18.-Carpeta

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La mañana trascurrio con tranquilidad, pero el desayuno fue incomodo ya que mi abuela no dejaba de mirarme a mi y a Satoru atentamente en la mesa. Acaso nos habra escuchado? pero si fuimos silenciosos! A veces sentia que mi abuela podia ver a través de mi, por lo que todo el desayuno me la pasé mirando hacia abajo con total vergüenza, mientras escuchaba la suave risa de Shoko a mi lado.

Luego ayude a mi abuela con las tareas del santuario, ya que después de dias finalmente podriamos volver a abrir, mientras Shoko salio a turistear por el pueblo y Satoru se paseaba por el santuario sin ninguna vergüenza observando todo. Mas de alguna vez pude ver una guerra de miradas entre mi abuela y él, solo rogaba que Satoru no hiciera alguna tonteria.

Las horas pasaron y algunos visitantes llegaron mientras organizabamos distintos talismanes del santuario, por lo que no me di cuenta que hora eran hasta que tenia un hambre inmenso.

-Toma-Satoru me puso una bolsa de sandwiches frente a mi cara-ya es tarde, tu y Ren deben comer algo-dijo mirando a través de los lentes hacia otro lado, casi con vergüenza.

Aquello fue adorable.

-gracias..-dije, tome la bolsa y con mi otra mano lo lleve a un lugar alejado de todos sin preguntarle.

Llegamos a un pequeño rincon cerca de los arboles, me sente en el pasto a pierna cruzadas por lo enorme de mi barriga y le indique que me acompañara, él se sento sin reclamos a mi lado. Alli abri la bolsa, saque un sándwich para mi y otro para él.

-Toma, quiero que me acompañes, no me gusta comer sola-dije gentil.

Comimos los sandwiches en total silencio hasta que se acabaron y él me miro con una leve sonrisa disfrutando el momento. Le devolvi la mirada y pude ver sus cabellos brillantes moviendose al compas del viento, mientras sus lentes se inclinaban levemente hacia abajo mostrando el inicio de sus pestañas, él era hermoso en cualquier circunstancia, incluso cuando no hacía nada de esfuerzo. Nos acercamos suavemente y nuestras bocas quedaron a centímetros hasta que finalmente se tocaron en un suave y tierno beso.

-Hime!-escuche lejos y empuje a Satoru rápidamente haciendo que se cayera de espalda.

-Sabes que ya no somos niños..?-dijo este aun en el suelo cubierto de hojas de los árboles.

-Fue solo un impulso..-dije con una pequeña risa.

-Hime! alli estas-dijo mi abuela al encontrarme, pero vio la presencia de Satoru y puso mala cara-hime necesito que vayas a buscar los talismanes que tengo en mi habitación.

Me pare con dificultad y camine hacia la casa, pero a lo lejos pude observar que hubo otra guerra de miradas entre ambos y con una posterior conversación en un ambiente tenso. Suspire resignada, sabia que tanto mi abuela como Satoru eran personas que cuando se les cruzaba algo iban de frente sin medir las consecuencias, entonces nada podia hacer para lo que tuvieran que decirse, solo esperaba que fuera rapido, ya que también sabia que ninguno de los dos eran rencorosos.

Cuando llegue a la habitación de mi abuela pude encontrar rápidamente los talismanes, ya que estaban en el mismo lugar de siempre, pero antes de salir de la habitación unos papeles con su carpeta incluida se cayeron al suelo debido a la brisa de la ventana abierta. Cerre la ventana y me acerque a tomar la carpeta, era la misma que llevaba mi abuela el dia anterior. Rápidamente recorde las palabras de Kenji y con temor a lo que hubiera lei su interior y los papeles que habian caido un poco mas lejos.

Mis lagrimas caian una tras otra y aunque sabia que debia volver no podia calmar mi sentir. Ahora entendia porque su actitud, porque nunca me juzgo por mi embarazo siendo ella tan estricta, porque se preocupaba tanto por mi y por mi bebé, incluso ahora entendia porque la primera semana de mi llegada habia salido repentinamente con el abogado del pueblo, pero lo que no entendia porque nunca me lo conto. Como esperaba que me enterara? cuando ya no pudiera despedirme?

Nueva facetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora