dentro. Había leído alguna vez que los Omegas podían morir de tristeza... ¿Sería eso lo que le esperaba? La idea le parecía absurda y aterradora a la vez, pero no podía negar que la tristeza lo envolvía cada vez más.
Su vida, que antes había sido un torbellino de éxito, se sentía ahora como una caída interminable. El dolor que le provocaba SU Alfa era tan profundo que no importaba cuántas "pequeñas" victorias lograra, cuántos acuerdos cerrara o cuánto dinero acumulara. La presencia de Lionel, aunque no estuviera físicamente cerca, lo arrastraba hacia un abismo de emociones no resueltas.
—¿Eh?—Respondió el Omega regresando a la realidad.
—¿Estás bien?—Respondió Andrés, regresando a la realidad mientras se inclinaba hacia él y le daba una palmada en el hombro.
Guillermo asintió lentamente, aunque ambos sabían que la verdad era mucho más complicada que eso. No estaba bien, no del todo, pero tampoco tenía las fuerzas para admitirlo en voz alta.
—Paco, esto ya no es sano... —dijo Andrés, su tono más serio de lo habitual, una rareza que solo utilizaba cuando realmente estaba preocupado.
Guillermo se encogió de hombros, mientras se ajustaba los guantes de portero. El simple acto de prepararse para el juego era una distracción, una rutina que le daba un respiro de todo lo que lo atormentaba.
—¿Y qué más puedo hacer? —respondió, cabizbajo, como si la idea de cambiar su destino fuera algo fuera de su alcance.
Andrés se acercó, decidido a no dejarlo hundirse.
—Vámonos a Málaga —le propuso, con un brillo de esperanza en sus ojos—. Empezamos desde cero, lejos de todo esto.
Guillermo dejó escapar una pequeña risa sarcástica.
—Lo que quieres es ver a mi hermano —bromeó, empujándolo ligeramente.
—¡Por supuesto que quiero ver a tu hermano! —respondió Andrés con una sonrisa, su tono más ligero por un momento, aunque sabía que la conversación era mucho más seria de lo que aparentaban.
Pero antes de que Guillermo pudiera responder, Andrés lo miró a los ojos, su expresión volviéndose nuevamente seria.
—Hablando en serio. No tienes por qué seguir viviendo atado a lo que te hizo Lionel. Eres joven, aún hay tiempo para cambiar las cosas.
Guillermo sacudió la cabeza con una sonrisa amarga.
—Ya es tarde para mí, chaparrito. Estoy marcado, y eso es para toda la vida. No hay vuelta atrás.
Andrés, sin embargo, no estaba dispuesto a aceptar esa respuesta.
—Estuve investigando... y en Europa ya pueden quitarte la marca del cuello sin alterar tu casta —dijo Andrés con convicción, sus ojos fijos en los de Guillermo—. Es como si te quitaran una muela, y Rafa y yo podremos cuidarte el tiempo que necesites.
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Perfecto [Mechoa]
FanfictionPorque no importaba cuanto se esforzaba, Guillermo nunca sería perfecto, o quizás sí, pero solo a travez de los ojos de Lionel. ¿Pero a caso era lógico volverte a sentirte amado por alguien que te mato en un principio? Omegaverse Memo/Omega & Lion...