Altamar

15- Los premios

"Ninguna causa está perdida
mientras haya un insensato
luchando por ella"

Bianca

—Fue un gusto conocerte querida —dijo Sally con una sonrisa. 

—Igualmente señora Jackson —dije sonriendo, ella soltó mi mano y miró a su hijo, Percy abrazó con fuerza a su madre.

—Ellos siempre han tenido una conexión especial —me susurró Poseidon.

—Es muy lindo —admití, Tyson me abrazó y me extendió un brazalete. 

—Es para ti —dijo mostrando un brazalete de perlas rosadas con mi inicial en oro.

—Es precioso —exclamé, me agaché para abrazarlo, sus ojos marrones como su madre, pero el pelo igual de revuelto que su padre o Percy. 

—Hazel me ayudó,  igual le hice uno a ella y a Nico… no lo encontré puedes dárselo por mí —exclamó extendiendo un brazalete de plata y diamantes con su nombre en cursiva. 

—¿Le hiciste uno a Nico? —cuestionó Percy sorprendido.

—Sí, él es muy buen amigo, me agrada que me haga panes de maní en la noche —dijo y noté la sorpresa de Percy—. Igual juega conmigo en la playa, cuando está saliendo el sol y aún nadie despierta para jugar conmigo. 

—Vámonos Tyson, tenemos que volver a casa —dijo su padre, me dio un último abrazo antes de correr a Percy, pude ver algunas lágrimas en sus ojos. 

—Te cuidas campeón y cuidas Atlántida mientras no estoy —dijo. 

Despedimos a los padres de Percy que ya tenían que volver a su reino para resolver sus asuntos de reyes, Percy prefirió quedarse a pesar de que nuestro acuerdo seguía en pie.

—Tú familia es encantadora —dije de regreso al castillo, tomando su mano. 

—Igual la tuya lo es —dijo y reí.

—Sí claro, Hazel es la única adorable y a veces no lo es tanto —dije y él alzó los hombros.

—Cada uno tiene su encanto a su forma —dijo con una sonrisa amable.

—¿Así? ¿Y Nico? ¿Cuál es su encanto? —cuestioné y sentí como se tenso.

—Pues al parecer, cuidando niños —dijo, bien esquivado Jackson.

—Claro, vamos ya quiero ir al cenote —dije corriendo con él de la mano. 

Cerré la maleta mientras escuchaba a Piper contar cómo aprendió a usar su primera máquina de costura. La chica era impresionante, una caja de aventuras, historias y de amor. Incluso había comenzado a tantear terreno con Nico, ya podían dirigirse la palabra, aún no entendía del todo porque su enojo tan arraigado, pero me hacía una hipótesis.

—Vamos chicas, todos ya están esperando —dijo Percy tomando las maletas. 

El cenote tenía bellos colores turquesas y cristalinos, a pesar del agua ligeramente fría, tomé a Percy y corrimos dentro. Escuché su risa grave y endulzante. Percy era un chico encantador, y nunca iba parar de agradecer al universo por ponerlo en mi camino, él ni siquiera se había dado cuenta, pero me había enseñado demasiado. 

—¿Entonces se llama Leo? —cuestioné, Percy llegó extendiéndome mi margarita. Estábamos en la orilla interrogando a Jason, bueno yo lo hacía.

—Sí —dijo sin más.

—¿Y vas a ir a verlo hoy? —cuestioné.

—Sí. 

—¿Y solo vas a verlo a él? —cuestioné.