- ¿Seguro que estarán bien? Es una reunión larga, intentaré salir lo más rápido posible - dijo el omega abrazando un poco más a su cachorro.
Estaban en la ciudad una vez más, se había enterado de la reunión de trabajo que su novio tenía e insistió en llevarlo y cuidar a Ni-ki en el departamento mientras Felix se reunía con sus compañeros tranquilo.
- Sí, Lix, encontraremos un lindo parque por ahí, almorzaremos y te esperamos - aseguró, mirando los ojos miel de su omega.
Lo vio suspirar, dejando un beso en la frente de Ni-ki antes de hablar otra vez.
- Bien, pero llámame por cualquier cosa y si quieres inventar una emergencia que me saque de ahí con urgencia, te prometo que no me molestará - dijo, pasándole a Ni-ki.
Se rió, tomando al cachorro y besando los labios de su omega.
- Envíame un mensaje y nos atropellará un caballo o algo así - dijo, viéndolo sonreír.
Tomó sus cosas y abrió la puerta del Jeep.
- Por eso te amo. Adiós Ni-ki, nos vemos luego amor - besó la mejilla del pequeño una vez más.
Se bajó mirando el bar donde lo esperaban con muy pocos ánimos.
- Adiós mami, nos vemos - saludó el cachorro moviendo su manito.
Esperó a que estuviera dentro del bar para ajustar el cinturón a Ni-ki en el asiento de acompañante y arrancar el pequeño paseo por la ciudad.
- Mami y yo vivíamos por aquí antes - dijo señalando los edificios - Pero no vivimos más aquí, papi.
Seúl era una ciudad grande, pero el barrio en el que se encontraban parecía bastante acogedor y residencial. Ni en otra vida podría pagar por vivir en un lugar así.
- Claro, cariño, ahora viven allá en casa, conmigo y los tíos - dijo girando en una esquina, sabía que el departamento de Felix estaba por allí y tenía la llave, pero no le parecía correcto ir sin él.
Además hacía un día hermoso y soleado, Ni-ki necesitaba andar y aprovechar los últimos días cálidos de noviembre como ese, antes de que llegue el frío diciembre.
Estacionó en un parque enorme, había fuentes y juegos para niños, además que estaba rodeado de sitios para comer y estaba lleno de familias.
- ¿Qué te parece si esperamos a mami aquí, Ni-ki? - dijo mirando a su hijo.
- ¡Sí! ¿Dinu y el triciclo? - preguntó, dejando que le suelte el cinturón.
Le puso su camperita y estaba listo, él tomó sus lentes y su propio abrigo. Comprobó que no tenía mensajes.
- Dinu está atrás, míralo, con su cinturón abrochado - señaló al dinosaurio en la parte de atrás del auto, Felix lo había sujetado también para que Ni-ki se quede tranquilo en su sillita - Y el triciclo está en el baúl, ahora lo bajamos, ¿si?
- Oki doki - canturreó, estirando sus brazos para que lo cargue.
- Entonces vamos, compañerito.
Una vez que tuvo a Ni-ki, a Dinu y al triciclo, bloqueó el jeep y bajó el triciclo, el cachorro quiso subirse con el dinosaurio de peluche.
- Mira papi, ¡soy muy rápido! - chilló tomando velocidad con el triciclo.
Sonrió al verlo ir con toda la fuerza de sus piernitas, siendo rápido pero sin irse muy lejos.
- Eres el rayo McQueen, Ni-ki - dijo, sintiéndolo reír.
Hyunjin se había enterado de que ni su hijo ni Felix habían visto Cars, así que un par de noches atrás los sentó en el living a ver las películas. Ni-ki, hijo é tigre, tenía a McQueen como personaje favorito.
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beach boys | hyunlix
RomansFelix sabía solo dos cosas del papá de su bebé: que se llamaba Hyunjin y que era el alfa más caliente que un omega soltero de 21 años podría haberse cruzado en una noche de verano. O dónde el omega de 24 años y su cachorro comienzan de cero en un n...