epílogo

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Sintió a Felix temblar contra su mano mientras caminaban por el pasillo hasta la sala desierta; era casi medianoche, a minutos de terminar su cumpleaños y que sea Navidad, todos se habían ido a dormir para despertar temprano en la mañana al desayuno navideño que su madre había preparado, Hyunjin estaba por acomodar a su cachorro en el medio de la cama para acostarse con su omega, feliz y lleno de todas las sorpresas a lo largo del día, aún si algunas fueron amargas, su pobre omega había hecho todo lo posible por que todos tengan un lindo día y ahora le había dicho que tenía un último regalo de cumpleaños.

Dejaron a Ni-ki durmiendo y se dejó guiar a la sala, dónde el árbol de navidad aún brillaba con sus luces, cosa de su madre que aseguraba que esa noche debía brillar más que nunca.

Se sentaron en el suelo, como dos niños que se metían a escondidas a espiar los regalos que un supuesto Papá Noel había dejado para ellos.

El alfa no podía con la ansiedad, Felix se negaba a confesar lo que había dentro de la cajita blanca que sacó de abajo del pino y sostenía celosamente sobre su regazo.

- Lix, amor, me has dado muchos regalos en esta vida, por favor ya dime - rogó apoyando sus manos en sus rodillas delgadas.

Sonrió al verlo retorcerse con una sonrisa, le daba cosquillas que lo toque allí, así que Hyunjin lo hacía a cada rato totalmente a propósito, en especial cuando estaba nervioso como claramente estaba en ese momento.

- Solo... es inesperado y estoy agarrando coraje para decirte y no fingir demencia - confesó, un rubor adorable tomando sus mejillas iluminadas por las lucecitas del árbol.

- Bueno, ahora me tendrás que decir o te molestaré hasta que estemos dementes los dos y termines diciéndome - dijo, claramente bromeando aunque sí se pondría insistente si Felix no hablaba ya.

Sabía que no era algo malo, tenía la premonición que lo que ocultaba en esa cajita cerraría con broche de oro su día.

- Ten y ábrela - extendió la susodicha caja y la dejó con cuidado en sus manos.

Sonrió mirándolo, sintiéndose ansioso por abrir la bendita cajita que se sentía liviana, como si no tuviera nada dentro.

- Oh, me hubiera gustado guardarla así como está - dijo bromeando, ganándose un golpe que no logró ni moverlo.

Le gustaba molestarlo así, aunque por su propio bien empezó a tirar con cuidado de las cintas color blanco que cubrían la caja para abrirla.

- Hyunjin - regañó, pero tenía una sonrisita medio nerviosa en sus labios, había empezado a retorcerse las manos.

Dentro había dos papeles blancos o tal vez eran dos fotos del reverso, así que las volteo sin imaginarse en lo más mínimo lo que encontró en ellas.

Una era una ecografía, negra y borrosa con un puntito blanco de forma extraña, el corazón de Hyunjin comenzaba a acelerarse al tener eso en sus manos y notar que había un bebé allí.

Rápidamente dió vuelta la otra foto, pero era una cartita simple y sencilla.

"Hola papi, está vez mami sí pudo avisar antes, nos vemos el próximo año <3 "

Sus ojos no tardaron en llenarse de lágrimas, atrayendo con cuidado a su omega quien había empezado a llorar con él.

- Oh Felix, oh mi amor. ¿Otro bebé? ¿Otro cachorro? - balbuceó besando su carita.

- Sí, alfa. ¿Qué te parece? - lo miró con cuidado, preocupándose por su reacción.

- Me parece que es el mejor regalo de cumpleaños que podría existir, estoy muy feliz - aseguró uniendo sus labios.

beach boys | hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora