Confrontación Interna

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La mansión en Escocia se había convertido en una prisión de silencio. El peso de la decisión que Harry y Draco habían tomado se sentía como una carga invisible, una sombra que se cernía sobre ellos mientras se preparaban para enfrentar lo que estaba por venir. La noche había caído, y el viento ululaba a través de las grietas de las ventanas, añadiendo una sensación de inquietud a la atmósfera ya cargada.

Ambos se encontraban en la biblioteca, rodeados de estantes llenos de libros antiguos y polvorientos. La luz de las velas parpadeaba débilmente, proyectando sombras inquietantes sobre las paredes. Draco había estado revisando uno de los libros sobre artefactos oscuros, pero su concentración era evidente solo en apariencia; su mente estaba claramente en otra parte.

Harry lo observaba desde una esquina, su mente dando vueltas en torno a lo que habían decidido hacer. Había una desesperación en su interior que no podía ser ignorada, una necesidad de actuar que lo impulsaba a seguir adelante a pesar de las advertencias de Draco. Aunque había accedido a escuchar las preocupaciones del rubio, no podía evitar sentirse impulsado a continuar con su plan, a desatar el caos y la oscuridad que sentía dentro de sí mismo.

Finalmente, Draco cerró el libro con un golpe seco y se giró hacia Harry, su expresión mezclada de frustración y agotamiento.

—¿Qué planeas hacer ahora? —preguntó Draco, su voz tensa—. Sabes que esto no es algo que pueda tomarse a la ligera. Necesitamos un plan concreto si vamos a hacer esto.

Harry asintió lentamente, sintiendo el peso de la responsabilidad en sus hombros. Sabía que Draco tenía razón; no podían simplemente lanzarse a la acción sin un propósito claro. Necesitaban entender qué era lo que realmente estaban tratando de lograr y cómo iban a manejar las consecuencias.

—Quiero hacer que la gente vea lo que está sucediendo —dijo Harry, su voz cargada de determinación—. Quiero que entiendan el poder que tenemos, el poder que estoy dispuesto a desatar. Si esto va a suceder, debe ser con un propósito. No podemos simplemente actuar sin pensar en lo que estamos desatando.

Draco lo miró con una mezcla de preocupación y escepticismo.

—¿Qué exactamente planeas hacer? —preguntó Draco—. ¿Cómo piensas mostrarle al mundo lo que está pasando sin causar una destrucción innecesaria?

Harry frunció el ceño, pensando en las palabras de su rubio. Sabía que su deseo de demostrar el poder que sentía podía llevar a consecuencias desastrosas, pero no quería simplemente renunciar a sus intenciones. Quería encontrar un equilibrio, una manera de canalizar su energía de forma que tuviera un impacto real sin perderse por completo en la oscuridad.

—Quiero usar los artefactos que estamos investigando —dijo Harry finalmente—. Estos artefactos son poderosos y peligrosos, y podrían servir como un medio para demostrar la magnitud de la magia que estoy dispuesto a manejar. Pero necesitamos asegurarnos de que el mensaje llegue a todos, que comprendan que no estamos jugando. Esto es real, y no hay vuelta atrás.

Draco lo miró, evaluando sus palabras con cuidado. Aunque aún estaba receloso, podía ver la convicción en sus ojos. La oscuridad que había empezado a consumir a Harry no era algo que pudiera ser ignorado fácilmente; era una fuerza palpable, algo que tenía el potencial de cambiarlo todo.

—Está bien —dijo Draco, finalmente—. Si vamos a hacer esto, necesitamos asegurarnos de hacerlo con cuidado. No podemos simplemente desatar el caos sin pensar en las consecuencias. Debemos tener un plan claro, y debemos estar preparados para manejar lo que venga.

Harry asintió, sintiendo un leve alivio al ver que Draco estaba dispuesto a colaborar en esto. Sabía que no podría hacerlo sin él, que necesitaba el conocimiento y la habilidad de Draco para llevar a cabo su plan.

—Vamos a prepararnos —dijo Harry—. Necesitamos entender todos los aspectos de los artefactos antes de hacer nada. Si vamos a mostrarle al mundo el poder que tenemos, debemos hacerlo de manera estratégica.

Con un asentimiento, Draco comenzó a revisar los textos antiguos sobre los artefactos, mientras Harry se unió a él en la búsqueda de la información que necesitaban. La noche avanzaba, y el tiempo parecía pasar en un borrón de concentración y trabajo frenético. El silencio de la mansión era interrumpido solo por el susurro de las páginas y el ocasional estallido de magia cuando uno de ellos realizaba un hechizo para descifrar un texto antiguo.

A medida que avanzaban en su investigación, Harry comenzó a comprender mejor los artefactos y su potencial. Eran objetos de inmenso poder, capaces de influir en la realidad de maneras que no había imaginado. Pero también eran peligrosos, y el riesgo de perder el control era alto.

—Estos artefactos tienen el potencial de cambiar la realidad misma —dijo Draco, con voz grave—. No estamos hablando solo de magia destructiva; estamos hablando de influir en el tejido mismo de la magia.

—Lo sé —dijo Harry—. Pero si no lo hacemos ahora, nunca lo haremos. Y si no lo hacemos, nunca podremos mostrarle al mundo lo que somos capaces de hacer.

Draco asintió lentamente, su expresión seria. Aunque no estaba completamente de acuerdo con el enfoque de Harry, sabía que no podía detenerlo. Si Harry estaba decidido a seguir adelante, él debía estar allí para ayudarlo, para asegurarse de que al menos tuvieran un plan que minimizara los riesgos.

—Está bien —dijo Draco—. Si vamos a hacer esto, necesitamos asegurarnos de tener todo bajo control. Debemos estar preparados para cualquier cosa que pueda suceder.

Harry sintió una oleada de determinación mientras observaba a Draco. A pesar de todo, a pesar de la oscuridad que estaba consumiendo su vida, había algo reconfortante en tener a Draco a su lado. Aunque sus intenciones eran cuestionables, la conexión que compartían seguía siendo fuerte, y eso le daba una pequeña chispa de esperanza.

Con el plan en mente y los artefactos listos, Harry y Draco se prepararon para la siguiente fase de su misión. Sabían que lo que estaban a punto de hacer tenía el potencial de cambiarlo todo, y que las consecuencias podrían ser impredecibles. Pero también sabían que no podían dar marcha atrás, que el camino que habían elegido los había llevado a un punto de no retorno.

La noche avanzaba, y con cada minuto que pasaba, el futuro se volvía más incierto. Ambos estaban a punto de enfrentar una prueba que pondría a prueba no solo sus habilidades mágicas, sino también su fortaleza emocional. Lo que estaba en juego era más grande de lo que habían imaginado, y el impacto de sus decisiones resonaría mucho después de que la oscuridad de la noche se disipara.

Con un último vistazo a los artefactos y a la biblioteca que los rodeaba, Harry tomó una profunda respiración. Estaba listo para dar el siguiente paso, para enfrentar lo que viniera. Sabía que el camino no sería fácil, pero estaba dispuesto a enfrentarlo, con Draco a su lado y con la determinación de mostrarle al mundo lo que realmente significaba su poder.

La confrontación interna había terminado, y el verdadero desafío estaba a punto de comenzar.


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Cenizas de un Juramento: El Límite del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora