CAPITULO 9

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Mi cuerpo cae cuando la puerta sede por mi peso.El ardor en mis palmas me produce un pequeño gruñido, aun que mi cerebro me avisa de un posible causante del dolor mucho mas fuerte así que me giro sobre mi cuerpo y lo veo parado al pie de la puerta, así que la pateo para que se cierre. Antes de que el pueda girar la perilla de la puerta me aviento contra ella poniéndole el seguro.

Me separo de la perilla aun teniendo mis manos en dirección a esta misma por si se llegara a mover. Mis ojos quedan paralizados en la puerta y la perilla. No veo ningún movimiento así que decido que es momento de analizar en donde diablos estoy, mi vista se desvía para analizar a mi alrededor.

Hay un enorme armario apegado a la pared, en la mitad hay una enorme cama, cubierta por un edredón negro. La enorme ventana, que esta desde el piso hasta el techo formando un rectángulo, permite entrar la tenue luz de la luna alumbrando un poco la habitación. Una guitarra eléctrica esta apegada en el rincón contrario del armario.

La puerta empieza a sacudirse y veo todo a mi alrededor, necesito esconderme en algún lugar, pero, maldición, no hay nada que pudiera usar como mi escondite, un fuerte golpe contra la puerta me hace sobresaltar así que corro hacia el armario y me meto en el, cerrando con cuidado la puerta y dejando un pequeño espacio para poder observar hacia afuera, necesito verlo aun que no de cerca. Las chaquetas me envuelven cuando me adentro mas en el armario y el olor a tabaco y un sabor algo dulce me invaden por completo.Volviéndose tan familiar que me recorre cada parte de mi piel.

Estoy en su maldito cuarto!

Esta vez el otro golpe es mucho mas fuerte haciendo que la puerta cruja y rebote con fuerza contra la pared cuando esta se abre, escucho el ruido del metal al chocar contra el piso.

Llevo las manos a mi boca para intentar reducir el sonido de mi respiración acelerada, realmente espero que esto funcione en silenciarme un poco. Acerco mi rostro lentamente a la pequeña abertura de la puerta, su sombra me cubre cuando el camina por el cuarto lentamente. Su silueta se detiene justo frente a mi así que alejo mi rostro de la abertura y meto mi cuerpo mas adentro, su calmada respiración hace eco por todo el armario produciéndome que mi piel se erice.

- vas a salir o tengo que sacarte?- su voz retumba por todo el lugar, realmente me niego a creer a que me haya encontrado, simplemente esta deduciendo que estoy aquí por que es el único lugar en donde podría meterme.

Siento como el armario vibra ocasionando que me comprima mas fuerte la boca con mis manos. Dejo que mi cuerpo recaiga lentamente contra la pared del armario, pero necesito usar mis pies para mantener el equilibrio ya que no llego a sentir el final de este.

Sigo retrocediendo varios pasos dejándome envolver por completo de la oscuridad, por lo menos se va a demorar en encontrarme, por que este armario es enorme, la desesperación empieza a disminuir, ya que si el llegase a meterse aquí, le tomara mucho mas tiempo en encontrarme. Mi espalda topa algo y dejo que mi cuerpo recaiga lentamente contra la dura superficie. Aun que no se por que diablos la pared empieza a ceder y solo siento como se parte en dos.

Mi cuerpo se resbala por la abertura así que me preparo para el golpe y el dolor que estoy a punto de recibir.

Caigo contra unas manos fuertes que me agarran con fuerza contra mi cintura y mis hombros levantándome sin ninguna dificultad. Su olor es mucho mas potente que en el armario.

-perdiste- busco su rostro hasta que nuestras miradas se conectan y solo veo como sus ojos se hacen mas pequeños por la felicidad que se pinta en su rostro.

Mis labios se separan ligeramente y solo siento como mi grito es ahogado en mi garganta, no logro llegar con mis pies al suelo así que pongo mis manos entre nosotros para intentar empujarlo, sus manos envueltas por unos guantes negros me atrapan antes de que si quiera llegase a tocarlo, mis pies caen sobre el suelo con un golpe y ambas de sus manos sostienen las mías, tengo mis rodillas casi flexionadas contra el suelo y el se agacha hasta que logro sentir su respiración chocar contra mis labios, es como una suave y perezosa caricia.

UNA CASA EN EL INFIERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora