20.- Nieve

106 5 7
                                    

Era un dia de nevada, mi pequeño Ren corria emocionado por toda la casa esperando que encontrara las botas de nieve que recientemente le habia comprado su padre.

-Dónde las habrá dejado?-me pregunte a mi misma.

Rebusque por todos lados, pero no las encontraba.

Satoru llevaba dos dias fuera en una misión, mientras mi abuela habia tenido una reciente recaida de su cancer y permanecia hospitalizada sabiendo que en unos dias más volveria a casa para tomarse otro sake con sushi, sin importar mis reclamos, es por ello que a veces la casa se sentia un poco solitaria. Eso hasta que con Ren nos ibamos al santuario donde veiamos a nuestros ayudantes y a Kenji quien solia jugar bastante con Ren, era prácticamente como un tio para él.

Además mi abuela recientemente me habia pasado las escrituras de la casa y me habia dejado totalmente a cargo del santuario alegando que Ren ya era lo suficientemente grande para estar alli conmigo y a empezar a aprender las tradiciones familiares.

También desde que nos habíamos casado Ijichi paso a vivir en Ozu, esto porque Satoru se lo pidio alegando que era la persona perfecta para ser parte de nuestra protección. Ijichi en un inicio no acepto, pero luego de tanta insistencia de Satoru y un aumento del sueldo que originalmente recibía en la escuela, finalmente acepto y termino viviendo en Ozu en una agradable casa más alla a la nuestra. Ademas no fue el unico que nos brindo protección, también un ayudante del Clan, llamado Genzo, se mudo a Ozu en otra propiedad mas alejada, pero al igual que Ijichi pasaban visitando el santuario y merodearan los alrededores siempre alertas a posibles peligros. Pero como habían pasado meses sin inconvenientes, entonces se paseaban a charlar con nosotros. Incluso Ijichi comentaba que por primera vez en mucho tiempo decia que se sentia feliz con su trabajo ya que su deber ahora era solo de vigilante en un sitio agradable con gente agradable, en vez de atender las ordenes de la escuela, pero principalmente a  las ocurrencias de Satoru. Aunque mas de alguna vez habia pillado a Satoru pasandose con él por solicitarle otras cosas, como recados del minimarket, eso hasta que yo lo descubria y le llamaba la atención haciendo que Ijichi escapara feliz con mi intervención. Pero para ser sincera habia notado que Satoru lo hacia para llamar la atencion de Ijichi ya que aunque no lo dijera él estaba feliz de tener a alguien preciado y de confianza cerca en su vida después de tantas cosas.

Aquel dia habia nevado tanto que el santuario se habia cerrado por precaución, pero aun asi Ren queria salir, por lo que acepte ir a hacer un muñeco de nieve, pero lamentablemente aun no encontraba las botas, lo que me hacia tener un niño de un año y medio demasiado ansioso a mi alrededor.

-Maaaaaaa maaaaaaaa-decia este tirandome de la ropa con insistencia una y otra vez.

-Ya seee, estoy buscando aun-dije rebuscando aun en la habitación.

Si algo habia sacado Ren era la personalidad de Satoru, cuando se le cruzaba algo era dificil de persuadirlo a cambiar de opinión.

Finalmente encontre las botas al fondo del armario junto con unas cajas de dulces escondidas de Satoru. Suspire ya cansada y las tape rápidamente para que no viera Ren o seria otra cosa por la que me reclamaria constantemente. Inmediatamente le coloque las botas a Ren y salimos a dar una vuelta para que disfrutara de la nieve. Con un poco de dificultad llegamos hasta un parque cercano donde estaba completamente lleno de nieve, tanto que algunos juegos no se alcanzaban a ver, Ren rápidamente tomo una bola y empezo a imitar el actuar de otros niños mas grandes que estaban haciendo muñecos de nieve. Estuvimos jugando y disfrutando del paisaje por bastante tiempo, le saque varias fotos para enviarselas a Satoru y a mi abuela, quienes respondieron de inmediato felices de las caras que ponia Ren mientras jugaba. Esto hasta que Ren quedo todo empapado de tanto jugar con nieve y fue tiempo para volver a casa. Alli le di una ducha caliente y se fue directo a dormir una siesta por el arduo tiempo de juego.

Nueva facetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora