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Victoria Font

12/ 04 / 2014- El dia que  la conocí, Hortensia.

Hortensia: Simboliza gratitud y comprensión.

Estoy llorando. Estoy teniendo mi primer ataque de ansiedad. Siempre decía de coña que me estaba entrando uno, pero no da gracia. De veras que estoy teniendo uno.

Noto como no puedo respirar, mis mejillas estan mojadas por mis lagrimas. Me escuecen los ojos. Mucho. Es horrible.

Todavia no puedo asimilar que Alfredo se haya ido. 

Y desde que se fue Rafaela nos a estando hablando fatal, ignorando, sin darme de comer. Nada. Esta siendo horribles con todos. 

¿Que por qué estoy llorando? 

Resulta que ella me acaba de pegar. La razón es muy sencilla, lo he roto y por eso me a pegado.

Max, que intento ayudarme también recibió.

Por mi culpa Max tiene un morado en su brazo.

Mis amigas de mi instituto me han destrozado los apuntes un dia antes del examen.

No puedo comunicarme con nadie. Mi madre me ha roto mi teléfono.

No puedo suspender el examen. No puedo refraudar a Rafaela.

Los golpes... Me los merezco yo. No mi hermano.

Me merezco los golpes por haber roto el jarrón favorito de mi madre. Y haber llorado.

Ahora la herida que tengo en la frente por culpa del jarrón no me duele comparado con la marca de mi pierna y el morado de mis costillas.


Ella... Ella lo ha hecho también. Warda. Ella...

Ella me ha "destruido" mi vida en la escuela.

Las niñas... Mis amigas... Me han tirado la comida en mi ropa.

Se han reido.

Y todo este puñetero estres... No puedo.

Con el tiempo se me ha estado cayendo más el pelo. Tiemblo cuando intento hablar en voz alta.

Mis hermanos estan aterrados.

Me pregunto: ¿Algún dia podre hablar delante de más de dos personas?

No quiero decírselo a Eva. No la quiero molestar con mis gilipolleces. Total, mi madre solo nos habían pegado a mi y a mi hermano, las niñas del colegio me han hecho suspender el examen final y me han tirado la comida encima.

Seguro que ella también tenia problemas,

Mejor se lo comentoa Bertha.

Ella siempre estara ahi para mi... ¿Verdad?

Y luego esta Jana... No tengo claro las intenciones de Jana, al final nunca quede delante del instituto pijo.

En cambio me quede con las chicas y ese dia fue cuando ellas me tirarón la comida soy una fracasada.

Sigo sin poder respirar, tumbada debajo de los arboles. En el parque del horizonte, concretamente en el jardín del silencio. Un lugar que muy pocas personas conocen.

Para llegar a él, hay que seguir un pequeño sendero de piedra escondido entre lavandas y arbustos. El camino parece una simple desviación del Sendero Sensorial, y debido a su entrada discreta, la mayoría de las personas pasan sin darse cuenta de que está allí. Entre dos grandes arbustos de lavanda, la entrada está oculta bajo un arco natural formado por ramas de ciprés entrelazadas. Solo quienes prestan mucha atención o buscan un lugar más tranquilo logran encontrarlo.

Por ejemplo yo. He pasado tanto tiempo en este parque que podría vivir aquí.

Toso e intento respirar.

-Cariño, ven aquí.-Escucho una voz femenina y cuando levanto la vista me encuentro con una señora de sesenta años aproximadamente delante mio.

-Hola cielo, soy Hortensia. Sé por lo que estas pasando. Pero no estas sola. Ven.-Y me siento dentro de una burbuja. Esa tal Hortensia me ha dado un abrazo.

Y no entiendo como un puto abrazo me puede tranquilizar tanto.

No lo entiendo, bueno sí, Rafaela no me da un abrazo desde verano, incluso mucho antes de que mi padre se fuera. Ella nunca ha sido muy cariñosa.

Esa señora me da abrazos y mimos. Me da agua y hace respiraciones conmigo.

-¿Cuánto tiempo llevo aquí?- Pregunto.

-Unos veinte minutos.

-¿Tantos?- Digo empezando a llorar más.

-Sí, flor. No pasa nada. Has tenido un ataque. Pero ya esta. Cuando tienes un ataque de ansiedad el tiempo pasa muy rápido, casi no lo sabes controlar.

-¿Y tu como sabes lo que haces?

-Porque he sido terapeuta, flor. Ahora te daré unas medicaciones. Si no te las quieres tomar no te las tomes. Al fin y al cabo puedes pensar que soy una asesina vieja.

-No lo pienso.

-De todos modos, diselo a tus padr...

-¡NOOO!- Grito con todas mis fuerzas.

-Vale, flor. Ven mañana aquí ¿De acuerdo? Alimentaremos los patos juntas y me explicaras todo.

-¿Todo?

-Sí, me tienes que explicar porque tienes el labio partido, un morado en la mano, ojeras y apestas a tomate, pollo y coca cola.

Me la quedo mirando, dudando. ¿Deberia hacer caso a una extraña?

Lo dudo.

Pero... No tengo nada que perder.

Mañana iría con Hortensia, alimentaríamos a los patos y hablaríamos, no me puede pasar nada.

¿No?

Siempre te escogeria a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora