14- Rendición

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"Todo se termina cuando te rindes"

Percy

Tomé el pomo de la puerta con nerviosismo, le dí la vuelta despacio intentando no arrepentirme. Necesitas hacer esto Percy, necesitas apagar estos sentimientos antes de que se conviertan en algo peor y te ahoguen. 

Abrí la puerta adaptándome al cambio de luz más tenue que daban las luces rojas, cerré la puerta a mis espaldas y escuché el ruido crujiente frente a mí, del baño salió una hermosa mujer luciendo una lencería negra, ya no portaba el antifaz por lo que podía ver un rostro muy bello, sus ojos castaños con destellos verdes hasta azules, eran hipnotizantes. 

—Tú ordenas aquí cariño —su voz seductora y dulce me despertó de mí embobamiento. 

—Emm yo no… yo… —¡Qué idiota Percy! esta mujer es preciosa y ha experimentado su vida sexual y tú eres un chiste en eso.

—Tranquilo, entonces te guiaré —dijo con dulzura.

Se acercó y evité retroceder. Sus manos acariciaron mi cuerpo y se colocó a mi espalda aún tocando todo mi cuerpo, sentí su respiración en mi cuello. 

¡Corre! ¡Sal de ahí!

Sus manos se introducían bajo mi camiseta con calma; sus manos eran muy cálidas (no tanto como las de él) mierda Jackson, concéntrate.

Quitó mi camiseta y me llevó a la cama, intenté con todas mis fuerzas no huir, centrarme en lo que ella hacía. Besaba mi pecho ahora desnudo y sus besos eran livianos y cálidos, erizaban mi piel de una manera no grata, todo mi cuerpo estaba tenso. Y supongo que lo notó, pues me besó, con una forma dulce y desesperada, seguí el beso intentando disfrutar de las sensaciones. 

Tomé partido llevando mi mano a su nuca y el beso se intensificó, su respiración se aceleró, ella tras el deseo y yo por la necesidad de apagar lo que se ocultaba dentro de mí. Sus manos recorriendo mi pecho, su mano enredada en mi cabello…..

Sus labios fríos llenos de odio, de deseo, de pasión, su mano apretando mi nuca y exigiendo todo de mí, sus ojos negros llenos de deseo y confusión.  

¡Maldita sea!

La aparté y me levanté de golpe frustrado, ¿por qué no podía sacarlo de mi cabeza? 

—¿Está todo en orden? —cuestionó, bufé frustrado. 

—Sí, lo siento, no eres tú —quise aclarar rápidamente, apreté el puente de mi nariz conteniendo mi enojo.

—Estás pensando en alguien ¿no es así? —Me sorprendió percibir dulzura y empatía en su voz. La miré y estaba sentada observando con curiosidad. 

—Es una tontería… eres hermosa, ardiente y no debería estar pensando en nadie más —dije y ella sonrió con encanto.

—Bueno, entonces esa persona no es una tontería y realmente es alguien importante —dijo mirando a su ventana. 

—Lamento hacerte perder el tiempo —dije tomando mi camiseta, ella tomó un vestido y se lo colocó. 

—Pagaron cinco horas, así que creo que podríamos salir a dar una vuelta y me pláticas acerca de esa persona —dijo apuntando la ventana, la miré sorprendido.

—¿Estás segura?

—Es tu tiempo cariño.

Salí por la ventana y la ayudé a salir, caminamos alejándonos del bar, ella iba muy tranquila y a decir verdad iba más alegre, era como un ave libre. ¿Ella salía de ese bar? ¿Tenía una vida fuera de eso?

AltamarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora