PRÓLOGO

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 ÓSCAR SCOTT:

Estoy sentado en un banco esperando a que todos estén listos para poder ir a una especie de fiesta para celebrar que hemos acabado todos los exámenes de este año. Seguramente esta es nuestra ultima fiesta juntos. Hemos acabado secundaria. Por fin. 

La verdad no me gusta mucho esto. Prefiero ir a casa de amigos y analizar partidos mientras nos reimos y bebemos cerveza robada de nuestros padres...

La fiesta la organiza Paula. Una chica que se lleva mas o menos bien con Warda. Sus padres le han dejado la casa y su hermano mayor a comprado cervezas con el más mínimo alcohol. Por lo menos tenemos algo. Aunque dudo que Luciano, el hermano, nos deje beber. Vamos, que será una mierda de fiesta, si la podemos llamar así. Jugaremos a la botella, haremos retos y más mierdas como esa. Al fin y al cabo tenemos 16 años.

Hay gente esperando a sus parejas, según Paula es obligatorio traer, si no, no nos dejan entrar en la "fiesta". Gente hablando, riéndose, arreglándose, de todo tipo. Me intento acomodar un poco porque estoy incomodo. Mentira, super incomodo.

Tengo a Warda, mi novia, encima de mi regazo y esta conversando con sus amigas sobre ropa o no se que . No quiero estar con ellas, quiero ir con mis amigos y pasármelo bomba, pero me tiene cogido como si fuera un puto perro. Pero es normal. Es mi novia y tengo que estar con ella todo el rato que ella quiera.

Que palo de fiesta. No me apetece nada. Y lo peor es que mañana tengo entreno a las siete de la mañana.

Levanto mi vista porque escucho una risa, una risa de bruja, creo que ya se quien es con tan solo escucharla. Efectivamente, Jana Bianchi esta hablando por teléfono con alguien. Esta sola en una esquina de la sala. Me paro a detallarla mejor, se ha arreglado para hoy. Lleva su pelo rojo fuerte teñido en un moño alto con un par de mechones que le caen por la cara. Tiene un delineado negro muy bien hecho y sombra de ojos marrones que le queda perfecto porque se complementa con sus ojos.

Lleva un vestido amarillo con un pequeño escote por la espalda y le llega por encima de las rodillas, el vestido es apretado y tiene muy buen cuerpo, nunca me habia fijado en ella. Pero ahora que lo pienso ella es bastante guapa, no entiendo como es que los chicos sin pareja no han intentado salir con ella. Yo lo haría si no tuviera novia. Mentira. No lo haría porque no hay nadie mejor que Warda.

Todos llevamos un acompañante, pero ella está sola con el móvil en la oreja, sonriendo tanto que creo que se le van a caer los mofletes.

-¿Verdad que sí, bebe?- Me pregunta mi novia devolviéndome a la realidad.

-Perdona, no te he escuchado. ¿Qué estabas diciendo?- Resopla y me frunce el ceño

-Estaba diciendo que esa pobre niña- Señala hacia Jana que ya ha colgado el teléfono- No tiene amigos, seguramente estaba fingiendo una llamada con alguien para parecer más... chula. – Consigue un coro de risas de sus amigas. Pongo los ojos en blanco.

-Pobrecita, no tiene acompañante, va a tener que ver como nos la pasamos bien sin ella.- Abro la boca para decirle que la deje, pero luego me arrepiento, mejor no llevarle la contraria.

Que puto cobarde.

Hay que ser valiente me armo de valor y se lo voy a decir. Vuelvo a abrir la boca para decirle eso pero la vuelvo a cerrar y esta vez no por mis inseguridades si no que me interrumpe un grito super agudo y fuerte.

-¡BIANCHI!- Grita una chica que se acerca corriendo hacia Jana.

-¿Y esta pava? ¿Quién cojones es?- Pregunta Warda, frunciendo más el ceño.

La chica corre y se abalanza hacia Jana, le da un abrazo y las dos empiezan a reírse. Me fijo en la chica que ha venido. Lleva un vestido naranja con un pequeño escote, que nos da vistas a sus pechos, intento no mirar hacia allí pero soy un imbécil y miro.

Siempre te escogeria a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora