Capitulo 6: Conexiones Auténticas

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El timbre sonó, indicando el inicio de la clase. Luciano reunió sus cosas, sintiendo una mezcla de ansiedad y emoción. El profesor había anunciado que formarían grupos al azar para un proyecto escolar. Había algo en el aire que le decía que podría ser una buena oportunidad, aunque su corazón latía con fuerza, temiendo lo desconocido.

El profesor comenzó a nombrar a los estudiantes, asignándolos a diferentes grupos. Luciano observó con nerviosismo mientras algunos compañeros se reían y hacían bromas sobre quiénes terminarían juntos. Finalmente, el profesor llegó a Luciano.

"Y para el grupo número cuatro... Luciano y Pri."

Luciano sintió que su corazón se aceleraba al escuchar el nombre de Pri. La miró y vio que ella también se sorprendía. Su cabello negro caía en suaves ondas sobre sus hombros, y su mirada, llena de entusiasmo, le dio la confianza que necesitaba. Su sonrisa era un rayo de sol que iluminaba su día.

"¡Genial! Me alegra que estemos en el mismo grupo," dijo Pri, sonriendo.

Se sentaron juntos en una mesa en el aula de trabajo en grupo, y Luciano sintió cómo la tensión se desvanecía lentamente. "¿Qué te parece si hablamos sobre la influencia de la tecnología en la educación?" sugirió, tratando de sonar casual, aunque su voz temblaba ligeramente.

Pri asintió entusiasmada. "Me encanta esa idea. Hay tanto que se puede discutir sobre cómo las redes sociales y la tecnología han cambiado la forma en que aprendemos."

A medida que comenzaban a intercambiar ideas, Luciano se dio cuenta de que hablar con Pri era diferente a lo que había experimentado con otros compañeros. Su forma de ver las cosas era fresca y abierta, lo que lo animaba a expresarse sin temor. Ella parecía tener una manera de ver el mundo que invitaba a la conversación, como si cada palabra suya fuera un susurro de libertad.

Mientras trabajaban en el proyecto, la conversación se volvió más personal. Pri compartió anécdotas de su vida, desde sus experiencias en el colegio hasta sus sueños para el futuro. Luciano, sintiéndose cada vez más a gusto, decidió abrirse también.

"A veces siento que no encajo en el molde que se espera de mí," confesó, sorprendiéndose incluso a sí mismo. Apenas las palabras salieron de su boca, sintió un nudo formarse en su estómago. El miedo lo atacaba desde dentro. ¿Y si era demasiado pronto para hablar de esto? ¿Y si Pri lo juzgaba, aunque no lo pareciera?

Por un instante, el silencio entre ellos se volvió pesado, pero Pri lo miró con curiosidad, como si estuviera esperando que continuara. "Entiendo. A veces, la presión de ser quien otros esperan que seas puede ser abrumadora. Es importante que te sientas cómodo contigo mismo."

Sus palabras resonaron en Luciano, y se sintió reconfortado por su empatía. "Es difícil, porque tengo miedo de decepcionar a mis padres si alguna vez decido ser diferente," agregó, sintiendo cómo el peso de la culpa se aligeraba un poco al compartirlo. Aunque se sentía más relajado, su mente seguía debatiendo. ¿Debería haber dicho más? ¿Era esto suficiente? La sinceridad de Pri le brindaba una sensación de seguridad que nunca había experimentado con nadie más, pero aún así, algo dentro de él temblaba.

Pri sonrió con comprensión. "La vida es demasiado corta para vivirla solo para complacer a los demás. Tienes que ser fiel a ti mismo. Al final, la única opinión que realmente importa es la tuya."

Esa afirmación fue como un rayo de luz en su confuso mundo. La conexión que estaba formando con Pri era algo que nunca había imaginado, y por primera vez, se sintió un poco más seguro de sí mismo. A través de su charla, Luciano sintió que una parte de él comenzaba a despertar, como si se le abriera una puerta que había permanecido cerrada durante demasiado tiempo.

A medida que trabajaban en el proyecto, el tiempo voló. Rieron, discutieron y, en un instante, se encontraron compartiendo confidencias más profundas. A Luciano le sorprendió lo fácil que era hablar con ella, como si hubieran sido amigos desde siempre. Cada risa compartida se sentía como un ladrillo menos en la pared que había construido a su alrededor.

"Hey, deberíamos hacer esto más seguido," sugirió Pri mientras revisaban los últimos detalles de su proyecto, sus ojos brillando con entusiasmo. "No solo para trabajos escolares, sino para pasar el rato."

Luciano sonrió, sintiendo una oleada de felicidad. "Me encantaría. Creo que podríamos ser buenos amigos."

"Claro que sí. Deberíamos invitar a Luna también," dijo Pri, y Luciano asintió, emocionado por la idea de incluir a alguien más en su pequeño grupo.

Mientras se despedían, Pri le lanzó una mirada sincera. "Recuerda, Luciano. Siempre es bueno ser uno mismo. No dejes que nadie te diga lo contrario."

Esa frase quedó grabada en su mente mientras regresaba a casa. Aunque aún luchaba con sus creencias y el peso de la familia, el tiempo que pasó con Pri le había brindado una nueva perspectiva. Mientras caminaba, pensó en las palabras de Pri y en lo que significaba para él esa conexión. Se sentía como si, por primera vez, estuviera dispuesto a explorar lo que había detrás de esa puerta abierta hacia la aceptación de sí mismo. Tal vez, en un futuro cercano, pudiera ser el Luciano que realmente deseaba ser.

El diario de LudmilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora