Nuevamente el team mar se encontraba reunido para cumplir otro de los retos de Karime, aunque Mario ya no estaba en edad de poder seguir el ritmo de las chicas se sentía en la obligación de cumplir con su palabra, esta semana sería una dinámica divertida, tras apodar a los mayores como mamá y papá, se animaron en hacer una pequeña familia recatada, ejemplar, Arath siendo la madre de familia, recatada, religiosa, Mario como el padre de familia consentidor, caballeroso y atento, el rol de las chicas sería ser las hijas revoltosas que estaban en plena rebeldía, se tomaron el tiempo para maquillar a Arath dejándolo más parecido a un drag queen que a una señora de las lomas, Mario con una camisa bien planchada color negro, siempre bien peinado y perfumado.
— Que comience la función, mi madre carmelita ahora si sabrá que es lidiar con diablas.— Dijo karime tras terminar de peinar a Arath, nadie más que las chicas lo había visto, hicieron pasar a Mario con los ojos cerrados para darle una sorpresa y vaya que fue sorpresa pues no se tardó en escuchar una enorme carcajada al abrir los ojos, las chicas eran muy creativas pero ver a Arath así le ganaba las carcajadas, algo ofendido el canoso comenzó con su personaje. — ¿De qué te ríes Mario? Las niñas me hicieron un nuevo maquillaje para que me dijeras cosas lindas y solo recibo burlas.— cruzó los brazos alzando la mirada sumamente ofendido, Mario intentando incorporar el papel, respiro hondo acercándose para acariciarle la mejilla con delicadeza. — Amada mía sabes que eres la luz de mis ojos, nada me hace más feliz que verte, por eso me estaba riendo.— Ambos estaban conscientes de que era un rol solamente, sin embargo las palabras y caricias se sentían sinceras, el momento romántico fue interrumpido por las chicas que salieron con un vestuario corto, "carmelita" casi pega el grito en el cielo desvaneciéndose en los brazos de su amado Mario.
— Sostenme bien, mis ojos no pueden con tanto pecado, ¿Qué hice para merecer estas niñas? — Decía Arath con una voz afligida señalando a las chicas, Mario frunció el ceño y las señaló. — Vayan a cambiarse, miren como han dejado a su madre par de impúdicas, en esta casa existen valores.— Apuntó a las maletas dando orden de una vestimenta más digna, Brigitte con su adorable mirada respondió.
— Ay papá los tiempos cambian y mi mamá es muy exagerada, no creo que ella no se haya vestido como nosotras.— El de lentes negó con la cabeza evitando caer en las pequeñas manipulaciones. — Tu madre siempre ha sido una dama, me conquistó por su inteligencia, por esos ojos tal lindos que tiene.— Arath estaba simulando que rezaba y encomendaba a sus hijas pecadoras.
Siguieron con la dinámica todo el día dejando confundidos a los del cuarto tierra por los retos tan extraños que hacían, ese día cada uno se hizo la cena pues ya no había restricciones en la cocina, solamente faltaban Mario y Arath por probar bocado.
— ¿Aún eres carmelita ó ya eres arath? — cuestionó Mario preparándose para hacer la cena, algo ligero para acompañarlo con su compañero. — Depende, ¿No te gusta estar casado conmigo? — mencionó afligido Arath mientras se quitaba el poco maquillaje que le quedaba, Mario rodo los ojos aventándole el trapo que estaba cerca. — Carmelita es una dama pero también muy exagerada, me gusta más Arath.— contestó el de lentes sin antes pensar que se podría mal interpretar, Arath quedó helado pues no sabía en que sentido lo decía.
— No te conocía esos gustos mayo.— bromeó viendo como su compañero se ponía rojo por la pena comenzó a negar rápidamente.
— Que te pasa animal, igualado, respétame.— Mario se dio la vuelta comenzando ha cocinar una ensalada para ambos con un poco de pollo a la plancha, ya no había mucha comida pero aún se podían hacer buenos platillos, Arath se fue a cambiar por algo más cómodo y lavarse bien el rostro antes de cenar.
— Ya sabes que yo lavo los platos. — dijo Arath al tomar asiento junto al de anteojos, cenando juntos, esa cena fue la más tranquila que había tenido hasta ese momento, convivir con mucha gente puede ser difícil, más sintiendo la presión del juego día a día, sin embargo con Mario era diferente, le transmitía una tranquilidad, una confianza muy irreal, aunque ambos sabían que en las últimas semanas sería un juego individual disfrutaban momentos como esos, compartieron una charla de lo divertido que les precio ese día y como se sentía la casa un poco más tranquila, al terminar la cena Arath recogió los platos, Mario limpió la mesa y tomó el mandil que estaba guardado, miró como el canoso fregaba platos sin alguna protección, caminó hasta el para comenzar a ponerle el mandil sin que el contrario dejara de lavar, hizo un nudo con cuidado y le soltó una nalgada como broma.
— Espero que quede esta cocina impecable.— Arath soltó una queja y frunció el ceño ante tal confianza, al momento de girarse vio como Mario se fue corriendo a una velocidad bastante baja, tantos años del gallinazo ya le había afectado en las rodillas, sin embargo estuvo con una sonrisa en rostro al recordar la pequeña palmada.
ESTÁS LEYENDO
Secreto en el "mar"
FanfictionEsta historia es con fines humorísticos, no se espera dañar a las personas involucradas.