Capítulo 7 - La historia de Jerome parte 2

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Los días pasaron, Albafica sigue enseñándole a Jerome sus técnicas de pelea así como el uso de su Cosmo, por su parte, Jerome logra acostumbrarse a esto, pero al final del día, durante el ritual de intercambio, el miedo se volvía a apoderar de él, tras 2 años de entrenamiento, su cuerpo aún rechazaba el veneno, y después de cada intercambio, terminaba más agotado, hasta que un día al anochecer.

Albafica - Jerome, debes irte del Santuario.

Jerome - ¿Qué?, pero ¿por qué Señor Albafica?

Albafica - A pesar de tu valor y determinación, tu cuerpo no está adaptándose al veneno, ayer casi mueres durante la noche, si hacemos el ritual hoy, temo que no volverás a ver la luz del día.

Jerome - Por favor, Señor Albafica, sé que puedo hacerlo, he superado todas las pruebas que me dado, sé que tengo lo que se necesita para ser un Caballero Dorado.

Albafica - ¿Sabes por qué le dije a Gigas que ya no tomaría más discípulos?, fue porque el último murió durante este ritual, si bien él lo hizo después de solo un mes, ya he visto en ti lo mismo que vi en él antes de que muriera.

Jerome se sintió despreciado una vez más, recordó como su padre siempre le decía que no era lo bastante listo, lo bastante fuerte, lo bastante astuto, y ahora, su Maestro le decía que tampoco tenia lo necesario para ser un Caballero, esto solo lo enfureció, deseaba demostrarles a todos de una vez por todas lo equivocados que estaban.

Jerome - Yo no soy como su anterior alumno, se lo suplico, déjeme probárselo - diciendo esto, pincho su dedo como cada noche - hagamos el ritual, y si no soy digno, al menos quiero morir intentándolo.

Albafica se conmovió por la determinación y el espíritu de Jerome, y aunque no sabía la raíz de su motivación, decidió concederle el que pensó era su último deseo, morir intentando convertirse en Caballero, Albafica pincho su dedo e hicieron el intercambio, pero tal como lo esperaba el Caballero, Jerome se desplomó y empezó a retorcerse con dolor en el suelo, la sangre salió por su nariz y boca, sus gritos de agonía resonaban en los oídos de su Maestro, hasta que, finalmente, estos se detienen así como los espasmos del joven, Albafica toca el cuello de su alumno, y al no sentir un pulso, regresa a la Casa de Piscis, toma una manta y envuelve el cuerpo de Jerome, lo carga y lo lleva a la parte baja del Suntuario, a donde están Gigas y los otros aspirantes a Caballeros.

Albafica - Gigas.

El hombre voltea para ver al Caballero cargando la improvisada mortaja.

Gigas - ¿Qué significa eso?, ¿Acaso Jerome ...?

Albafica - Infórmale al Patriarca lo que ocurrió, deshazte del cuerpo, pero hazlo con cuidado, resistió durante 2 años, así que su sangre debe ser lo bastante tóxica para matar a alguien - y regreso a su Templo.

Gigas miro con decepción la mortaja, entro a su dormitorio, escribió algo en una nota y llamó a unos soldados.

Gigas - Pongan eso en una caja y envíenlo a esta dirección - dijo dándoles el trozo de papel - y háganlo rápido, no quiero que nadie se entere de su contenido.

Los soldados obedecen y envían el cuerpo de Jerome de vuelta su hogar, lo que nadie sospechaba, era que el joven no estaba muerto, pero se encontraba en un estado cercano a la muerte que solo un médico experimentado podría haber detectado, el tiempo que tardo en llegar a su nación le permitió recuperarse del veneno, aunque aún estaba débil, era consiente de lo que pasaba a su alrededor, finalmente, llegan a la casa de su padre, llaman la puerta y el propio Philippe sale a recibirlos.

Philippe - ¿Qué se supone que es esto?

Los mensajeros le entregan una carta de Gigas donde le indica que Jerome murió durante el entrenamiento y lo enviaron par que pudieran sepultarlo en su tierra.

La Escencia de La RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora