PROLOGO

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JAKE

Si Jake se sentaba muy quieto y se concentraba muy, muy fuerte, podía escuchar los gritos.

Era bastante débil y honestamente más confuso que esclarecedor, pero no podía evitar intentarlo de todos modos.

Esta no era la primera vez que la guardia necesitaba cazar a un miembro salvaje, pero definitivamente, era la instancia más cargada emocionalmente que podía recordar.

Silas era viejo y por lo tanto bastante fuerte, también uno de los fundadores originales de la guardia.

El líder de facto, de hecho.

Había ido a la casa de Vee un millón de veces, o más y Jake le había servido obedientemente alcohol, sangre o cualquier otra cosa que pidiera. Y es cierto que, últimamente, el comportamiento de Silas - nunca tan agradable-, en la opinión de Jake había sido errático. Y su esencia se había vuelta enfermiza. Pero cada vez que Jake lo mencionaba con Vee, ella le decía que cerrara la boca y amenazaba con enviarlo a su habitación, así que había dejado de mencionarlo.

Quizá debería haber seguido mencionándolo. No era como si a Jake le gustara Silas. Siempre había sido cruel con la mayoría, burlándose de Jake cada vez por ser débil, tonto y nada como lo que los vampiros se suponían que eran. Pero eso no cambió el hecho de que al final, él era… familia.

¿Era esa la palabra?

Jake supuso que debía ser así. Porque eso era la familia ¿cierto? Al menos para los vampiros. Familia significaba las terribles criaturas con las que estabas atrapado porque no tenías otro lugar a dónde ir. Y ahora, un miembro de la familia de Jake iba a ser sacrificado como un perro.

Eso debería entristecer a Jake. Realmente debería. Pero a Jake le estaba costando encontrar la emoción.

Se decía a sí mismo que era porque estaba demasiado preocupado por Vee como para manejarlo.

Se levantó del sofá y paseó un poco más por la sala de estar, volvió a sentarse por un rato, con cuidado de mantener las líneas pulcras de su traje y luego consideró si tenía la concentración suficiente para tomar un libro.

Pero entonces lo escuchó, sorprendentemente claro entre los gritos y forcejeos lejanos.

Jaeyun.

Jake se detuvo donde estaba, mordiéndose el labio con los dientes. Vee le estaba llamando.

Necesitaba ir con ella.

Pero no quería ir. Pensar en lo que podía encontrar allí le aceleraba el corazón, le dejaba la boca horriblemente seca.

Los vampiros salvajes siempre le daban miedo. Pero el castigo que Vee le impondría por desobedecerla, también le asustaba.

El aislamiento. Las horas de tiempo perdidas. Vee lo sabría, de alguna manera. Ella sabría que él la había oído y había elegido no escucharla.

Ella siempre sabía.

Así que Jake salió por la puerta principal, con las piernas agarrotadas y las rodillas trabándose cada dos pasos. El aire de afuera era fresco, las hojas del bosque se transformaban con el cambio de estación. Pero Jake no pudo detenerse a disfrutarlo.

En lugar de eso, corrió.

Le tomó menos de cinco minutos en llegar al lugar de la pelea, un claro en medio de la gran extensión de bosque de su guarida. Jake se detuvo allí, inseguro y asustado, con el aroma metálico y almizclado de la sangre de vampiro inundándole la nariz.

Jonghyung yacía en el suelo, con el cuello torcido. Desde luego, tardaría en levantarse. Por el rabillo del ojo, Jake pudo ver las piernas destrozadas de alguien subido a un árbol, pero no se movía, así que debía tener heridas peores que esa que lo mantenían fuera de la lucha.

Minjun estaba al borde del claro, con el brazo derecho - claramente roto- colgado del costado y una hacha en la mano izquierda. Y Vee, sujetada por Silas, con el largo cuello destrozado por lo dientes o uñas afiladas. A duras penas lograba retenerlo, con una mano aferrada a la frente de Silas y otra a su mandíbula, claramente  tratando de mantener esos colmillos lejos de ella a cualquier costo.

Ella sintió a Jake de inmediato, como siempre hacía y giró la cabeza ligeramente para verlo.

—Jaeyun —jadeó—. Ven. Necesito tu ayuda.

Jake -con un nudo horrible en el estómago- avanzó un paso  tembloroso por instinto, pero entonces Silas soltó un gruñido  gutural y el impulso de Jake flaqueó.

No sabía qué hacer. No era bueno peleando y no era excepcionalmente fuerte. Y menos comparado con Silas, que era mucho más viejo, incluso sin la ventaja adicional que le daba su estado salvaje.

Jake apartó la mirada de Vee para mirar a Minjun, que arqueó una ceja hacia él como diciendo ‘¿Qué vas a hacer ahora?’

Jake se lamió los labios resecos.

—Yo…

—Jaeyun —las fosas nasales de Vee se ensancharon, su voz una fría y afilada cuchilla.

Estaba enojada con él.

Muy enojada.

Él dio otro paso adelante. Este era su deber como su compañero ¿no? Morir por ella si se lo pedía. No importaba si él estaba asustado.

Deseaba desesperadamente que su bestia se hiciera cargo, que le diera valor, pero se estaba quedando en lo más oscuro de su ser, impasible ante la difícil situación de Vee, indiferente a su rabia.

Los pies de Jake volvieron a vacilar cuando Minjun se acercó a Silas, con el hacha ligeramente levantada.

Jake se estremeció en su sitio.

—Jaeyun —gruñó Vee—. Juro por Dios…

Pero Jake no llegó a escuchar lo que quería Vee jurar por Dios porque, al momento siguiente, Silas dejó de intentar arrancarle las manos a Vee y, en su lugar, fue con las garras hacia su garganta, clavándoselas en la herida del cuello y simplemente… desgarró.

El horrible sonido de la decapitación de Vee no se parecía a nada a que Jake hubiera oído jamás.

El crujido de la piel y los músculos, el chasquido de los huesos, el último gorgoteo de su intento de llamar a Jake por su nombre.

La cabeza de Vee, cuando rodó hasta sus pies, estaba congelada en una máscara de rabia. Rabia contra Jake, que no había hecho nada para impedirlo.

Que la había decepcionado una vez más.

Jake no esperó para ver el resto. No ayudó a Minjun, no se quedó a ver quién ganaba la batalla entre el hacha afilada y la fuerza salvaje del vampiro.

Corrió.

Corrió más rápido que nunca, a través del bosque y todo el camino de vuelta a casa. Subió corriendo las escaleras hasta su habitación, arrancó las sábanas de la cama pulcramente hecha -no hay excusa para la dejadez, Jaeyun- se escondió debajo de ellas.

No salió en mucho tiempo.

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Eat me up. (HeeJake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora