Sombras del Pasado

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Un frío inexplicable llenaba el aire mientras Harry caminaba por un paisaje oscuro y desolado. A cada paso, sentía que algo invisible se apretaba alrededor de su pecho, ahogándolo. Estaba solo, pero no dejaba de percibir una presencia amenazante, una figura borrosa que emergía lentamente entre las sombras, como si hubiera estado esperándolo.

A medida que avanzaba, la silueta comenzó a tomar forma, y su corazón se detuvo al reconocer los rasgos pálidos y serpenteantes de Lord Voldemort. Un escalofrío le recorrió el cuerpo al ver la Marca Tenebrosa flotando en el cielo, señal de muerte y oscuridad. Voldemort sonreía, pero su rostro parecía desintegrarse y luego rearmarse, atrapado en una especie de limbo entre este mundo y otro.

—Pronto, Harry Potter… pronto —susurró Voldemort, y el sonido era como un susurro helado que se colaba en cada rincón de su mente.

Harry se despertó de golpe, jadeando, el sudor frío pegándole la camisa al cuerpo. Se llevó las manos al rostro, tratando de controlar su respiración mientras el eco de la voz de Voldemort seguía repitiéndose en su mente. ¿Cómo era posible? ¿No estaba muerto? Una duda terrible se instaló en su corazón, y el sentimiento de pesadilla permanecía adherido, como si no pudiera sacudirse el frío de las palabras de Voldemort.

Se obligó a respirar profundamente para calmarse, tratando de convencerse de que había sido solo una pesadilla. Sin embargo, algo no estaba bien, algo en su interior se lo advertía con más fuerza que nunca. Intentando distraerse, salió de su habitación y dejó que sus pasos lo guiaran sin rumbo… hasta que, antes de darse cuenta, estaba frente a la puerta de la habitación donde dormía Draco, Harry entró sin pensarlo.

Draco estaba profundamente dormido, y Harry observó el ligero movimiento de su respiración, la forma en que el cabello de Draco se desordenaba sobre su rostro. Sin saber por qué, no pudo apartar la vista de él. Un extraño deseo de acercarse se apoderó de él, como si algo le empujara hacia Draco, aunque ni siquiera entendía la razón, una voz que sonaba lejana le incitaba a acercarse. ¿Era la inquietud por la pesadilla? ¿O algo más profundo e indescifrable que había estado latente?

Un ruido lo distrajo; al girarse, vio a Hermione en el umbral de la habitación, mirándolo con una mezcla de curiosidad y preocupación.

—Harry, ¿qué ocurre? Escuché un ruido… ¿estás bien? —preguntó ella en voz baja.

Harry parpadeó, alejándose de Draco, como si despertara de un trance. Respiró hondo, todavía agitado.

—Tuve un sueño… pero fue más que eso —murmuró, y la intensidad en sus palabras hizo que Hermione frunciera el ceño—. Voldemort. Soñé con él, pero después de despertar… todavía escuché su voz.

Hermione dio un paso hacia él, sus ojos se entrecerraron con una mezcla de preocupación y suspicacia.

—¿Estás seguro? ¿Podría haber sido solo el miedo residual del sueño?

Harry negó con la cabeza, sin poder sacudirse el sentimiento helado que había dejado esa voz.

—No, fue real. Esa voz estaba en la habitación conmigo, como si… como si nunca se hubiera ido realmente.

En ese momento, Draco murmuró algo en sueños y abrió lentamente los ojos, parpadeando mientras intentaba enfocarse en Harry y Hermione, visiblemente molesto por haber sido despertado.

—¿Qué pasa? —preguntó Draco con voz somnolienta, su tono seco, pero también mostrando una leve preocupación al ver la expresión de Harry.

Harry se acercó, con los ojos oscuros por el peso del sueño y la duda. Pero, sin darse cuenta, su mirada seguía fija en Draco, como si solo la presencia de Draco lograra calmar la agitación en su mente. Por un instante, los dos se observaron en silencio, la habitación cargada de una tensión inexplicable.

—Tuve un sueño —explicó Harry finalmente, su voz rota—. Lo vi… vi a Voldemort. Y cuando me desperté, escuché su voz de nuevo. No puedo evitar sentir que algo horrible va a pasar.

Hermione miró a Draco, buscando alguna reacción que aclarara la situación. Draco, exhausto y visiblemente irritado, se pasó una mano por el rostro, en un intento por sacudirse el sueño que aún lo embargaba.

—Potter… —suspiró finalmente, con voz grave y un tono entremezclado de preocupación y escepticismo—, sé que esto te preocupa, pero necesitamos descansar. De verdad. Mañana analizaremos todo esto, a fondo. Lo que sea que esté sucediendo… ahora mismo, no vamos a resolverlo.

Hermione asintió lentamente, mirándolo con comprensión y un toque de cansancio también. Harry apretó los labios, comprendiendo que tenía que esperar, aunque algo en su interior se resistía.

—Está bien —aceptó finalmente, aunque no se sentía realmente convencido—. Pero, por favor, prometan que no le diremos a nadie más sobre esto, al menos hasta que tengamos una idea más clara de lo que está ocurriendo.

Draco y Hermione intercambiaron una mirada de acuerdo. Hermione suspiró, aunque una preocupación latente se reflejaba en sus ojos.

—Harry… —dijo, mirándolo con seriedad—. Quizá el sueño esté relacionado con el ritual. La magia antigua y oscura tiene repercusiones de las que ni siquiera somos conscientes. Tenemos que asegurarnos de que cualquier puerta que se haya abierto con el ritual se cierre completamente.

Draco asintió, dejando salir un suspiro resignado.

—Lo revisaremos mañana. Ahora, salgan, intentemos dormir.

Harry asintió, aunque en su interior el miedo y la duda permanecían firmes, como sombras que no podía sacudirse. Harry y Hermione regresaron a sus respectivas habitaciones, pero el peso de la oscuridad que había surgido esa noche parecía haber dejado una estela de inquietud.

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Hasta ahora ¿Cómo les va pareciendo la historia?
Espero que la estén disfrutando, todavía faltan más cosas por descubrir.

Cenizas de un Juramento: El Límite del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora