Era una noche brillante en Seúl, llena de luces y música. BTS y Blackpink estaban en un evento benéfico, rodeados de fans y flashes de cámaras. Jungkook, con su corazón palpitando, se acercó al escenario. Había sentido una conexión especial con alguien en la sala, una sensación abrumadora que no podía ignorar."¿Qué me pasa?" murmuró para sí mismo, su mirada buscaba a Rosé, quien estaba cantando en el escenario. En ese instante, se dio cuenta: ella era su alma gemela.
Al finalizar el evento, Jungkook estaba ansioso por acercarse a ella, pero Tzuyu de Twice, que había estado observando todo, se interpuso.
"No lo hagas, Jungkook," dijo Tzuyu, con una sonrisa forzada. "Rosé... ella siente un gran odio hacia ti."
Jungkook se quedó helado. "¿Odio? ¿Por qué?"
"No lo sé, pero deberías mantener distancia. Es mejor así." Tzuyu le dio una palmadita en el hombro, ocultando su propia tristeza. En su interior, había anhelado que Jungkook la viera, aunque no fueran almas gemelas.
Con el corazón roto, Jungkook se alejó, evitando a Rosé. Esa noche, se lo contó a sus hyungs.
"¿En serio creen que ella me odia?" preguntó, con la voz entrecortada.
"¿Estás seguro de que es cierto?" Jimin, siempre atento, decidió que tenía que averiguarlo. Se acercó a Rosé más tarde.
"¿Oye, Rosie? Jungkook dice que Tzuyu le dijo que lo odias," le preguntó, intrigado.
"¿Qué? ¡No! Eso no es cierto," respondió Rosé, confundida y un poco indignada. "No tengo nada en contra de Jungkook."
"Entonces, ¿sabes que es tu alma gemela?" Jimin se atrevió a decir.
Rosé se quedó en silencio, procesando la información. "No... no lo sabía."
Esa misma noche, armada con la verdad y el deseo de aclarar las cosas, Rosé se dirigió a la casa de BTS. Con un nudo en el estómago, subió las escaleras y tocó la puerta del cuarto de Jungkook.
"¿Jungkook?" su voz temblaba. "¿Puedo entrar?"
Al abrir la puerta, encontró a Jungkook sentado en el borde de la cama, empapado en lágrimas. "¿Qué haces aquí?" preguntó, intentando ocultar su dolor.
"Vine a hablar contigo," dijo Rosé, con sinceridad en sus ojos. "Ya sé que eres mi alma gemela."
Jungkook levantó la mirada, sorprendido. "¿Cómo... cómo lo sabes?"
"Jimin me lo contó. No entiendo por qué Tzuyu dijo que yo que te odiaba. No es cierto, nunca lo fue," confesó ella, acercándose. "Quiero estar contigo."
El corazón de Jungkook se llenó de esperanza. "¿De verdad lo dices?"
"Sí," sonrió Rosé, su mirada era un reflejo de su propio anhelo. "Quiero que seamos más que amigos."
"Yo también quiero eso," dijo Jungkook, secándose las lágrimas. "Eres todo lo que he deseado."
Así, en medio de risas nerviosas y sonrisas, comenzó una hermosa relación, marcada por la conexión que siempre habían tenido. La verdad había triunfado, y ahora, juntos, estaban listos para enfrentar el mundo.
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