Declaración inesperada

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- ¿te irás? -, había pena en su voz con un gran altivo de tristeza...

- no lo sé -, se limitó él a responderle sin mirarle siquiera...

Aún se encontraba postrada en la cama, sin prenda alguna en su cuerpo, sólo las delgadas sábanas, hace apenas algunos instantes habían consumado su amor en el acto más grande y a la vez complicado para ella, ambos jóvenes inexpertos en ese arte...

Sus cuerpos aún temblaban...

Producto de la ansiedad que había llegado a ellos una vez se dieron cuenta de lo que había pasado...

– ¿No hicimos nada malo o sí? –, le preguntó él un tanto sonrojado aún sin mirarle.

Ella por mero instinto apretó aún más su agarre sobre las sábanas, quería mostrarse segura, aunque sus labios temblaran y su pelaje se erizará...

– No, creo que no... –, susurró más para si misma que para responder la pregunta de él...

En un principio la adrenalina se apoderó de ambos, para sorpresa de ella, él fue quien quiso retractarse de realizar aquel acto...

– ¿Me amas? –, le preguntó ella recordando aquel momento de duda...

Aquella pregunta le tomó desprevenido, de inmediato volvió a la cama a su lado solo para tomarle en un furtivo abrazo.

– por supuesto que te amo –, le susurró él, estrechado su cuerpo aún con más fuerza...

– yo... Creía que tenías tus dudas, que no era de tu agrado –, le confesó ella...

– no... Es sólo que... –, dudaba si decir las siguientes palabras o no...

Aquella reacción sólo le generó más angustia...

– olvida lo que dije –, agregó ella tratando de liberarse de aquel abrazo...

Se levantó del futón sin mediar palabra alguna con él, quien un poco avergonzado desvío su mirada roja cómo tomate hacia otro lado, lo cuál desconcertó un poco a la fémina...

– acabamos de hacer el amor hace unos momentos... ¿y ahora te avergüenzas? –, le preguntó con diversión...

Si el pobre panda ya estaba de un tono bermellón, ahora su rostro parecía el mismo sol...

– ¡NO!, ¡NO!, ¡No es eso! –, negaba enérgicamente bastante sonrojado...

– ¿Entonces? –, le preguntó ella comenzando a vestirse...

– somos "diferentes" –, le respondió sin rodeos en el último instante...

– lo sé, yo soy más responsable y tú... Bueno lo intentas –, le respondió ella con simpleza y una sonrisa ladina...

El panda suspiro cansinamente al percatarse que no se había dado a entender...

– ¿me puedes pasar eso de ahí? –, le preguntó ella señalando lo que parecía ser su chaleco rojo habitual de entrenamiento...

El panda un poco cansado por la actitud de su compañera obedeció, su mente últimamente estaba divagando con mucha frecuencia, no había podido dormir hace días y la actitud indiferente por parte de la felina no ayudaba en nada a poner sus ideas en orden, hace algunos momentos le preguntó si estaba dispuesto a partir con su padre a la aldea oculta de los pandas...

Vaya sorpresa enorme se llevaron todos al escuchar que había otra aldea de pandas además de la que su padre dirigía, mayor fue su preocupación al saber que uno de los deseos de su padre era contactar con aquella aldea y forjar una estrecha relación con los pandas de dicha aldea...

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