Photograph || Camren.

Capítulo doce: ¿Qué somos?

Camila se siente ansiosa y atrevida entrelazando sus manos con las de Lauren y llevándolas encima de la cabeza de la ojiverde. Por más que intente calmarse, su corazón late loco dentro de su pecho y debe separarse en cuanto nota que su respiración no es regular.

- ¿Estás bien?- murmura Lauren.
-Si, no te preocupes- sonríe. -Solo un subidón de emociones-

Camila se recuesta al lado de Lauren, utilizando el brazo de su amiga-con-derecho-a-cosas-de-no-amiga como una especie de almohada. La ojiverde mira al techo con la mente perdida en donde solo ella sabe.

- ¿Qué pasa ahora?- murmura.
-Nada. Todo esta más que bien- sonríe Camila.
-Me refiero a nosotras-
-Sé más específica, Lauren- se voltea a verla.
-Ya sabes- se aclara la garganta. -Me refiero a que pasa ahora. Qué somos-
-Bueno, si eso es una propuesta para que sea tu novia, déjame decirte que necesitas algo de práctica- bromea, sentándose en la cama.

Lauren enciende la lámpara que esta en la mesa de noche de Camila y se sienta frente a ella. Camila toma sus manos y le da leves caricias, torciendo un poco la cabeza mientras le sonríe. Lauren solo puede pensar en lo linda que se ve.

-Eres demasiado hermosa para estar conmigo- murmura.
-No- Camila coloca su mano frente a la cara de Lauren. -No halagos. No me gusta sonrojarme- se cubre el rostro.
-Pero a mi me gusta eso- sonríe la ojiverde, tomando sus manos.
-Y no soy demasiado hermosa. No soy hermosa- corrige, sin mirarla.
-La mujer más hermosa del planeta- susurra en el oído de la morena.
- ¡Laureeeeeen!- se queja, abrazándola para esconder su rostro.
-No has contestado mi pregunta- susurra Lauren, dejando un leve beso en su hombro.
-No somos nada. Pero somos algo- murmura.
-Eso sonó tan literario. No te voy a dejar entrar en la biblioteca- sonríe.
-Deja de molestarme- ríe Camila, rompiendo el abrazo.

Lauren la mira a los ojos y sonríe a medias, admirando a la morena que tiene enfrente. Camila siente que sus mejillas vuelven a arder, pero no esquiva la mirada de Lauren. Sonríe tímidamente, y eso hace que la ojiverde se acerque a besarla lentamente.

Entre pequeños besos y caricias, Lauren termina recostando a Camila en la cama una vez más. Se recuesta a medias sobre la morena solo para seguirla besando, mientras que su mano acaricia la piel expuesta de la cintura de Camila.

-Seremos lo que quieras que seamos- murmura Camila.
-Felices- susurra Lauren contra su boca.
- ¿Y yo soy la de las frases literarias? Por favor- se burla riendo.

Lauren acompaña la risa de la morena con una media sonrisa, mientras le acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja. Se inclina primero a besar largamente su mejilla y luego su frente, mientras Camila siente todo tipo de sensaciones en el estómago. En el buen sentido.

-Gracias por esta oportunidad, Camila- pronuncia despacio. -Me ahorraste el pensar otro plan de conquista- sonríe.
-Lauren- susurra Camila, acariciando su mejilla.
- ¿Si?-
-Deja de hablar tanto y bésame- rodea su cuello.

Camila obliga a Lauren a irse antes de que Sinuhe llegue para llevarle el desayuno como de costumbre. La ojiverde acepta con la excusa de que debe ducharse, solo para no demostrar lo desesperada que esta por en realidad quedarse al lado de la morena.

No volvieron a tocar el tema de su relación-sin-nombre en el resto de la noche y la mañana, pero el tema no abandono la cabeza de Lauren. ¿Debería pedirle a Camila que sea su novia? ¿O eso sería presionarla? Camila apenas le dio la oportunidad, ¿Cómo se supone que debe saber que hacer para no arruinarlo?

Despacio. Hay que ir paso a paso. Tienes que enamorarla despacio... Solo que no hay mucho tiempo para eso.

En la tarde del jueves, dos días después de su noche juntas, Camila invita a Lauren a la terraza. Y sí, por "invitar", nuevamente me refiero a que la arrastro por el brazo hasta el lugar. Aunque no es como si Lauren quisiera negarse a eso.

-Es un día precioso- dice Camila animada, sentándose en el suelo al borde del barandal.
-Prefiero el frío, pero sí- imita Lauren.
-No te vi mucho ayer- la mira. - ¿Estás evitándome de nuevo?- bromea.
- ¡No, claro que no!- se apresura a decir. -Solo que estuve haciendo algo-
- ¿Algo?- se lleva un caramelo a la boca. Le encanta robarse dulces de la cocina. - ¿Que "algo"?-
-Cosas- se encoje de hombros.
-Entiendo- murmura, llevándose otro caramelo a la boca.
-No, no me malinterpretes, Camila, por favor-
-Está bien tener secretos, Lauren- le sonríe a medias, mirando al frente.
-Estaba escribiendo esto-

Camila se voltea a verla. Sin embargo, Lauren simplemente mira al frente, apretando la boca en una línea firme a pesar de que se nota el temblor en su labio mientras en su mano extendida hay una hoja doblada al medio. Camila se muerde el labios para intentar no sonreír al ver las mejillas rojas de Lauren.

- ¿Qué es esto?- indaga Camila.
-No soy buena con las palabras oralmente. Soy mejor escribiendo- murmura Lauren.
- ¿Me escribiste una carta?- sonríe más ampliamente.
-Algo así- murmura, viendo a Camila de reojo, quien mira el papel. -Aún no está terminada- se aclara la garganta.
- ¿Y puedo leerla?-
-Yo...- otra aclaración de garganta. -Es que no está terminada. Y es algo cursi, yo solo me deje llevar y...-
-no voy a reírme- toma su mano. -Confía en mi-

Lauren da un asentimiento de cabeza y Camila sonríe ampliamente. Se inclina para besar los labios de la ojiverde y al alejarse la deja con ganas de más. De mucho más.

Sé que tienes miedo ahora, pero quiero prometerte que nunca te dañaría. Supe desde que te conocí que eres especial, que eres mía y que tienes que estar en mi vida. Sé perfectamente que estás asustada, también lo estoy, pero no soy como las personas que conoces, no creo que hayas visto a alguien como yo, dispuesta a dejar tanto para intentar darte todo.
Podría hacerte feliz, hacer tus sueños realidad. Sé que puedo. No hay nada que no intentaría para demostrarte lo que significas en mi vida. Y probablemente en algún momento lo arruinaré, en algún momento voy a joder todo, y sí, tal vez no me perdones y te vayas con todos mis sueños y mis esperanzas, pero vale la pena intentarlo.