Camila.
Ciertamente, Lauren ha acertado. La morena aparece caminando por la biblioteca a los pocos segundos, y se ubica justo frente a ella. La ojiverde se endereza en el sillón y baja su libro para mirarla.
–Estás leyendo un libro en español– es lo primero que comenta.
–Sé manejar el español bien, así que sí– se encoje de hombros.Se concentra una vez más en su libro. Sabe manejar el español bien, sí, pero eso no significa que le cueste entender algunas cosas y que necesite concentrarse en lo que lee. Sin embargo, la mirada de Camila sobre ella la está incomodando.
–Me gustaría que algún día me leyeras– revela de pronto.
Lauren vuelve a bajar el libro y la mira, al tiempo que enarca una ceja y una mínima sonrisa se le cola por los labios. ¿Leerle a ella? Está bien que sea la única con la que cruza algunas palabras, pero no tiene confianza como para empezar a pasar el tiempo con ella.
–Claro–
Estúpida.
– ¿Cómo se llama el libro?–
La morena pregunta al momento que arrastra el sillón para estar más cerca de Lauren. A ésta última le parece percibir un pequeño tropiezo de la morena por la forma en la que se deja caer hacia atrás en el sofá.
–Recuentos para Demián– se limita a contestar.
–Oh...–Lauren vuelve a levantar la vista disimuladamente hacia Camila en cuanto nota que en su corta y simple respuesta hubo una especie de falta de aliento. La chica es flacucha y puede parecer débil, pero esta segura de que esos sillones no pesan nada.
– "–A veces, Demián, la vida te hace difícil poder ayudar a un ser querido... No obstante... No obstante, si hay alguna dificultad... Alguna dificultad que vale la pena enfrentar, es la de estar para otro."–
–Vaya, realmente entiendes–
–Si, supongo– se encoje de hombros.
– ¿Cómo lo llevas, Lauren?– suelta de golpe.Ay, Camila.
–Nada fácil– contesta.
–Bien– suspira la morena. –Ten–Lauren aparta una vez más la vista del libro, algo irritada ya, y mira hacia lo que la morena le tiende. Sin embargo, al ver el pequeño aparto en las manos de Camila, su rostro se torna completamente sorprendido. Ella no puede llamar a sus padres de su teléfono pues está bloqueado. Pero de este...
–No podría vivir sin mis padres, no podría pasar alejada de ellas ni si quiera un día. Y he tenido que hacerlo alguna que otra vez, así que entiendo lo que siente. Pero no hablar con ellos... Demonios, debe ser feo– suspira.
–Camila, esto... ¿Qué haces?– pregunta, recibiendo el aparato.
–Trato de ser tu amiga.– se limita a contestar.
–Pero...–
–Considéralo como una recompensa por haberme leído. Ve al tercer pasillo, al fondo, hay muy buena señal. Pero debes hablar poco, no querrás que te descubran– le sonríe.Tan pronto como abandona un poco el asombro que la abate, Lauren se levanta sin saber muy bien que decir. Camila le hace un gesto con la mano de que solo vaya, y la ojiverde obedece de inmediato, casi corriendo al lugar indicado.
Camila... Gracias, Camila.
– ¿Hola? –
Lauren reprime un sollozo al oír la voz de su hermana menor. Intenta respirar hondo y tapa el auricular del teléfono para liberar todo el aire que tiene en los pulmones.
– ¿Hola? ¿Quién habla?– insiste la Jauregui menor.
– ¿TayTay?–La voz de Lauren es apenas un susurro mientras intenta recomponerse un poco de las emociones del momento. Del otro lado se escucha un jadeo, y rápidamente su hermana está llamando a los demás integrantes de la familia rápido.
– ¿Lauren? ¿Lauren, cómo estás? Recibí tu carta y... dios, te extraño demasiado–
–Tay... Los extraño, los extraño mucho y...–
– ¡Lauren, hija! – interrumpe entonces Clara. –Lauren, ¿Dónde estás? ¿Cómo conseguiste llamar?– solloza.
