It's all an act | KookTae

Capítulo XXX

—¡Nunca me dio buenas vibras!

—Jimin...

—¡Siempre te dije que Eliot estaba loco! —reclamó, agitando su servilleta—. ¿Y me hiciste caso? ¡No!

Taehyung le dio otro mordisco a su rebanada de pizza.

—Es que si me caía bien —habló, cubriéndose la boca con una servilleta—. Creí que era buena persona.

—Creo que todos pensamos eso —Yoongi apoyó, mientras tomaba una papa de gajo—. Pero como dicen, nunca terminas de conocer a las personas.

—Es que no dimensionan el tamaño del problema, ¿cierto? —espetó Jimin, al abrir un sobre de salsa tomate—. ¡Brujería! Joder, te hizo brujería y nosotros estamos aquí, comiendo como si nada en tu camerino y dejándolo pasar...

—Aunque no me enorgullece decir que recurrí a la violencia física, ya te dije que le di su merecido.

—Nos contaste que te le fuiste encima por golpear a Jungkook, no por tratar de hacerte daño.

El trapecista bufó y miró a Yoongi. Éste solo le otorgó un encogimiento de hombros al mostrarse de acuerdo con el arlequín.

—Como sea, no pensaba pegarle por lo que me hizo a mí —explicó, al limpiarse las esquinas de los labios—. Solo quería hablar, lo demás se me salió de control.

—Tú dime si quieres que yo intervenga —Jimin no quitó el dedo del renglón—: Puedo vengarme por ti si así lo deseas.

—No, ya fue suficiente, no quiero más líos.

—Tú no, pero yo sí.

—Eso no te corresponde a ti, Jimin —Oportunamente, el funámbulo medió—: Taehyung fue el involucrado y si ya no quiere conflictos, hay que respetarlo. Además, es lo más sano.

—Ugh, par de aburridos —resaltó con un aspaviento y se comió una papa—. Yo solo estaba ofreciendo mis servicios.

Taehyung se rio ante la ocurrencia.

—Deja de ver tantas series y películas de acción, pasas demasiado tiempo en netflix y ya te está afectando.

—No es así. De hecho, solo iba a sugerir ponerle polvo pica pica a su vestuario o aventarle huevos a su casa —Se sobó el mentón, pensando con seriedad—. Tampoco planeaba hacer cosas ilegales.

—Bueno, lo del polvo no es mala idea —Yoongi confesó—. Es algo que yo haría.

Como era de suponer, recibió una mirada desaprobatoria por parte del rizado y se escudó al beber de su gaseosa.

—¿Podemos pasar la página y ya? —Se estiró para tomar otra porción de pizza—. No vale pena desgastarse más con el asunto.

El arlequín exhaló con resignación.

—Bien, como digas —Tuvo que aceptar la decisión tomada—. Por cierto, ¿ya te encontraste con Leo?

—Todavía no —Pellizcó la orilla de masa en su rebanada—. Se volverá loco cuando me vea el labio, ya estoy escuchando todo lo que dirá...

—¿Te va a regañar?

—No como tal, pero si me va a sermonear porque tendrá que cubrirlo con maquillaje.

Para su mala suerte, la única bofetada que recibió durante su fallido intento de pelea, dejó como secuela una pequeña mancha violácea en su comisura derecha.

La hinchazón persistía y el color del hematoma se había oscurecido notablemente en cuestión de un día.

—Bueno, dile que fue por causas de fuerza mayor —masculló el ojiceleste, luego de tragar el bocado—. Cuéntale que fue provocado por un mimo traicionero y muy manipulador.