Una lágrima y un adiós

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No supo que decir o que hacer, aquella declaración le había tomado por sorpresa, trataba de asimilar lo que el oso le había dicho, quizá ella lo había malinterpretado, sí eso debía ser, él había dicho que estaba  pensando en casarse, pero podría ser con ella ¿no?, después de todo eran pareja, ella era el amor de su vida, muchas ocasiones el panda se lo había dejado claro, pero...

¿Por qué ahora todo se sentía tan distante?, realmente no lo sabía o quizá sí pero una parte de ella prefería mantenerse felíz en el jubilo de su propia ignorancia, buscaba un escape de aquella realidad, ni siquiera ella sabía cómo habían llegado a este punto, si la noche anterior había estado colmada de magia y amor.

— ¿No dirás nada? —, le preguntó él.

Sin embargo ella no respondió, lo único que se respiraba en el aire era desolación y decepción, trataba de evadir las palabras del panda sin embargo, se repetían una y otra vez en su mente, quizá todo era un simple sueño, una horrible pesadilla de la cuál no quería ser parte.

— Con casarte... ¿Lo dijiste pensando en mí? —, le preguntó nerviosa sin dirigirle la mirada.

La respiración del panda se detuvo abruptamente, un enorme nudo se formó en su garganta, tragó saliva en un intento de aterrizar sus pensamientos, quiso mentir, sin embargo sabía que su compañera de inmediato descubriría aquella sucia treta y sería peor.

— ¿Y bien? —, volvió a insistir ella.

Las manos comenzaron a causarle cierto hormigueo, su garganta se transformó en un desierto, reuniendo toda la voluntad que pudo exclamó.

— Sí... —, aquella respuesta tranquilizó el corazón de la felina por algunos segundos.

— Pero... —, sus pequeñas orejas se levantaron de inmediato con esa pequeña palabra.

— He estado pensando en el futuro —, finalmente le confesó.

Tigresa no dijo nada, sólo le dirigió una débil mirada, no sabía a qué se refería exactamente el oso con respecto a aquella declaración.

— Yo también he pensado en el futuro, se que no a sido fácil la situación en la que te encuentras, pero... Sabes que estamos juntos en esto ¿No? —, le respondió ella.

Po no pudo evitar sonreir débilmente, su corazón se sintió afligido, sin embargo sabía que abría que tomar pronto una decisión, por más dolorosa que fuera.

— Recuerdas cuándo te dije que ¿éramos diferentes? —, le preguntó él.

La felina sólo asintió en silencio.

— De verdad me divirtió lo que me dijiste en ese momento —, exclamó soltando una risita.

Tigresa sólo correspondió a esa declaración con una pequeña sonrisa algo preocupada.

— Pero... —, le invitó a continuar.

— ¿Has pensado alguna vez en lo que pasaría cuándo los demás sepan de lo nuestro?, Recuerdo que me pediste que lo mantuviera en secreto, se que trabajaste muy duro por tu título, no quiero ser la causa de que pierdas lo que has conseguido a base de esfuerzo y dedicación —, comenzó a confesarle.

— Po... —, tigresa quiso retomar la palabra pero el panda con un ademán le indicó que lo dejara terminar.

— Nunca me molestó tu petición, de verdad, después de todo, somos tu y yo, desde el día en que ambos expresamos nuestros sentimientos, he sido muy feliz, pero... lo que está sucediendo, no es culpa de papá, todos esperan algo de mí, tengo miedo de que la decisión que tome, sea la equivocada, es por eso que hace unos días acepté la propuesta de mi padre. —, no pudo ni siquiera dirigirle la mirada al expresar esas palabras.

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