prólogo : reencarnación

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Ok-sun, una mujer de origen coreano que se crió en el extranjero, había alcanzado la cúspide de su vida

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Ok-sun, una mujer de origen coreano que se crió en el extranjero, había alcanzado la cúspide de su vida. A los 40 años, era una exitosa abogada, respetada por sus colegas y admirada por sus clientes. Su futuro parecía brillante, lleno de posibilidades y desafíos por superar. Había trabajado incansablemente para llegar a donde estaba, enfrentando cada obstáculo con determinación y gracia.

Sin embargo, en un instante, todo cambió. Mientras se apresuraba a ir a su trabajo, perdió el equilibrio en las escaleras del metro y cayó de manera violenta, golpeando su cabeza contra el borde de las escaleras. El impacto fue fatal. Su vida se apagó en un segundo, sin darle tiempo a despedirse de nada ni de nadie. Fue un recordatorio brutal de la fragilidad de la vida, de cómo todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos.

La ironía del destino es que Ok-sun, quien había pasado su vida luchando por la justicia y protegiendo la vida de otros, no pudo proteger la suya propia en ese momento crucial. Su muerte dejó un vacío inmenso en el corazón de sus seres queridos y colegas, quienes no podían creer que alguien tan llena de vida y energía pudiera desaparecer de manera tan repentina e inesperada. En su funeral, las lágrimas y los recuerdos compartidos pintaron un cuadro de una mujer que había tocado muchas vidas, dejando una huella imborrable en todos los que la conocieron.

Ok-sun fue huérfana de nacimiento, y aunque había encontrado una familia en sus amigos y colegas, siempre había anhelado el calor de un hogar propio. En sus momentos más privados, soñaba con una vida donde pudiera experimentar el amor incondicional de una familia. Al menos esperaba que en su siguiente vida pudiera tener una familia que la amara, un lugar donde pudiera sentir que realmente pertenecía. Su legado de compasión y justicia perduraría, inspirando a otros a continuar su trabajo y a recordar la importancia de cada momento vivido.

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"Qué manera de morir más humillante", se quejó Ok-sun. "Espero que nadie lo haya grabado. De todas las muertes que existen en el mundo, morir de una manera parecida a las caricaturas..."

"Creo que sí", dijo Hunter, un  amigable  búho  posado en un manzano

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"Creo que sí", dijo Hunter, un amigable búho posado en un manzano. "Pero admito que no mucha gente actuaría igual que tú. Pareces bastante silenciosa."

One Piece : batalla por el poder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora