𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑 | starkiller

𝐗𝐕𝐈𝐈𝐈

⛓️𝘁𝗵𝗲 𝘄𝗲𝗶𝗴𝗵𝘁 𝗼𝗳 𝗮 𝘀𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁 𓍯

El calor del verano llegó. Las cosas se habían vuelto demasiado caóticas en esos meses. El calor del mes de mayo llegó con desapariciones forzadas, asesinatos a diestra y siniestra y, en general, un gran ambiente de tensión y desconfianza. Cada semana, una nueva noticia de torturas, muertes y gente desaparecida. Terror... pánico... confusión.

Aún con ello, se trataba de mantener todo oculto de los muggles, lo cual era cada vez más difícil, pues, además de magos y brujas, el ejército de lord Voldemort se había constituido con varios tipos de criaturas tenebrosas, como los gigantes, los hombres lobo y los inferi.

Por su parte, entre Augustus y Barty habían logrado poner a Ludo Bagman de su lado, por medio de una simple maldición Imperius, así como a la mitad de los pocos subordinados que tenía Barty Jr. en su poder. La rubia y su novio estaban en algunos aprietos, pues la Órden empezaba a ser mucho más estricta por temor a un traidor infiltrado. Ella, Regulus y Remus eran los principales sospechosos, sobre todo por parte de Moody, quien siempre los miraba con odio y desprecio.

Por aquellos días, la rubia no había visto a su novio seguido en su apartamento, lo cual ya la empezaba a preocupar, teniendo miedo de que su relación y su lazo se estuviera rompiendo. Su rutina se volvió en ir al ministerio, hacer sus deberes, conspirar contra el ministerio a favor de la causa de los mortífagos, que a su vez, era a favor de la Órden; regresaba a su casa, se daba un baño y esperaba a su novio con ilusión, misma que se iba agotando poco a poco.

Aquella noche había salido de ducharse. Caminaba por el piso de su apartamento con una única bata como prenda. Su cabello rubio estaba empapado y goteaba sobre el sillón cuando se sentó a leer un libro, buscando alejar sus pensamientos acerca de su relación con Regulus. Se acomodó en una postura más cómoda cuando escuchó la puerta abrirse.

Y ahí estaba el susodicho con el rostro algo pálido, demacrado con signos de no haber dormido en días. Claro que se preguntaba la razón de su desaparición, pero también estaba molesta por el abandono.

—¡Regulus Arcturus Black! ¡¿Dónde carajos estabas?! No, espera, ¿con quién estabas?

Se levantó como un rayo del sofá, yendo a encararlo. Una sonrisita tímida se asomó en los labios del chico de cabellos azabaches.

—Perdón, Barty... —vio el brillo en los labios de Barty y sonrió. —Te explicaré en el dormitorio, cielo, por favor... —ambos entraron a la habitación, con la rubia ansiosa por escuchar la explicación que su pareja tenía para darle. —Lo siento si estuve distante y te di a entender que ya no te quería —la abrazó—. Solamente estuve ocupado investigando cosas.

—¿Tan importante era para ignorarme días enteros? —se cruzó de brazos—. Te he estado esperando durante días.

Regulus se detuvo en seco, sintiendo una pizca de culpa por haber mantenido preocupada a su novia, bajando la mirada al sentir el peso de las palabras de ella.

—Lo sé, lo siento, Barty, pero esto es algo que podría cambiarlo todo. El Señor Tenebroso me pidió... agh... es difícil...

—¿Y qué pasa con nosotros? ¿Con nuestra relación? No puedes simplemente desaparecer sin decir una palabra, dejándome preocupada y preguntándome si estamos bien —Regulus notó las lágrimas que se habían formado en los ojos azules de su pareja.

—Lo siento, Barty, no quería que te preocuparas. Pero necesitaba hacer esto por nuestro futuro, por nosotros —tomó las manos de su pareja con una de las suyas, y con la otra enjugó las lágrimas de la rubia, viendo cómo su rostro se suavizaba ante sus palabras.