foxangle (fnaf)

-Nuevo yo.-

—Lo encontraremos...

—Fritz... han pasado años, mi hermano no volverá... desapareció al igual que mi padre, aunque a él no lo extraño...

—No pierdas la esperanza... —pone su mano en el hombro del chico.

—Fritz... por favor, él no volverá... ni el, ni mi padre y menos mi hermana... toda mi familia, incluso mi madre de la que no sé absolutamente nada, ¡es... cómo una maldición! Será cuestión de tiempo para que yo también desaparezca, jeje —dijo con una pequeña risa.

—No digas eso...

—Solo bromeó... —aclaró—. Bueno... nos vemos. —despidiéndose.

—Eso espero... —dijo de igual manera.

Evan salió del restaurante dejando al amigo de su hermano (del que ahora también es amigo)

—Mike... que te habrá pasado. —mirando cielo nocturno. Evan ya era de la edad que tenía su hermano mayor antes de desaparecer.

El chico camino deprimido por las calles, rumbo a su hogar. Había decidido volver a la casa de su padre, con la esperanza de que algún día su hermano volviera a casa. En vano.

Aunque lo ocultaba, no había superado el hecho de que la última vez que vio a su hermano, había sido cuando se despidió de él. Le dolía por que se culpaba a él mismo, por no haber estado con él.

Abandonó su deseo para vivir en la casa de su padre, esperando el regreso de su familiar, desaprovechó oportunidades que se le presentaron, la empresa que le pertenecía a Mike estaba siendo dirigida por otra persona, ya que él no era adecuado para el puesto. Después de todo su padre no le había obligado, como si hizo con su hermano

Su rendimiento decayó, y aveces simplemente no salía de casa, aveces trabajaba, pero la falta de ánimos, y seriedad, le hacían perder los trabajos al poco tiempo, solo sobrevivía, del dinero de las cuentas de su hermano, quien se las había confiado años antes por si alguna vez lo necesitase.

Un pensamiento fugaz camino por la mente del joven, quien negó con la cabeza, ante tal cosa.

—jamás haría eso...

En el sótano del circo.

Completamente encapuchado y con una máscara en su rostro, el hombre o lo que fuere, anotaba en su libreta los resultados. Escribía de manera errática y poco precisa, mientras los animatronicos de menor tamaño construían a su orden el pequeño artefacto.

Finalmente acabado, el encapuchado tomó el artefacto encendiéndolo, había descubierto cómo utilizar la energía del remanente y la agonía, y es que aunque esté tenía ambos en su cuerpo, era incapaz de controlarlos.

El encapuchado canalizó aquella energía en el artefacto. el dispositivo marcaba su carga al máximo, preparado este presionó ambos botones en los lados del dispositivo, los bombillos del sitio empezaron a tintinear repentinamente y alguna que otra explotó con fuerza. habiendo este desaparecido por completo del sitio, todo allí volvió a la normalidad.

Pero este se encontraba ahora en un vacío.

—Evan... ¿estas? —preguntó la grave y carrasposa voz—. Creo que hice un avance...

—eso veo hermano... pero a este paso te desmoronaras antes de lograrlo... ¡por lo menos lograste llegar al flipside! —felicito la voz aniñada. Dando vueltas alrededor de este

—por lo menos pude conectarnos al mismo espacio... a pesar de que se supone que somos de líneas diferentes... —dijo viendo el dispositivo en su mano.

—eh viajado tanto como eh podido por el flipside, es un vacío gigante, es probable que infinito, eh encontrado algunos mundos interesantes, en un principio creí que el único mundo real era el mío, y todo lo demás ilusiones locas, ya sabes, cosas tipo, nosotros los animatronicos, viviendo en un mundo, siendo de carne y hueso, aveces en eras actuales, y otros en épocas más antiguas, como animales, como humanos... bueno, ya entenderás por que creí que estos mundos eran irreales. Ahora llegue a la conclusión de que aunque es probable que algunas "dimensiones" sean ilusiones, falsas creadas dentro de este vacío, otras son puertas a otros mundos, conectados, pero fuera del flipside. Como el tuyo o el mío.

—ajá...—fingiendo entender.

—pronto lo entenderás Mike, debes hacerlo para lograr nuestro objetivo.

—genial... ¿como vuelvo? —preguntó temeroso.

—viajar a otros mundos es un poco más complicado... ni si quiera eh podido hacerlo, pero volver al propio no tanto, solo debes canalizar la energía, ya sea agonía o remanente, ambos como sea... básicamente lo mismo que hizo tu cosa.

—ya veo... —dijo viendo el dispositivo, similar a una radio. Tomándolo con fuerza, volvió a imbuir aquella energía en este—. ¿y como has logrado ir a otros mundos, más no al mío? —preguntó con curiosidad.

—no puedo, solo los puedo visitar, más no interactuar de ningún modo...

Nuevamente volvió a mostrar el marcador al máximo, ambos se despidieron antes de que Mike volviera donde pertenecía.

De nuevo en el sótano del circo.

Los robots ayudantes que hace escasos momentos ayudaron a su creador a construir el dispositivo, se encontraban jugando a las cartas, hasta que las luces volvieron a parpadear y una brisa mando las cartas por los aire.

—¡bbbllbbllb-bbb-lllbbb! —exclamó el animatrónico en balbuceo incomprensible.

Mike observó con gracia a los robots, le fascinaba su manera de interactuar, y no se preocupaba por su actuar, después de todo siempre que quería podía controlarlos.

Mike se sentó en la silla, pensando cuál podría ser la resolución a su problema, el tiempo era ilimitado, pero la utilidad de su cuerpo no. Ya tenía un cuerpo de metal creado, por si el suyo no pudiera más, era completamente de metal, su rostro estaba formado con piel sintética, aún así no era agradable, su cuerpo actual era mucho peor de todas formas. Aún así, se negaba a abandonarlo, no deseaba convertirse en un robot, aún que su cuerpo tampoco era mejor opción.

—¿alguna idea chicos? —preguntó a sus ayudantes sin mucha esperanza.

Uno de ellos se puso de pie, buscó un papel y un lápiz para escribir, Mike lo vio con gracia, y curiosidad. Cuando termino de escribir entrego a su dueño la hoja.

Este leyó con atención, y golpeó su frente con su mano al ver, lo que de hecho, podría ser una solución, ¿que decía?

"¿Y si se mete en tu cuerpo?"

Una conclusión cuán absurda, a la que Mike no hubiera llegado, da igual si no funcionaba, era un punto de partida.

No costaba nada probarlo.

-continuara.