7

12 4 1
                                    

De camino a mi casa voy tranquila. Hace olor a lluvia. Me encanta. Me doy cuenta que detrás tengo chicas más pequeñas de mi instituto. Creo que van a segundo. Escucho atentamente y solo sé que están hablando bajito, porque no puedo descifrar palabras. No tardo en deducir que deben hablar de mí. Avanzo ligeramente cuando escucho una voz detrás.

- Claudia.

Me giro sorprendida, ya que no las conozco de nada, no sé por qué se saben mi nombre.

- Perdón, ¿Quién sois?- Les pregunto a las tres chicas.

- Yo soy Alícia, ella es Amanda y ella Carlota.- Me dice señalando a las chicas.

- ¿Qué queréis?- Les digo.

- Mira, sé que has cortado con Mauro, me lo ha contado mi hermana mayor.

Y de repente me doy cuenta de quién es. Es la hermana pequeña de Aurora.

Aurora era muy amiga mía en primaria y alguna vez había visto a su hermana Alícia. A quinto nos separamos más, cada una cogió caminos diferentes. Sin embargo, cuando nos cruzamos por los pasillos nos saludamos y alguna vez hablamos. Y de repente me acuerdo de una cosa. A principios de tercero Aurora y Mauro fueron novios, pero no duraron ni un mes. Mauro me decía que Aurora era una guarra y yo me lo creí. Recuerdo ver mal a Aurora cuando ellos cortaron, pero no hice nada.

- Pues resulta, que cuando mi hermana cortó con Mauro, él... hizo cosas terribles. La manipuló mucho y le hizo mucho daño. Ella está preocupada por ti, no quiere que pases lo que pasó ella. Te lo digo porque quiero que vayas con cuidado. Por favor, Claudia. Vigila. No dejes que te haga lo que le hizo a mi hermana.

Y esa frase es la que se me queda en la mente al llegar a casa, al comer, al hacer los deberes, y al ir a casa de Sara.

"Por favor, Claudia. Vigila. No dejes que te haga lo que le hizo a mi hermana."

Dame otra oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora