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HEESEUNG

La cena no fue tan incómoda como Heeseung había temido.

Después de la pequeña inquisición -¿Cuáles son tus intenciones ¿Quién está emparejado con quién?- parecía que el grupo se contentaba con seguir con la noche como de costumbre, conversando sin problemas.

Jake sentado junto a Heeseung en la mesa del comedor, estaba más callado de lo que esperaba cuando estaban los dos solos en una habitación, pero parecía bastante contento, mirando a sus amigos felizmente, comiendo más de lo que su pequeño cuerpo debería ser capaz de acomodar.

Nadie parecía esperar que Heeseung hablara mucho, lo cual le parecía bien, especialmente con una comida tan increíble ante él. No recordaba la última vez que había comido tan bien, por extraño que pareciera -¿también había vampiros presentadores de programas de cocina?-.

Aunque aún tenía… preguntas.

Compañeros. Parejas. Parejas apareadas. Parejas predestinadas. ¿Cómo se pasa de ser novio a ser pareja?

Era jodidamente importante que lo averiguara, preferiblemente ayer.

Pero la parte del destino lo desconcertaba. ¿Eso significaba que Jake ya tenía pareja? ¿Era Heeseung solo… un relleno? ¿Preparándolo, dándole a probar el sexo y el romance, solo para que alguien más se lo llevara definitivamente más adelante?

Odiaba la idea, tanto que su estómago, generalmente de acero,  empezó a revolverse mucho antes de que llegaran al postre ¿Por qué  mierda no podía ser él el compañero de Jake?

Sería el compañero más  devoto que jamás hubiera existido, si le dieran la oportunidad.

Y no, no se le escapó la ironía.

El hecho de que hacía poco que lo había arriesgado todo, que había arruinado toda su vida para  liberarse de las obligaciones familiares, para evitar un futuro de  lealtad permanente a su hermano.

Solo para estar dispuesto, en menos de dos meses después, a jurar devoción eterna al pequeño vampiro con un pasado traumático y necesidades dietéticas muy  específicas.

Pero no le importaba. ¿Por qué no Kyumin? Kyumin era un imbécil tóxico y obsesionado con el poder del más alto nivel, moldeado para  serlo por el completo idiota de su padre. ¿Y Jake? Él era todo lo bueno, correcto y maravilloso, lo seguía siendo incluso después de siglos de horrible influencia.

Así que sí, estaría jodidamente encantado de estar unido con Jake.

Pero Jake se lo habría dicho, ¿no?, si ese fuera el caso. El pequeño era un libro abierto, un libro ilustrado de letra grande. No parecía exactamente el tipo de persona que guarda muchos secretos, y mucho menos uno tan grande como un vínculo vampírico entre ambos.

Una gran pregunta salió de Heeseung durante la primera pausa de la conversación, su lado práctico no pudo contenerla.

—¿Qué harán dentro de diez o veinte años? ¿Cuándo ninguno de ustedes envejezca?

Fue Jisung quien respondió a su pregunta, tras compartir una mirada con Minho.

—Nos iremos —dijo simplemente—. Todos juntos. Encontraremos algún lugar remoto donde pasar algunas décadas, hasta que haya pasado el tiempo suficiente para unirnos de nuevo a la sociedad. Un lugar nuevo, obviamente. Lo más probable es que  sea otro país.

Heeseung miró a Jake, que se estaba sirviendo una quinta ración de  pollo.

—Y… ¿tú también irás?

Eat me up. (HeeJake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora