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JAKE

Heeseung había vuelto.

Hees, se recordó Jake cuando sonó la puerta y llegó su nuevo cliente habitual favorito. El otro día le había dicho a Jake que lo llamara Hees. A Jake le gustaba. La pequeña “es” añadía un poco de suavidad al nombre del humano, lo que le añadía a él un poco de suavidad en general. Lo cual era agradable, porque Heeseung podía ser un poco… intimidante.

Para empezar, era alto. Mucho más alto que Jake. Y, en segundo lugar, era muy, muy guapo. Simplemente… bastante atractivo en general.

Su cara, su nariz larga y recta, su mandíbula definida y masculina. Su constitución, con hombros anchos y manos grandes a juego. Incluso sus antebrazos eran extrañamente bonitos cuando se echaba hacia atrás las mangas del suéter, como ahora. Jake quería frotarse contra aquellos brazos como un gato.

Su demonio también.

Pero eso sería raro ¿no? Los humanos no se frotaban contra otros humanos que apenas conocían. Así que nada de roces. Y además, Jake había estado contando algo ¿Qué había estado contando?

Correcto, las formas en las que Heeseung era intimidante. Así que, tres, su apuesto rostro siempre se mostraba un poco severo, a menudo esas cejas pobladas y oscuras fruncidas en un sutil ceño. No precisamente un ceño fruncido, pero también no era un no ceño fruncido 

Lo bueno que esas cejas severas siempre se relajaban con Jake.

Le gustaba ver cómo sucedía, al momento en que Heeseung le llamaba la atención y el ceño se suavizaba hasta convertirse en… no se podía decir que fuera una sonrisa, exactamente, pero como mínimo era  neutral.

Eso siempre hacía que Jake se sintiera bien.

Hoy Heeseung llevaba un suéter negro y unos jeans de aspecto  desgastado. No parecía llevar abrigo tan a menudo como otros humanos ¿Quizá cuando un humano era tan grande no se enfriaba tan fácilmente?

Jake se lo preguntaría a Jisung después. Su amigo enfermero siempre sabía datos médicos importantes como ese. 

En cualquier caso, Heeseung vestía mucho de negro y gris. Lo suficiente como para que Jake considerara que su sentido de la moda era un fastidio.

Pero el nuevo cliente favorito de Jake se salía con la suya porque tenía esos ojos y el cabello más bonito que había visto jamás.

Y aunque Heeseung siempre llevaba ese bonito cabello pulcramente estilizado, Jake realmente -como, realmente- quería verlo desordenado, siempre había esos pequeños mechones que se escapaban alrededor de su cara y que le quedaban bastante bien.

Así que, en realidad, Heeseung no necesitaba llevar nada súper brillante para seguir siendo el más guapo de la habitación. Y ups, ahora estaba allí, en el mostrador.

Jake había estado mirándolo otra vez. Por suerte también había estado saludando como un loco, así que tal vez Heeseung no se había dado cuenta.

—Jake —saludó Heeseung, con voz ronca y áspera por el frío exterior. 

—¿Crees que me quedaría bien un recogido? —preguntó Jake —. Aún no tengo el cabello tan largo, pero si lo tuviera… —levantó la mano y tiró de todos los mechones que pudo para que parecieran un moño, aunque solo la mitad de ellos llegaron a formarlo, el resto le caía alrededor de las orejas—. ¿Qué te parece?

Heeseung ladeó la cabeza, considerando detenidamente los  intentos de Jake.

A Jake le gustaba tanto, tanto, el modo en el que Heeseung solía estudiarlo, tan atento y serio. Nunca eludía las preguntas de Jake con una carcajada o una mirada de soslayo, como hacían otras personas.

Eat me up. (HeeJake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora