Altamar

6- La cofa

"Ser fuerte no se trata
solamente de tener poder,
se trata de nuestro espíritu"

Percy

—Oh por favor, eso ni siquiera pasó —exclamé harto. 

—El papel habla Jackson —dijo ignorándome, lo que me desesperó más,  Nico tomaba su desayuno frente a la playa, después de dejarme otro artículo sobre mi cama. 

—¿Acaso no han escrito nada falso de ti? —cuestioné y él se quitó sus lentes y me miró.  

—No —soltó seco y volvió a ignorarme.

—Imposible, eres un príncipe —exclamé y él alzó los hombros.

—Quizá es porque no hago cosas que merezcan ser publicadas en un periódico —dijo y apreté los dientes para no soltar un insulto. 

—Mira —Rodeé la silla para estar al frente de él, me incliné colocando mis manos a los lados, porque se atrevía a irse y dejarme hablando solo—. No me acosté con esas mujeres y menos con todas juntas, no se quien diablos escribió eso, pero no soy el tipo que crees y no voy a joderle el corazón a tu hermana. 

—Lindo… pero no creíble —soltó y bufé harto. 

—Perdiste una apuesta, así que por toda esta semana no puedes creer todo eso de mí, ni seguir con esas tontas investigaciones, vas a escucharme y conocerme sin prejuicios —ordené y él apretó sus labios. Nico era de todo, pero era leal con sus apuestas. 

—Por suerte mía, solo es una semana —exclamó, me alejé para irme. 

—Y Nico nada de apodos o insultos —advertí y escuché sus quejas. 

—Gracias Jackson, acabas de arruinar mis vacaciones —exclamó, reí a mis adentros. 

—Salimos en cinco minutos, debes apurarte.

Me encontré a Bianca en el camino, los guardias bajaban todas sus maletas, esas eran demasiadas maletas. Hazel bajó atrás de los guardias asombrada por la cantidad de equipaje. 

—¿Escuché mal o no nos vamos una semana nada más? —cuestionó Hazel.

—¿Qué? es mi equipaje de una semana —exclamó Bianca ofendida. 

—No quiero saber todas las maletas que saldrán de aquí cuando te cases con Percy —exclamó Hazel y mis entrañas se revolvieron.

—Graciosa, no te quedarás con mi habitación —dijo Bianca cruzada de brazos, Hazel se acercó a mí con un puchero.

—Lo intente —soltó y me tomó del brazo—. Pero más te vale casarte con él,  porque he decidido que lo quiero de cuñado. 

—Si si si si Hazel —Bianca la ignoraba, estaba atenta de ver que cuidarán su equipaje. 

—Gracias Hazel, igual me agradas mucho —dije y ella sonrió. 

—Oye por cierto ¿tus amigos vendrán? —preguntó con inocencia. 

—Sí, diría que van a todas partes a donde yo vaya —dije y ella sonrió.

—Eso es lindo —dijo Hazel.

—No saldrás con ese tipo Hazel —Nico se hizo aparecer y Hazel lo miró con una mirada sería y amenazante. 

—No estoy hablando contigo y nadie ha dicho nada de salir —se defendió.

—Tus ojos hablan por ti y no vas a salir con un amigo de Jackson, son iguales de… —frunció el ceño buscando alguna palabra que no fuera insulto.