Dia 8: Anhelo

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Buenos días, señorita Enid.

¿Días?

Tiene actividades hoy.

Una suave voz neutral suena cerca de su oído, al abrir los ojos se topa con la imagen de...

¡Tú!

Enid se levanta de un salto de la cama y en el proceso se tambalea, la otra persona intenta acercarse, pero ella la aleja por inercia, no se siente cómoda con su tacto.

No es necesario, estoy bien.

Toma su teléfono para revisar la hora y sus ojos se abren aterrados ¡es tarde! Corre de un lado para otro para alistarse, peinarse y tomar su mochila antes de que sus compañeros lleguen a buscarla.

Le hice el desayuno —Enid pasa por la cocina y toma una mandarina.

No lo necesito, la próxima recuerda que voy a clases temprano.

Lo siento.

Enid lanza una última mirada hacia atrás cuando llega a la entrada, la aludida inclina la cabeza a modo de disculpa, pero su expresión se mantiene imperturbable, incapaz de pestañear una sola vez, resoplando abre la puerta de la casa y sale justo a tiempo.

A alguien se le pegó la sábana —comenta Divina mientras la ve correr hasta ellos— ¿Tienes visita en casa?

¿Por qué lo dices? —Enid se acomoda la mochila en la espalda y ve como Divina señala tras de ellos al notar una sombra en la ventana.

Ah no, es algo que papá compró recientemente.

¿Es un robot de casa? —Ajax se une a la conversación emocionado— ¿Y se encarga de las tareas domésticas como la limpieza y la comida?

Si, eso creo, aunque no parece tan buena ¡tenía que despertarme temprano y casi llego tarde por su culpa!

Bueno, fue tu culpa dormir tarde, a ella solo seguro se le pasó la hora —alegó Divina mirando hacia atrás por ratos.

Tonto robot averiado —se quejó Enid mirando al cielo— como papá se suele ausentar por el trabajo pensó que me haría bien tener compañía y alguien que se encargue de la casa, pero ya no tengo quince años, ya estoy en la universidad y honestamente... me hace sentir como si creyera que soy una inútil.

Enid —Ajax puso una mano en su hombro— mira, tu papá solo se preocupa por ti, ya quisiera que el mío me tratara con igual atención, solo suelta el dinero del mes y me dice que no me lo gaste en un solo día.

Ajax tiene razón, el quizás se siente un poco culpable por lo que pasó, ya sabes.

No extraño a mi mamá, no necesito una mamá, puedo cuidarme sola —volvió a decir Enid ajustando la mochila al hombro mientras caminaba más rápido hasta la parada de autobús.

Enid asistía a Nevermore luego de haber culminado su educación base el año anterior, esa universidad contaba con una variabilidad de ramas de estudio y ella estaba en la carrera de periodismo ya que era una que realmente le interesaba, sus amigos Divina y Ajax estudiaban otras cosas pero siempre encontraban espacio para reunirse a comer o charlar y cuando les tocaba clases temprano asistían juntos, era de las pocas amistades que conservaba con mucho cariño desde la escuela.

Cuando llegó al salón una mano se alzó para llamar su atención, era Eugene.

Pensé que faltarías —el chico de cabello ensortijado se ajustó sus gafas y empezó a sacar sus materiales— usualmente llegas temprano

Fictober Wenclair 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora