○ NARRA JUNGKOOK ○
El día habia llegado, hoy por fin pondría los pies fuera de MisteryTown, era difícil expresar en palabras lo que sentía; asi que me limitaba a guardar silencio mientras T/N planificaba todo como si fuera de la manera más normal.
En mi cabeza habia una avalancha de emociones, como un torbellino de miedo, incertidumbre y determinación. Me inundaban de tal forma que podian mirar a kilómetros lo nervioso que estaba. T/N lo notaba, claro que sí. Sus ojos, llenos de comprensión, se posaban en los míos con una calidez que me reconfortaba. Me regalaba sonrisas cómplices, repitiendo como un mantra que todo estaría bien. Esperando por parte de ella, que sus palabras fueran un bálsamo para mi alma.
— Todo está listo, nos iremos con los Harrison. Ellos se han ofrecido a preparar todo. — comentó T/N mientras salíamos del circo.
Eché un último vistazo a la enorme carpa, mi hogar durante tantos años. Era como si estuviera a punto de cruzar un portal hacia otro mundo, uno completamente desconocido. Mi mente se llenó de pensamientos confusos, y no pude hacer más que asentir con la cabeza, siguiéndola como un niño pequeño y asustado. Si viera a alguien del circo en ese momento, seguramente me burlaría de su actitud infantil. Pero era yo quien se sentía así, y me limité a reprimir el impulso de abofetearme.
El pueblo de Mistery Town era pequeño, un lugar donde la gente se movía a pie o en bicicleta. Millones de veces había recorrido sus calles, pero ahora todo se veía diferente. La mirada de los habitantes, llena de una mezcla de curiosidad y temor, me hizo sonreír por un momento, creo que eso me relajó un poco.
Me sentía como una celebridad. Todos sabían que T/N y yo pertenecíamos al circo, y en especial T/N, hija de los alcaldes y líder del circo de la oscuridad o ahora como ella lo nombraba, el circo Stigma.
Tras el pequeño recorrido a pie cruzando Mystery Town, llegamos cerca de las afueras del pueblo, atravesando un sendero lleno de árboles como la mayoría de nuestros alrededores.
Habia una casa, era grande y muy bonita.
— Has estado bastante callado desde que salimos del circo. — dijo ella con la voz tan serena que podría jurar haber escuchado una melodía.
Por supuesto me había sacado de mis pensar con un ligero toque de sorpresa. Más sin encambio, sonreí.
— Sólo estaba pensando. Es todo. — dije mientras sostenía con firmeza la bolsa de viaje que mi padre me había prestado para esta ocasión.
Comencé a jugar un poco con la asa de cuero desgastado en aquel bolso, no me agradaba demostrar mucho mi inquietud, y aunque ella ya lo había notado desde hace mucho, era mejor controlarme.
— Puede que sea un poco difícil para tí, teniendo en cuenta que tu vida a sido en este pueblo. Pero estaremos bien, regresaremos tan pronto como nos hayamos ido. Y además, conozco perfectamente como debemos desenvolvernos en la ciudad. — comentó con una sonrisa.
Ella a diferencia de mi, no llevaba absolutamente nada en sus manos, solo vestía como era ya costumbre junto a un abrigo largo de lana.
— Lo dices como si fueramos criaturas a punto de salir de alguna película o libro de fantasía. — hablé arrugando ligeramente la nariz.
Ella rió levemente y negó con la cabeza.
— Lamento mucho si soné de esa manera, pero ya te darás cuenta. — dijo poniendo fin a nuestra conversación para tomar mi mano y entrelazar nuestros dedos.
Ya habíamos llegado, estábamos en la entrada de aquella casa. No hizo falta tocar el timbre, una persona joven con una enorme sonrisa abrió de inmediato.
— Ya estas aquí! — exclamó el chico con energía.
Nunca lo había visto, sin embargo había un cierto parecido en Alec Harrison, su cabello oscuro y ojos azules lo delataban.
— Brentt, él es Jungkook, ya te había hablado un poco sobre eso. — habló T/N regalándole una sonrisa familiar.
Por un instante sentí celos, ambos parecían llevarse bastante bien, era más que obvio, todos ellos habían vivido juntos. Y aunque no los conocía a excepción de Alec y oído de Joseph, sabía que los Harrison eran algo importante en la vida de T/N.
— ¡Claro que sí! — exclamó el chico llamado Brentt. Se hizo aún lado dejando el paso libre y ambos nos adentramos a la casa. — Tenía bastante curiosidad por conocerte al fin. T/N siempre hablaba de tí, eras como un enigma para mí. Soy Brentt Harrison. — se presentó extendiendo el brazo el cual respondí.
— Jeon Jungkook. — me limite a decir.
— Así que Jeon Jungkook está aquí. El titiritero Jeon. —
Escuchamos una tercera voz colarse a nuestra conversación y al voltear, vi a una mujer de igual manera joven, cabello largo y negro con un flequillo, además de sus ta distinguidos ojos azulados.
— Brenna. — oí decir a Brentt, aunque no noté el tono de voz, era confuso saber si lo decía en regaño por el comentario o no.
— ¿Qué? Al fin conocemos al chico por el cual todos estamos aquí en este pueblo. —
Muy bien, eso sonaba a reproche.
— Escucha Brenna, Jungkook no es el culpable de nada, nunca envió esa carta y además yo estoy aquí por que quería. — íntervino T/N con cierta incomodidad.
— Nunca dije que fuera el culpable, a estas alturas ya no importa. — respondió la mujer. — Sólo, no me agradas. Hiciste pasar un mal rato a T/N en el circo tras su regreso, eso no era justo. — me miró con el ceño fruncido de manera acusatoria.
— Ya basta Brenna. Fué suficiente. —
Esa voz la conozco perfectamente, puede que con el tiempo haya cambiado ligeramente, pero aún así lo sabía.
— Alec... — susurré.
— Bienvenido Jungkook, lamento que mi hermana se haya comportado de manera grosera, últimamente estamos pasando por cosas complicadas. — explicó el mayor de los Harrison.
Podía notar perfectamente que ellos eran una familia, incluyendo a T/N con ellos. Tenían una buena sinfonía, aunque los tres hermanos Harrison se parecían físicamente, T/N no era indiferente a ellos.
— Todo está preparado. Tus cosas también, la casa será desocupada una vez nos vayamos del pueblo. — habló Alec a T/N. — También envié por tú coche en Londres, supongo que lo necesitas.
— Gracias Alec. — dijo ella mientras me daba un ligero vistazo. — Creo que ya es hora de irnos.
Yo asentí.
Habían dos autos estacionados en el garaje de aquella casa, en uno de ellos visualicé qué ya estaba ocupado por dos personas más. Seguramente eran Joseph y Alice.
T/N miró en aquella dirección con cierta tristeza y fué en ese momento que entendía el por que. Ellos eran su familia, después de todo, la estaban ayudando.
— Ellos estarán bien, se recuperarán. — añadió Brentt.
Brenna por el contrario se limitó a subir en la parte trasera a lado de sus padres.
— Lo sé, pero no puedo dejar de sentirme culpable, si yo.... — comenzó a decir y calló tan pronto Alec la interrumpiera.
— Ya hablamos de esto, nada es tú culpa. Somos una familia. —
Verlos así de unidos me hizo pensar en que si yo también podría llegar a tener una familia así, y la respuesta no era tan clara, mis padres no vivían conmigo, era un artista de circo que m*ta gente por diversión y lo más importante, nunca le había tomado importancia a este tipo de cosas.
Minutos después el auto se comenzó a andar, y poco a poco nos sumergianos entre la carretera llena de árboles y montañas, como si estuviera cruzando un portal.
Desde que tengo memoria, nunca había salido de Mistery Town. Mis recuerdos de la infancia eran borrosos, fragmentos de un pasado lejano que se desvanecían con el tiempo. Recuerdo haber sido un niño pequeño, jugando entre las carpas del circo, rodeado de la magia y el misterio que lo caracterizaban. Pero la ciudad, el mundo más allá de nuestras fronteras, era un enigma para mí.
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El Laberinto de los Recuerdos Olvidados 🎭 JK•T/N
General FictionSegundo libro de "El circo de la oscuridad". El hermano de T/N con su regreso repentino, tiene un deseo por liderar el circo en Mistery Town, desafiando a su propia hermana y cuestionando su capacidad para dirigir el circo, plantea un enfrentamiento...