Noticias al fín

53 6 1
                                    

El tiempo siguió su curso, los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses y finalmente los meses en años, habían pasado ya un par de años desde que había partido del valle, el camino fué tranquilo y sin complicaciones, como era de esperarse su padre ping le acompañó e incluso estuvo unos meses con él en la aldea, sin embargo el viejo ganso decidió volver al restaurante halegando que de cualquier manera podría algún día venir volando a visitarlo, sin embargo antes de partir el señor ping le dió una única petición, la cuál fué que se mantuvieran en contacto por medio de cartas.

Las despedidas nunca habían sido su fuerte, un par de lágrimas por parte de ambos fueron derramadas aquella mañana, habían pasado muchas cosas desde que había llegado, aún recordaba aquella fatídica boda que no se celebró, usaron muchas manos y apoyo para detener al furioso padre de la novia, sin embargo al saber que también era decisión de su hija el no comprometerse con alguien que no amaba todo se tornó más tranquilo.

"Tú mantente tranquilo que de esto se encarga tu viejo"

Fueron las palabras que le dijo su padre aquel día, no podía evitar reír un poco al recordar los intentos de su padre por tratar de mantener las cosas en paz y armonía para ambas aldeas y de que manera lo logró.

"Vamos, no se puede desperdiciar tan magnífico banquete y licor ¿no?, no hubo boda pero de cualquier manera habrá fiesta"

Esas fueron las palabras que definitivamente salvaron el día, todos bebieron, conversaron y celebraron la unión de ambas aldeas, que aunque no las uniera un matrimonio si lo haría la camaradería de especie y sobre todo los tratados comerciales que tenían la una con la otra, la aldea fue creciendo cada vez más con el pasar de los años, pronto ambas aldeas no sólo comercializaban entre ellas, también comenzaron a salir al mundo exterior por consejo de Po, pronto se vivió un progreso y estabilidad nunca antes visto gracias a los consejos y sugerencias del panda.

La vida en la aldea de los pandas era relativamente tranquila y serena, apesar de ser alguien bastante perezoso y partidario del descanso prolongado, llegó a tener más tiempo libre del que quisiera, lo que ocasionó que buscara algún tipo de pasatiempo, fué entonces que recordó la mala situación que había dejado en el valle de la paz, su antiguo hogar.

Cada día tomaba papel y tinta, en el cuál a base de cartas y pergaminos plasmaba pensamientos y anécdotas del día a día, realizando una especie de "diario", de pronto una idea llegó a su pensar, ¿por qué no escribir mas cartas además de las enviadas a su padre?, por fín había encontrado el pasatiempo que estaba buscando, fué entonces que se puso manos a la obra.

La mayoría de cartas que escribía eran destinadas a sus amigos y su padre, muchas veces pasó por su mente el escribir para su compañera y viejo amor, sin embargo creía que sería una perdida de tiempo ya que ella había dejado muy claro en la última vez que se vieron que no quería volver a saber nada acerca de él.

"No tengo nada que perder..."

Con esa idea en mente y mucha fé comenzó a escribirle también a ella, las cartas eran enviadas cada dos semanas por el servicio postal, lo cuál era un tanto "efectivo" en algunos casos, ya que a veces se realizaba el envío vía aérea o vía terrestre, lo cuál hacía que hubiera una variacion en el tiempo de entrega de dicho papeleo, por esa misma razón escribía un gran número de cartas para ser entregadas en una sola acción, también cabía mencionar qué el contenido de dichas cartas era en su mayoría bastante extenso.

Cómo era de esperarse recibió respuesta al poco tiempo, la mayoría de cartas eran por parte de sus amigos, maestro y padre, en las cuáles todos preguntaban el cómo le estaba yendo y si estaba comiendo bien, nadie tocó el tema o nombraron siquiera a la felina, Po había pensado en eso, dentro del mismo sobre que era dirigido hacia la maestra víbora, también iba una carta dirigida hacia la maestra tigresa.

Volver.....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora