𝐗𝐗

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⛓️𝗶'𝗺 𝘀𝗼 𝗴𝗼𝗼𝗱 𝗮𝘁 𝘁𝗲𝗹𝗹𝗶𝗻𝗴 𝗹𝗶𝗲𝘀 𓍯

—Él estará bien...

El rubio daba vueltas en círculos alrededor de la sala, mientras sostenía el tercer cigarrillo en su temblorosa mano. Habían llegado al número 12 de Grimmauld Place, en donde habían tenido la maravillosa suerte de que la matriarca Black durmiera con un sueño pesado. Barty se puso, rápidamente, manos a la obra, expulsando el agua en los pulmones de su novio, quien lucía pálido y bastante mal. Una vez que se aseguró de haber expulsado hasta la última gota de agua, lo llevó a su habitación, que era aburrida y monótona, en comparación a la del hermano mayor de los Black, tapizada con todo tipo de pósters. Lo recostó en la cama y contempló sus facciones que eran semejantes a las de un ángel.

—¿Barty? —el chico de los ojos grises había abierto los ojos, hablando en un susurro, y su novio corrió hacia él.

—No te esfuerces, Reg. Dime qué necesitas.

—¿Tuvimos éxito? —preguntó con voz débil. Una sonrisa pequeña se formó en los labios de su pareja, quien sacó el guardapelo con la hermosa S en ella. Regulus lo tomó y, después de observalo, le dijo:

—Hay que encontrar cómo destruirlo.

—Lo sé...

Y después de haber compartido unas palabras más acerca de ese maldito objeto, Regulus se quedó dormido. Barty, con un suspiró, salió de la habitación y miró el reloj. Eran las tres de la mañana, se dio cuenta. ¿Cuánto tiempo habían pasado en esa maldita cueva?, se preguntó, mientras palpaba sus bolsillos en busca de unos cigarrillos para que la nicotina lo mantuviese despierto. No quería —ni podía— dormir todavía. Bajó las escaleras con cuidado, haciendo una clara mueca de disgusto al ver los trofeos hechos con cabezas de elfos domésticos y agradecía no tener esa horrible tradición en su familia.

Encendió el cigarrillo mientras se sentaba en uno de los sillones. Estaba tan perdido en sus pensamientos, que se sobresaltó cuando encontró los no tan saltones ojos del elfo doméstico observándolo.

—¿Qué...?

—¿Necesita algo, amo Barty? —preguntó un tono amablemente desagradable.

—¿Amo? —susurró. La única que lo llama "amo" era Winky, se extrañó.

—El amo Barty es pareja del amo Regulus, el heredero, por lo tanto es amo de Kreacher.

—Oh. —Guardó silencio un rato—. No, sólo necesito que Reg esté bien.

—Cómo ordene, amo Barty —el elfo empezó a retroceder.

—Espera, ¿no tendrás un cenicero?

El tiempo pasó como arena en las manos de alguien que la intenta retener y pronto estaban terminando el mes de julio. Durante todo el mes de junio habían intentado destruir el jodido horrocrux sin ningún atisbo de éxito, por lo que terminó en manos de Kreacher, con órdenes de que lo escondieran. Ambos siguieron trabajando, tanto como para la Órden como para el Señor Tenebroso.

Un buen día que resultaba ser el primer día del mes de agosto, con la brisa salada y esa sensación de soledad que sólo era aliviada por su rubio de ojos azules, Regulus recibió una carta de su hermano mayor. Barty se estaba arreglando para salir a trabajar como cada día y él empezó a leer la carta, escrita en frases cortas, como si Sirius estuviera desconfiado de él (ellos) y finalizaba con una amenaza..

—Amor —llamó y cuando Barty volteó, dándole a entender que lo estaba escuchando, le contó la noticia con voz alegre—, ya nació el hijo de los Potter.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑 | starkillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora