Florecita de vestido rojo
Harold
Salgo del local con la bilis hasta la punta ya, ese hijo de puta de Barnaby a estado jugando conmigo. Pero una cosa si le aseguro que este será su ultimo día.
Me subo a mi Audi y conduzco rápidamente hasta uno de mis clubes, llego rápidamente y me estaciono en el estacionamiento, en cuanto me bajo lo primero que veo es un corola todo viejo y deteriorado, hago una pequeña mueca de desagrado, ya que esas marcas de baja clase nunca me an gustado siempre e sido más de Ferrari, Lamborghini, Mercedes, Audi y muchos más.
Camino a paso firme hasta la entrada de mi club, el guardia nada más me ve y se hace a un lado, entro y lo primero que me golpea es el tumulto de gente bailando.
Camino hasta el espejo y entro por el pasillo secreto, este es un espacio VIP para mis socios, lo primero que veo son las mesas llenas de hombres hablando y las chicas bailando encima de la mesa. Diviso la mesa en la que está Barnaby y me dirijo hacia él.
—Vamos al grano por favor tengo muchas cosas que hacer—Tome asiento sin haber saludarlo.
—Vamos amigo, dime cómo te trata Italia.
—Demasiado caliente—Dije sin expresión en el rostro.
—Y Rusia demasiado frío supongo —Se encogió de hombros.
Lo mire fijamente con una mirada fría, él inmediatamente tomó su papel de profesional o al menos lo intentó.
—Muy bien, quiero que nos aliemos, tú vendes y traficas Droga, armas y eres el Rey de toda Rusia, el mejor Mafioso que tu país pudo haber pedido.
—¿Y tú qué eres?—Pregunté, yo sabía que él no tenía mucho, bueno prácticamente no tenía nada, solamente buscaba un par de socios para vender droga, pero nada fijo.
—Bueno yo soy un buen distribuidor, tú sabes que si me dices que te traslade la droga o armas yo te hago un trabajo nítido.—Yo sabía que era un buen distribuidor, pero no quería darle una oportunidad.
Quién sabe y me traiciona, después de todo él está en territorio Italiano, y en una de esas se puede aliar con Maxwell Bianchi el Rey de Italia.
—Está bien te daré una oportunidad— El esbozo una enorme sonrisa. Yo sé la devolví, después de todo este era su último día.
Se acercó una mujer hasta donde me encontraba.
—Disculpe señor, hay unas señoritas que quieren bailar, pero dicen que solo por esta noche — Dijo ella con nerviosismo notable.
—Está bien, pueden bailar.
Ella asintió y se alejó de donde me encontraba, Barnaby me miró y tomó su vaso de whisky lo extendió hacia mi.
—Salud por nuestra pequeña alianza, y por el espectáculo que recibiremos.
Choqué mi vaso con el suyo y no dije ni una sola palabra. Ni siquiera puedo creer que vine a Italia solo por esta estupidez.
Me puse cómodo en la silla y me dispuse a ver en dirección del escenario, escuché que la canción empezó a sonar y dos chicas salieron de ambos lados del escenario, se juntaron en medio y empezaron a mover sus brazos y caderas al mismo tiempo, una pelinegra llevaba un vestido negro pegado al cuerpo y la castaña llevaba un vestido rojo demasiado corto, que se ajustaba a su cuerpo perfectamente, su espalda estaba descubierta, empezaron a bailar juntas y luego la pelinegra se separó y se acercó a la silla, la castaña hizo lo mismo y se acercó a la silla, abrió sus piernas dejando mucho a la imaginación, hecho su cabeza hacia atrás y llevó sus manos hasta su cuello luego las empezó a bajar lentamente por todo su cuerpo hasta sus rodillas, abrió más sus piernas y su sexo se apreció perfectamente aunque estaba cubierto por una braga de color rojo, Uff tengo que admitir que el color rojo se estaba convirtiendo en mi color favorito.
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Entre disparos y deseo ( Un viaje a la lujuria )
Fantasy¿Te imaginas ser secuestrada por un mafioso y descubrir un montón de secretos enterrados en el pasado? Fiorella ¿Rossi?, una chica que no supera la muerte de su madre y se las arregla para sobrevivir. Aunque no necesita trabajo, insiste en no toca...