𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑 | starkiller

𝐗𝐈𝐈𝐈

⛓️ 𝗶'𝗱 𝗿𝘂𝗻 𝗮𝘄𝗮𝘆 𝗮𝗻𝗱 𝗵𝗶𝗱𝗲 𝘄𝗶𝘁𝗵 𝘆𝗼𝘂 𓍯

—¿Cómo que es inmortal? ¿A qué te refieres? —preguntó el rubio con intriga, dejando los cubiertos a un lado.

—Todavía no sé cómo explicarlo… —dijo el azabache con lentitud como si…

—Sí sabes. Ya suéltalo, Reg, no soy imbécil.

Regulus suspiró y lo miró a los ojos mientras hablaba: —Creo que ha hecho horrocruxes…

No hubo necesidad de decir más. Ambos eran unos expertos —por no decir, apasionados— de las artes oscuras. Las artes oscuras, aunque si bien su nombre sonara peligroso, no eran malas en sí, sino los usos que se le daban a ésta. Barty y Regulus habían leído bastantes libros de artes oscuras y sabían exactamente que era un horrocrux.

—¿Horrocruxes? ¿En plural? —Regulus asintió con una mueca en su rostro. —Me gustaría decir que me sorprende pero no… el Señor Tenebroso es alguien que quiere mantenerse en el poder durante bastante tiempo… ¿cómo lo descubriste?

—Durante el tiempo que estuvimos separados… —suspiró de forma dramática, como si hubieran estado meses separados— estuve en la mansión Malfoy y el Señor Tenebroso me agarró de su sirviente, y ahí estoy, de arriba para abajo según sus órdenes y en un momento… me pidió sostener un relicario… Dios, el aura oscura y la cantidad de sentimientos horribles… Okay, no quiero seguir hablando de esto, Barty, por favor.

—Está bien, amor.

Los dos siguieron comiendo. Barty se deleitó con la sazón de su pareja, aunque sabía que probablemente había sido ayudado por Kreacher, pero no se animó a hacerle alguna broma sobre eso. Cuando terminaron, mientras Barty lavaba los trastes, Regulus guardaba lo que aún se podía comer después, pues eran una pareja de hombres que casi siempre tenía flojera y él lo hacía porque el rubio lo obligaba.

El vino se quedó afuera, pues los dos tenían intenciones de terminarse esa botella. Barty sirvió bastante del líquido en las copas, ignorando cualquier regla de etiqueta sobre la cantidad que se debía tomar. Dio el primer trago e invitó a su novio a sentarse en el sofá.

—Entonces sí me extrañaste, amor.

—Sí, princesa —susurró Regulus, sacándole una sonrisa al rubio.

—¿Princesa? —preguntó Barty, agarrando el mentón de Regulus en un gesto de dominación, levantándose sobre sus rodillas con claras intenciones de subirse a su regazo, mientras en la otra sostenía su copa de vino.

—Mi reina, mi señora —dijo Regulus, tomando a Barty por la cintura, sin soltar su copa. Con una sonrisa de estar bastante complacida. Se subió completamente en el regazo de Regulus y empezó a cubrir su rostro de besos. —Amor, hoy estás muy cariñosa…

—¿Te molesta? —preguntó, frunciendo el ceño, sintiéndose ofendida por las palabras de Regulus.

A Barty le gustaba identificarse como mujer algunas veces y hombre otras tantas veces. Y eso no le molestaba en lo absoluto a Regulus, quien estaba feliz si Barty lo estaba.

—Ah, no recordaba que el alcohol se te subía rápidamente —comentó al ver a su pareja darle otro sorbo a la copa de vino.

—¿De dónde sacas eso? —ella frunció el ceño una vez más.

—Solo… vámonos a dormir, ¿si, amor? —le quitó la copa de la mano, dejándola algo aturdida. El cuerpo de Barty fue levantado, mientras sus brazos se ajustan alrededor del cuello del azabache, quien la sujeta por la espalda y las rodillas, llevándola a la cama. —Vengo rápido, amor.