–No importa, me prestaron un teléfono, ellos... no interesa. Solo no digan nada– pide. – ¿Cómo están? Es tan lindo poder escucharlos– sonríe entre lágrimas.La charla, para lamento de Lauren y el resto de la familia Jauregui, dura apenas unos minutos, ya que Camila escucha a su madre venir por el pasillo, anunciando la cena.
La morena se va de la biblioteca disculpándose. Lauren no le da importancia, simplemente se sienta en el suelo. Esta abrumada por los sentimientos, la tristeza de estar tan lejos, la alegría de haber hablado con su familia, el agradecimiento hacia Camila por el gesto...
Casi cuarenta minutos después, Lauren sale de la habitación. Desde la puerta de la biblioteca puede ver que en su puerta hay una bandeja con comida. ¿Habrá sido Camila? ¿O Sinuhe?
Da igual... No tengo hambre. Solo quiero dormir.
El primer grito retumba como un sonido lejano en los oídos de Lauren y la hace removerse entre las sábanas de la cama. Sin embargo, cuando el segundo grito –un poco más fuerte aún– llega a ella, un escalofrío que la recorre logra despertarla.
La primera cosa que hace es cubrirse hasta el pecho con todas las mantas y comprobar que está sola en la habitación. Una vez que se asegura de eso, se permite soltar el aire que tiene contenido en los pulmones. Sin embargo, un tercer grito, le corta la respiración.
Camila.
¿Qué se supone que debe hacer? ¿Acaso están robando en el hotel? ¿Y si tienen a Camila? Oh, no, vendrán por ella ahora. ¿Qué se supone que haga? ¿Salir? ¿Ocultarse bajo la cama? ¿Y dónde se supone que está todo el personal?
De pronto se escuchan una puerta abrirse y un par de pies recorren el pasillo. Lauren los escucha cerca, y mira alrededor en busca de protección. Sin embargo, cuando el cuarto grito de la morena llega, la ojiverde abandona la cama de un salto y se acerca de puntas a la puerta.
– ¿Volvió a dejar la puerta con llave?–
Entonces Lauren respira tranquila por segunda vez, al reconocer la voz de Sinuhe al otro lado de la puerta.
No son ladrones... Camila...
–Iré a buscar la llave– escucha a Alejandro decir.
¿Qué se supone que debe hacer en una situación así? Eso no debe ser una pesadilla, es decir ¿Por qué Sinuhe se escucharía tan desesperada si solo se tratara de una pesadilla? ¿Y por qué Camila gritaría de esa forma si solo fuera un mal sueño?
– ¡Mamá!–
Ese es el grito de la morena que hace a Lauren abrir la puerta en un ataque de desesperación. Sinuhe y Alejandro se encuentran ya intentando abrir la puerta con manos temblorosas y parecen no notar a Lauren.
–Mila, Mila, despierta–
–Todo esta bien, hija– intenta convencer Alejandro.Asomada a la puerta, la ojiverde observa como Camila se aferra a su padre, llorando casi en silencio. Su respiración es pesada y Lauren la escucha perfectamente desde su ubicación.
Entonces Camila alza la vista justo al mismo segundo en el que Lauren se resguarda contra la pared del pasillo.
¿Me habrá visto? No, no lo creo. Es imposible, me moví rápido.
De puntas y sigilosamente, Lauren vuelve a escabullirse a su habitación. Camila solo tuvo una pesadilla, Camila está bien. Tras varios minutos en la cama, abrazada a una almohada y con la mente enredada en pensamientos, logra dormirse. Sin embargo, no lo hace sin suspirar pensando en el nombre de la morena que descansa en la habitación contigua.
Camila...
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Photograph || Camren.
Fanfic"... soy feliz. Esa es la verdad detrás de todo esto. Puede que muera mañana o dentro de 50 años, no importa; soy feliz. Lograste hacerme realmente feliz." Obra registrada bajo el código 1607228432980. Gracias por leer.