CAPITULO 1

23 1 1
                                    

La obsesión y el deseo son solo el comienzo de tu tortura.

Las gotas de lluvia van chocando con ferocidad contra el vidrio de la ventana, suspiro acomodando un poco la maleta que tengo entre mis piernas, es un nuevo paso, claro que si. Luego de haber vivido con mi familia durante toda mi vida, al fin podre liberarme de ellos. El bus frena de golpe y mi maleta se suelta yéndose hacia adelante.

Maldigo por mis adentros y pido permiso al que esta a un lado de mi para pasar, también para facilitar las cosas el bus esta completamente lleno. El señor se levanta y yo inclino la cabeza en modo de agradecimiento. Camino unos pasos haciendo a un lado a la gente buscando mi maleta.

Dios es enorme como diablos se va a perder?

Sigo buscando, debe de estar metida entre los asientos. Pero definitivamente no lo esta.

-¿Alguien ah visto una maleta azul por sus asientos?- grito mientras que las personas me regresan a ver confundidos.

Agradezco a la vida que todos giran sus cabezas para ver a los lados y buscar algún indicio de mi maleta, lo poco que tengo ahí la verdad no me apetece perder ya que no tengo mas ropa que pueda ponerme, eso sin incluir una olla y un plato. Algo tonto, pero le tengo mucho cariño a esas cosas, por que me los regalo mi abuelita y sinceramente ella es muy importante para mi.

Una voz masculina y muy gruesa resuena por el transporte. Solo siento como todos se hacen a un lado. Entonces lo veo parado al inicio del bus con mi maleta, que para mi es demasiada pesada, sin embargo el la tiene levantada como si nada, indicándola.

-¿Es esta?- volteo a ver hacia la voz que lo pronuncio y solo me pierdo en el negro de sus ojos.

Tanta belleza en un solo cuerpo debe ser anormal. Paso mis ojos por su cuerpo alto y sus musculosos brazos que levantan aun mi maleta.

Gery estas quedando como una estúpida.

Sacudo mis pensamientos y asiento con mi cabeza. Me quedo parada y el me hace la señal con el dedo para que me acerque. Enserió, que es lo que me pasa? igual ya me tengo que bajar.

Maldición tengo que bajarme y aparte estoy esperando a que me de mis maletas.

Camino entre la gente hasta que llego donde esta el, no logro ver a una caja que hay en medio pasillo y mis pies se envuelven en ellos y tropiezo. Solo siento a la gravedad atraer mi cuerpo, y en eso unas manos fuertes me atrapan. El olor a cuero recién horneado me llena, maldición su olor es una maldición. Por que siento que me va a condenar.

Levanto la mirada y me encuentro con sus ojos negros. Un escalofrió me recorre por completo, son muy negros. Creo que eso no es sano, me refiero a tener los ojos así. Parece como si su pupila estuviera muy expandida.

-Perdón, son mis pies- lo digo en un leve susurro, pero no es por que no quiera que me escuche el resto, es por toda la vergüenza que siento.

Perder la maleta, que no es de un tamaño pequeño, quedar parada como una estúpida hipnotizada por su belleza y ahora para terminar con un lazo sobre este presente estoy a sus pies.

-A veces pasa- su voz profunda entra por mis oídos y recorre todo mi cuerpo. Como una maldita electricidad. No deja ni un solo rincón sin estar dentro de cada poro de mi piel.

Sus ojos se suavizan y una sonrisa se dibuja en su rostro. Acaso eso es por pena.

Que me trague la tierra y me escupa otra vez, nueva ciudad y nuevo hogar, todo completamente nuevo para poder empezar desde cero y ahora empecé con el pie izquierdo.

El me levanta y yo retrocedo un paso al darme cuenta de su enorme estatura. No creo que yo sea tan pequeña como para llegarle hasta casi su pecho.

Bajo la vista hacia mi maleta y la tomo, es cuando escucho al chofer gritar la parada.

¡Es mi parada!

Pero antes de que yo intente adelantarme el se da la vuelta y se pone en la puerta de salida

-¿Te bajas aquí?- pregunta con la vista hacia adelante.

Asiento con la cabeza nuevamente. ¿Pero que me pasa? Mi estupidez esta a mil hoy. No puede verme.

-Si- digo con voz temblorosa y solo siento como el se ríe, no lo escucho pero lo siento en mi cuerpo.

Que diablos acaba de pasar. Nuevamente el bus frena de golpe y por no sostenerme con ambos brazos mi cuerpo va encima del suyo. Esto es una pequeña etiqueta que falto para completar el regalo. Cierro los ojos preparándome para recibir el golpe, pero sus manos me agarran por los brazos. Su tacto me quema. Sus malditas manos están ardiendo.

-¿Estas bien?- pregunto separándome de el, el solo fija su mirada en mis brazos donde me agarro y en sus manos y se baja sin decir mas.

Lo veo alejarse bajo el mar de lluvia que se abre ante la ciudad. La luz del día casi ah desaparecido. Debí haber venido con algún abrigo y entre el revoltijo de mi maleta dudo que encuentre uno.

Salto el charco, llegando hasta la parada, cubriéndome un poco de la lluvia, aun que no ayuda mucho ya que en el sentido que va la lluvia me esta mojando los pies. Mi cuerpo empieza a temblar por el frio. Volteo para ver hacia atrás que es donde tengo que ir y nuevamente un escalofrió me recorre la espalda. Es un puto bosque. Saco mi teléfono y veo el mapa donde tengo que ir.

Y si, definitivamente tengo que atravesarlo para llegar a esa casa. Agarro mi maleta con todas mis fuerzas. Al fin y al cabo igual me estoy mojando.

Tomo fuerzas y salgo corriendo hacia la oscuridad.

Los enormes arboles me ayudan en algo, deteniendo la lluvia con sus hojas, convirtiéndolas en pequeña llovizna. Ahora por lo menos podre caminar tranquilamente.

Realmente era el departamento mas barato que eh logrado encontrar y ahora me doy cuenta del porque. Esta a las afueras de la ciudad, aun que si regreso a ver a mis espaldas aun veo los picos de los enormes edificios. Aun que según el Google Maps tengo que caminar durante veinte minutos mas.

El aire húmedo y fresco envuelve todo. Los arboles están por todos lados y solo sigo caminando por el pequeño camino que se formo de las personas que van y vienen por aquí.

Escucho el crujir de una rama y volteo a ver a toda velocidad hacia el sonido. No hay nada.

Estoy siendo algo paranoica, tengo que calmarme un poco.

Por fin logro visualizar la luz de algo. Pero es la casa.

Me quedo parada justo en el portón que esta cerrado. Logro visualizar algo en la enorme oscuridad que la envuelve. Es una casa de piedra amarilla vieja, muy vieja. Tiene tres pisos y el techo de teja. Abro arrastrando el portón y este chilla por lo oxidado que esta.

Definitivamente ahora entiendo el costo. Aun que en las fotos del interior parecía bastante cómodo.

No juzgues un libro por su portada.

Sigo el camino que lleva hasta la casa. Al llegar hay dos puertas principales así que opto por la primera que esta mas cerca.

Por cierto gracias maldita lluvia que paras justo cuando yo llego a mi destino.

Suspiro viendo hacia el cielo y entro.

El olor a madera vieja y a humedad invaden mis fosas nasales. Es cuando su voz me hace girar de un solo tirón. 

UNA CASA EN EL INFIERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora