Capítulo Trece

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Después de la situación que había pasado en la entrada de la escuela del pequeño Thaiel los dos hermanos se encontraban en la puerta del oso.

El pequeño miró raro a su hermano y jaló su camisa, Rodrigo lo miró arqueando una ceja —¿Qué hacemos en la casa de Spreen?— Preguntó el pelinegro que caminaba a su lado, el bajito volvió a tocar antes de responderle.

—Tiene que venir a nuestra casa, entonces le dije que lo iba a recoger— El niño asintió y le dedicó una sonrisa a su hermano, el cual le devolvió aquella cálida sonrisa.

Luego el petiso volvió hacía la puerta y la tocó otras tres veces, rápidamente una chica castaña abrió, era Mayichi.

Sintió su corazón apretarse en su pecho de un sentimiento que, obviamente sabía que era pero no quería aceptar, por nada del mundo lo haría, más si este sentimiento se intendificaba por la interacción de ambos amigos suyos.

Aunque la única pregunta que estaba en su cabeza era ¿Qué hacia ella aquí? ¿Por qué ahora está tan cerca del oso?

Y aunque la duda lo mataba, solo sonrió amistoso a la castaña que lo abrazó con fuerza alrededor de sus brazos —¡Hola Carre! Y hola pequeño— La chica le sonrió al chiquito, que solo se escondió atrás de su hermano, ya que no conocía a la muchacha. El castaño saludo

—Hola Mai, y, Tilín, no te escondas, ella es una... amiga. Se llama Maite, o Mayichi. Mayi, él es Thaiel, mi hermano— Presentó el castaño, la de sueter morada revolvió su pelito pelinegro, el niño sonrió con gracia.

La castaño los dejó pasar aunque Rodrigo le insistió que ya casi se iban pero igual ella los hizo pasar, para que puedan esperar a Iván, que rápidamente bajó las escaleras.

—¿Quien e-, oh, hola Carre— El anterior mencionado se puso rosado cuando el de orbes amatistas le dedico una bella sonrisa mientras sus ojos morados brillaban con ternura. —Oh, vas a su casa ¿No?—

Spreen asintió con la cabeza, después le pidió al bajo tiempo para ir a buscar sus cosas y corrió a su habitación nuevamente, dejando a ambos castaños solos otra vez

Aunque poco fue el tiempo porque rápidamente volvió a bajar anunciandole al petiso qué estaba listo y podían irse.

Aunque Iván no se fue sin antes decirle algo a Mayichi, algo que Rodrigo no supo muy bien que era porque se lo dijo al oído. Llamenlo exagerado, pero la misma sensación de antes volvió, aunque intentó ignorarlo.

Poco después llegaron a casa del castaño. Cuando entraron el pequeño se acosto en el sillon, sus hermanos los vieron y saludaron alegres a ambos chicos.

Los dos saludaron de vuelta y Rodrigo le indicó que subiera a su habitación, él iba a traer unos sándwiches qué había hecho para comer mientras hacían eso. El azabache insistió subiendo las escaleras hasta el cuarto de su amigo.

Entró con cuidado y miró a su alrededor, el castaño había cambiado de lugar algunas cosas, se veía como si fuera un cuarto nuevo.

Caminó un poco y se quedí parado viendo las fotos que tenía pegadas en la pared. Fotos de amigos, familia, de viajes, aunque le llamó la atención una; eran ellos dos embarrados de barro mientras reían, se acordaba perfectamente de ese día, pero disque sus papás habían perdido las fotos, así que le sorprendió que el felino la tuviera.

Estaba decorada al alrededor com stickers o dibujitos, le pareció tierno; sabía como era Rodri, quería que todo se viera bonito, aunque su corazón latió rápido notando qué la foto estaba más aparte de las otras, junto con otras tres de ellos estaban adentro de un corazón hecho de un hilo rojo.

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⏰ Última actualización: Oct 07 ⏰

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