EPILOGO

104 19 6
                                    

• • • • • • ✿ • • • • • • • • • • • ✿ • • • • • • • •

JAKE

Jake estaba sucio. Realmente sucio.

Y se sentía de maravilla.

Especialmente con la ventanilla del coche bajada, el cálido sol de verano dándole en la cara y el delicioso aroma de Heeseung llenando el vehículo ¿No era Jake el más afortunado?

Miró a su compañero al volante. Heeseung tenía tierra en la nariz y agujas de pino sobresaliendo de su bonito cabello. Se veía tan maravilloso como Jake se sentía.

—Creo que acampar es lo mejor —declaró Jake—. Súper divertido.

Los ojos de Heeseung abandonaron brevemente la carretera mientras le dedicaba a Jake una cálida sonrisa. 

—Eso has dicho, gatito.

Uy. Jake había dicho eso. Probablemente unas cien veces ya. Pero era verdad. Acampar era súper, súper divertido.

Y resultó que acampar como vampiro era incluso más divertido: habían podido ir de excursión muy lejos, a kilómetros de distancia de cualquier otra alma viviente; no habían necesitado llevar comida de verdad, así que Heeseung había llenado la mochila de Jake con montones de caramelos diferentes; y las noches frías no podían molestarles, así que ni siquiera había importado que Jake rompiera accidentalmente las tiendas de acampar en su excitación: simplemente habían dormido en sus colchonetas al aire libre.

Heeseung incluso había dicho que era mejor así, porque podían ver las estrellas. Y luego habían tenido sexo.

Afuera. En la tierra. 

Bueno, Heeseung había sugerido que pusieran una manta -‘no dejemos que la suciedad se acumule donde no debe estar’-, pero aun así habían estado rodeados de naturaleza y luz solar, Jake se había metido tanto que incluso había tomado las riendas por una vez, haciendo rodar a Heeseung sobre su espalda y rebotando sobre su longitud como una especie de... una especie de estrella porno o algo así.

Heeseung lo había mirado como si fuera un ángel, o tal vez un íncubo, sorprendentemente mudo teniendo en cuenta sus habituales y sensuales palabras de aliento y elogio, Jake se había sentido tan lleno, hermoso y poderoso.

Estaba decidido a volver a hacerlo.

Pero también tal vez a seguir dedicándole mucho tiempo amoroso porque realmente no podía resistirse a tener toda la atención y el talento de Heeseung centrados al cien por cien en Jake.

Pero la cuestión era que acampar era increíble.

Jake sacó una mano por la ventanilla del coche para sentir el viento pasar. 

—¿Crees que podríamos invitar a la familia a acampar con nosotros alguna vez?

Heeseung pareció pensárselo durante un minuto, golpeando el volante con los dedos.

—Jisung, sin duda —dijo al cabo de un momento—. O sea, Minho también. A Sunoo tendrás que sobornarlo.

Jake movió los dedos al viento, pensándoselo.

—Podría compartir mis caramelos de camping con él.

Heeseung hizo un sonido escéptico. 

—Estoy pensando más bien en dejar que te convenza de comprar alguna blusa de diseño con incrustaciones de diamantes o algo así.

Qué pensamiento más raro.

Jake miró su camiseta sucia y rota.

—¿Para ir a acampar? 

Eat me up. (HeeJake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora