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La casa de los Crouch era bastante grande, quizá no una mansión como la de la familia Malfoy, pero sí era grande. Barty se encontraba en su habitación, acomodando sus libros en su baúl, revisando que todo estuviera listo. Todavía faltaba un tiempo para el regreso, pero los nervios en su cuerpo parecían aumentar mucho más después del planteamiento del regreso a casa de su novio.

Un chasquido lo sacó de sus pensamientos y volteó a ver a su elfina doméstica, Winky, quien lo miraba con pena y temor a molestarlo.

—Señorito Crouch… tiene visitas…

—¿Visitas? —preguntó, frunciendo el ceño, dejando el libro de Transformaciones en su cama, recibiendo un asentimiento de Winky.

—Está en la sala de visitas… —informó ella.

—De acuerdo, ¿puedo saber de quién se trata? —preguntó, levantándose y siguiendo a la criatura, sabiendo que si era su novio, Winky lo llevaría de inmediato a su habitación.

—Oh, sí, señorito, es el profesor Dumbledore.

¿El profesor Dumbledore? ¿Qué hacía Dumbledore ahí? Pensó, bajando las escaleras. Dobló en el recodo y se dirigió al salón de visitas, encontrándose al anciano, quien estaba leyendo una revista popular entre las brujas. Miró su túnica de color plateado, en aquella ocasión y se aclaró la garganta.

—¿Quería verme, señor? ¿O a mi padre? Porque él no está aquí… —de hecho, era muy rara la ocasión en que su padre estuviera en casa, cosa que al Barty de 16 años ya no le importaba, pero al Barty de 10 años le seguía importando, preguntándose si su padre en realidad no lo quería. Se había puesto bastante alegre por sus calificaciones en los TIMO, pero fuera de eso, nunca había demostrado sentir orgullo o amor por su hijo.

—No, no, sé que Bartemius está en el Ministerio; es a usted a quien quiero ver.

—Winky, ya te puedes retirar. Por favor, no le digas nada a mi padre de esto —y en cuanto la elfina asintió, Barty cerró la puerta y tomó asiento frente al profesor. —¿Qué necesita de mí, profesor?

—Sé que eres novio de Regulus Black —empezó. Barty se tensó.

—¿Sí?

—Sí y no tengo ningún tipo de problema, creo que el amor, en todas sus formas, debe ser celebrado… pero no es por eso por lo que estoy aquí… bueno, en parte. —“Vaya al grano”, pensó Barty, algo incómodo porque el director supiera de su relación con su novio. —Perfecto, iremos al grano. Sabes que la familia Black son supremacistas de la sangre, menos el joven Sirius.

Y no lo iba a negar, porque incluso su novio creía en eso, cegado por su familia. Él mismo, en parte, creía eso, aunque no del todo convencido.

—Sí, señor.

—Me he enterado que Walburga Black, en vista de que su hijo mayor ha renunciado a la familia, quiere que su hijo menor (y único para ella) sea una a lord Voldemort.

Barty tembló ligeramente al oír el nombre del mago tenebroso, quien ya llevaba años consolidándose en el poder. Su padre siempre daba alguna entrevista en El Profeta sobre cómo le estaban minando el camino al hombre, con minúsculos pasos, pero haciéndolo, al fin y al cabo.

—Sí, Reg me lo dijo —confirmó, pasando una mano por los cabellos, esos cabellos rubios que había heredado de su madre, la única que lo amaba en su familia.

—Pero Regulus parecía más interesado en unirse a la Orden, pero el joven Sirius no quiere que su hermano se una. ¿Puedo hacerte una pregunta, Barty?

—Por supuesto.

—¿Hasta qué extremo llegarías por el joven Black? —su voz se puso más seria, esperando cualquier respuesta del joven.

—¿Quiere la verdad? —el hombre mayor asintió—. Mataría por él. No me culpe, a veces… el amor te hace llegar lejos, muy lejos.

—Entonces… si yo le pidiera al joven Black que se uniera a lord Voldemort, en calidad de nuestro espía, ¿usted también se uniría a él para protegerlo?

—¿Qué quiere decir? Usted…

—El joven Regulus se unió a la Orden y estuvo de acuerdo en hacerme un favor muy personal: unirse a los mortífagos de lord Voldemort como nuestro espía.

—¿Está loco? —fue lo único que salió de la boca del adolescente, mirando con incredulidad al anciano, quien estaba poniendo en juego la vida de su novio. Sabía que su pareja se había unido a la asociación de Dumbledore, pero no que había aceptado semejante encargo del mayor.

—Tal vez un poco —admitió Dumbledore, con una sonrisa.

—¿Y qué quiere que haga? ¿Qué quiere de mí?

—Que sigas a Regulus a donde vaya. Que te unas a la Orden y a los mortífagos.

El silencio se instauró en aquella habitación y sin proponérselo, la mente de Barty se vació por completo, solo para hacer surgir un montón de dudas en su cabeza. ¿Por qué? ¿Por qué ellos, que solo eran un par de adolescentes que ni siquiera habían acabado el colegio? ¿Por qué Regulus? ¿Y si le pasaba algo a Regulus? ¿O a él? Barty se consideraba algo valiente, pero no estúpido.

—Lo pensaré —fue su respuesta final al director del colegio, quien se levantó con una sonrisa.

—De acuerdo, esperaré su respuesta, a más tardar, hasta el primero de septiembre —se dirigió hacia la puerta y la abrió, dándole una sonrisa al joven de ojos claros.

—Espere, olvida su revista… —dijo Barty, alcanzando la revista  del hombre mayor, quien negó con la cabeza.

—Puedes dársela a tu madre, estoy seguro de que le gustará.

Barty siguió al director del colegio hasta la gran puerta principal. Una vez afuera, lo vio desaparecerse. Entró nuevamente en la casa, tomando la revista y dándose cuenta que era el ejemplar más reciente de Corazón de Bruja y empezó a hojearla, con el propósito de llegar a la página de los horóscopos. La cerró, algo enojado cuando su horóscopo no decía lo que él quería. Él había estudiado Adivinación, podría predecir mucho mejor su futuro que aquella página escrita por alguien que seguramente se la había pasado durmiendo en esa clase.

Llamó a Winky y le pidió que le llevara la revista a su madre mientras él subía a su habitación, tratando de ignorar los recientes acontecimientos pasados. No quería pensar en el asunto de la guerra y de los bandos, al menos, ese día.

Cerca del anochecer, vio una lechuza acercarse hacia él. No conocía la lechuza, pero no le negó la comida. Tenía dos cartas y al abrirlas, se decidió por la primera, que estaba decorada con ¿encaje? Lo primero que captó fueron tres cosas: las palabras ‘boda’, ‘James Potter’ y ‘Lily Evans’.

Author's note:

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Author's note:

—Solo un pequeñito aclaratorio: Estos primeros capítulos son durante su último año en Hogwarts y luego habrá un salto de tiempo. Para que no haya confusión 🧍

—Por otra parte, creo que ya se dieron cuenta del horario de actualizaciones, jaja. Lunes, cada dos semanas 🫶

𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑 | starkillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora