Llamas de Amor - Escuadron 41

Peligro

Alex suspiró mientras leía el reporte, sintiendose asqueado y molesto en más de una forma.

Como Sheriff siempre veía una o dos cosas desagradables cada cierto tiempo, pero había casos especialmente tristes,  casos que le golpeaban profundamente. Casos por los que consideraba seriamente si su trabajo seguia valiendo la pena.

Ni siquiera estaba seguro de como le daría la noticia a su amiga. Leah y él habian sido relativamente cercanos en la escuela y él mismo tuvo un poco más de contacto con ella después de la ruptura (Él había sido quien consolara a ambos)  pero se habian distanciado en cuanto ella viajó a la universidad. David se había ido al ejercito poco después así que él se había quedado prácticamente solo en la ciudad.

Había decidido convertirse en oficial luego de que su propio padre hubiera sido arrestado por intento de homicidio. Había intentado asesinarlo a él y a su madre, tenía solo doce años la primera vez que fue consciente de los golpes y de la forma en que su madre había sido tratada. David y él  le habían dado una golpiza al hombre cuando tenián diecisiete, luego de que saliera de prisión porque su madre había retirado los cargos.

Ver a su amiga en una situación similar había hecho hervir su sangre. Leah era como una hermana para él.

Y saber que su esposo había sido liberado bajo tecnicismos le hacía hervir la sangre, Ethan Blake era un senador importante y se lo había hecho notar tan pronto como los cinco abogados aparecieron. Habia intentado mantener la noticia lejos de Leah y de David. Ambos tenían suficiente en sus platos con dos niños (Y la evidente tension sexual entre ambos)  sin mencionar que su amigo tenía un serio caso entre manos con los incendios provocados.

El reporte del incendio en casa de Leah finalmente habia hecho camino hasta su escritorio e indicaba que en efecto había sido peovocado, junto con otros cinco incendios sospechosamente similares. Y todo apuntaba a su ex esposo, excepto que ahora el hombre había jurado arruinarlos y Alex comenzaba a pensar que sería peor de lo que pudiera imaginar. Le esperaban un par de semanas realmente estresantes.

Miró la hora y se incorporó, dejando a un lado las fotografías de los cadaveres. Era de madrugada y realmente quería ir a casa a checar por su madre. El incendio en la fabrica había requerido movilizar casi todas las fuerzas de servicio y él tenía esa sensación de que algo estaba por salirse de control.

Deseaba no tener razón pero en situaciones como aquella podría esperar mil cosas.

Estaba cerca del estacionamiento cuando su teléfono sonó con una llamada de Angie, la secretaria de David en la estación y su no precisamente oficial amante. No es que él estuviera seguro de qué demonios sucedía entre él y Angie, pero la mujer definitivamente tenía suficiente control sobre él como para hacerlo dudar un poco sobre sus motivos.

La mujer era una perra con él la mitad del tiempo, excepto en el dormitorio, donde él se aseguraba de tomar cada pequeña actitud de la mujer y recordarle quien demonios estaba a cargo. Lo cual odiaba completamente.

Contestó, escaneando la zona alrededor del estacionamiento, un par de oficiales estaban haciendo sus rondas, dos patrullas además de la suya estaban estacionadas en el amplio lote y un coche pasaba cerca de la avenida aún en completo silencio, entro en el coche, cerrando la puerta antes de responder.

- Son las tres de la mañana - Se quejó, poniendo el altavoz y mirando alrededor, de nuevo la sensación inquietante de que algo andaba mal lo hizo checar su asiento trasero - ¿Qué haces despierta a esta hora? ¿No tienes a quien atormentar ahora que David tiene a Leah en casa?

Angie tardó un segundo en responder, Alex sabía perfectamente de la atracción de la mujer por su amigo, e incluso si David le había asegurado que no estaba interesado, una pequeña parte de él estaba irritado ante la negativa de la mujer a admitirlo.