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Charlotte

¿Cómo llegué a esto?, me preguntaba cada vez que lo tenía a él junto a mí su respiración, sus caricias, cuando me habla, como me sonríe, es un hombre que sabe amar, yo nunca pensé que estaría tan adicta a él, su presencia me hacía sentir única, protegida y aunque realmente reconozco que fui una mujer débil por mucho tiempo ahora que comenzamos a estar juntos yo me siento diferente, puedo decir que el amor que él me da, me hace una mujer fuerte estoy volviendo a tener esa fortaleza que había perdido eso me enseñó él con su amor y cuidado. Me encontraba perdida en mis pensamientos cuando escuchó el llamado a mi puerta.

Toc,toc...

- ¡adelante!

Soy la asistente del señor Perrucci, mi suegro, pero salió de viaje y me tocó hacer algunos trabajos extra.

Nathalie - Sra. Charlotte, aquí está una joven que la está buscando, dice llamarse Rosaly

Charlotte - hazla pasar a ver qué desea hablar conmigo...

Me acomode en la silla, veo entrar una rubia oxigenada.- Sí...

Digo con total amabilidad y está irrumpe con esa voz chillona - Así que tú eres la perra que se revolcaba con Luciano, mientras yo lo esperaba como tonta.

La mujer hablaba con tanto odio, y sus ojos empañados en lágrimas, no podía creer, mi Luciano me mintió, - mm, y que te hace pensar que él y yo estuvimos juntos.

Quería sonar tranquila, pero la verdad que deseaba descabellada...

Me miró detenidamente y contestó. - ese crío que cargas es de él o me equivocó.

Me llené de ira y saqué a esa mujer de mi oficina ¿ crees que puedes hablar de mi hijo, de mi dulce miel?! Claro que no es un ser especial, inocente y sabes que ve y habla con Luciano, pero a mi oficina no entres más o te arrepentirás.

La empujé con tanta fuerza que ella terminó en el piso y añadí. - Nathalie, esta mujer ya no es bienvenida, así que hazme el favor y dile a los guardias que aquí no entra más.

Me dio coraje, las dos cosas que se exprese así de mi pequeño y lo de Luciano, sentí que me dolió el corazón no puedo negar que me dio celos, y lo revolcada no me afecta, hoy estoy feliz , de ser la revolcada con tremendo hombre sonreí como tonta, recordando sus besos y caricias fueron tan dulce y delicado, me puse a trabajar.

El resto de mi mañana fue tranquila, unos golpes en la puerta llamaron mi atención.

Toc, toc...

- Adelante ... - dije levantando mi mirada allí estaba él, me gustaba tenerlo cerca mi corazón palpitaba a mil, Luciano me miró con su hermosa sonrisa, que me derretía.

- ¡Buen día mi amor ¿cómo vas con tu diseño!

Sonreí como tonta. - bien estoy en eso- le digo, pero a mi mente vino lo que esa mujer me dijo, así que automáticamente me levanté de mi silla y lo mire con seriedad, él me miró confundido.

-¿pasa algo?

Lucía se acercó y retrocedí dos pasos atrás,- oh sí, te suena Rosaly

Él rodó sus ojos hacia atrás,- ¿ mm, eso?

Estaba hirviendo de la rabia y solo me dice eso, - mm, eso acaso no tienes nada para decirme?

Obviamente estaba celosa , muy celosa. - ¡No tengo nada que ver con ella! Ella y yo tuvimos una historia pero nada serio 🤷

Me sentí molesta , hice una mueca y lo mire a los ojos, - dime que sucede?! ¿Cuándo terminaste con ella? - la verdad estaba sintiendo celos y miedo de que haya alguien importante en su vida, reconozco que yo soy la menos indicada en reclamar cosas así, pero tenía cierta curiosidad.

Sentidos del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora