Entre la espada y la pared

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Llegó el ansiado día de saber quién quedaría fuera, todos trataban de convivir lo mejor que podían dejando de lado los nervios que sentían.

Arath se encontraba peinándose mientras Mario se ponía pequeños toques de colonia, el canoso miraba a detalle cada acción que su compañero hacía.
— ¿Ocupas algo chismoso? — cuestionó el de lentes de forma burlona, terminando de abotonarse la camisa celeste, Arath negó con la cabeza y se puso frente suyo para sujetar el cuello mal ajustado dejándolo perfecto.
— Tu cuello me estaba dando ansiedad, todo chueco como tus lentes. — Rodó los ojos sin poder evitar soltar una risa burlona.
Unos pasos imponentes hicieron que el buen humor de el canoso se esfumará, el joven regio palmeó la espalda de Mario y se limitó a mirar de forma hostil a Arath, entrando a la ducha sin nada que decir.

— Parece que no se llevan muy bien.— murmuró Mario tratando de aliviar la tensión, Arath se limitó a arrugar la nariz, dando una señal con la cabeza para que salieran ambos.
— Claro que no nos llevamos bien, es demasiado pasivo agresivo y no juega limpio, ¿Lo consideras un amigo? — cuestionó Arath esperando una respuesta sincera.
— Pues conozco a Adrián hace mucho tiempo, yo le abrí las puertas a multimedios y le tengo cierto cariño, aunque me sorprende su personalidad aquí en la casa, yo sabía que era difícil y algo revoltoso pero no ha este extremo, supongo que simplemente se deja llevar por el juego. — Arath lo interrumpió negando la cabeza, se sentía algo herido por tal justificación.
— Deberías alejarte de amistades como esa, tu carisma, amor y personalidad no van con una persona tan ruin como esa.— Tras terminar de hablar escucho una tercera voz raspar la garganta haciéndose notar, era Adrián, había salido por los zapatos que dejó olvidados en la habitación en el transcurso del camino no pudo evitar escuchar aquella conversación, su molestia era notoria y no tardó en encarar de forma agresiva.
— ¿Y tú quién eres para decirle a Mario con quien relacionarse? ¿Acaso te debe pedir permiso para hablarme? No porque seas el líder de tu equipo quieras manipularlo para ponerlo en mi contra, es así como juegas y dices que yo soy de lo peor, por lo menos yo no fingí ser buena persona.— Mario le tomó el brazo a Adrián dando a entender que era suficiente.
— Debes parar Adrián, estuvo mal que- — Arath no le dejó terminar, era su momento de dejar claras las cosas.
— Nadie le está diciendo a Mario cómo actuar o de quién ser amigo, yo lo estoy aconsejando como uno, si te preocuparas por él estarías jugando limpio y no con tu psicología barata.—
Los demás participantes se unieron al escuchar los alardes, no tardaba mucho en iniciar la gala y no querían más estrés ni peleas, mucho menos algún regaño, el equipo tierra trato de calmar a Adrián el cual hizo un último comentario amenazante hacia Mario.
— Sabes que yo te protegí y estás hasta aquí por mi, eso es lo que hace un amigo, el te nomino, incluso se puso contra tuya en la primera semana, además que es amigo de un tipo que te odia y te inculpa de la muerta de Paul, debes escoger bien a tus amigos Mario. — finalizó la pequeña discusión dejando el ambiente en una gran división por equipos sin embargo la carga caía en los hombros de Mario, eso se había sentido como una advertencia.

En la gala Mario estaba serio e incómodo con la idea de escoger una amistad, no era como si le habrían dado algún ultimátum sin embargo odiaba recordar ambos puntos de la pelea, Arath notó esa extraña aura que emitía Mario, de forma sigilosa se sentó a su lado para rozar el meñique con el del contrario, entrelazándolo, eso hizo que Mario alzara la vista y sonriera un poco.
— Debemos tomarnos las manos del equipo mar. — Mencionó Arath en voz alta y las jóvenes estuvieron de acuerdo, estaba feliz porque era una excusa perfecta para tomar firmemente la mano de Mario, aunque su corazón palpitante parecía ir a ritmo apresurado y la sensación de cosquillas en la palma le invadía trato de ocultar la sonrisa de victoria, mato dos pájaros de un tiro, la primera; un contacto más directo con su compañero, la segunda; una unión más fuerte en su equipo como líder.

Mario al sentir como ambas palmas compartían un mismo calor no evitó entrelazar sus dedos con los del canoso, aunque evitaba verle al rostro pudo notar una sonrisa coqueta y sutil del contrario, extrañamente sentía una chispa de felicidad cada que estaba cerca de Arath, no quería buscarle mucha lógica tal vez solo se encontraba en negación por lo que sentía, distingue que por Adrián tiene un afecto amistoso pero lo de Arath va más haya, nunca le había pasado, incluso podría compararlo con la emoción de ver a su esposa pero eso sería algo absurdo ya que eso es amar.

Tras unos momentos de tensión al estar todos nominados, entraron uno por uno a la casa con maleta en mano a excepción de potro y Mario, la jefa dio orden de que ambos subieran a la ruleta, el equipo mar se encontraba ansioso, afligido, tenso, Arath parecía ser el más preocupado.
Comenzó a girar la ruleta y la ansiedad invadía a todos los integrantes, se fue abriendo la puerta de salvación poco a poco, el de lentes se encontraba escondido para darles una sorpresa a sus amigos, cuando abrió por completo salió Mario gritando victorioso, las chicas y Arath lo recibieron con gritos, llanto, un abrazo caluroso fue interrumpido por el momento de adrenalina de ambos mayores cuando Arath dejándose llevar demás por las emociones sujeto a Mario con ambas manos en las mejillas diciéndole.
— No me podías dejar solo. . . No con las niñas— los demás estaban sorprendidos, molestos tras la pérdida del integrante pero a Mario no le importaba más que esa mirada llena de alegría que le ofrecía Arath, sin quererlo se acercaron demasiado uniendo ambas frentes, sintieron los alientos tan cerca que cualquiera creería que en algún mal movimiento podrían besarse, rápidamente se separaron y disimularon yéndose a la cocina con gritos de victoria.
— Estoy feliz por estar con ustedes de vuelta. —
Brigitte le sonrió a Mayito tras escuchar sus palabras sinceras y llenas de amor, respondiendo — Ay Mayito, nosotros te adoramos, ya no nos des sustos así que Arath parecía desmayarse.— todos comenzaron a reír mientras cenaban, Mario había respondido su duda sobre el tema de la tarde, a pesar de haber conocido a Adrián muchos años atrás supo que un amigo verdadero no se comportaría como él, las chicas le ofrecieron una amistad que no se imaginaba obtener debido a la brecha tan grande de edad, incluso con Arath resolvió los problemas que había tenido en un inicio, esos abrazos, ese apoyo se sentía sincero, Mario ya sabe quién realmente eran sus amigos por eso mismo pondría toda su lealtad al equipo.

< nota >
una disculpa por el atraso
te dejo mi ig por si quieres apurarme cuando esté procrastinando y se me olvide publicar los capítulos semi completos ><
@ramendesuadero
dejen en los comentarios que les pareció

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