Era un día cualquiera en Seúl, y los integrantes de Blackpink y BTS se reunieron para ensayar juntos. Rosé, sin embargo, mantenía su distancia de Jungkook, a quien miraba de reojo. Su corazón latía con fuerza cada vez que él sonreía, pero su mente le decía que debía mantenerse alejada."¿Rosie, estás bien?" preguntó Lisa, notando su comportamiento. "Te ves un poco... distraída".
"Sí, estoy bien", respondió Rosé rápidamente, evitando la mirada de Jungkook, que intentaba acercarse a ella.
"Hola, Rosé", dijo Jungkook con una sonrisa, acercándose. "¿Te gustaría ensayar juntos?"
Rosé frunció el ceño, tratando de parecer indiferente. "No, gracias. Estoy ocupada", contestó, y se alejó, dejando a Jungkook confundido y herido.
Más tarde, mientras los chicos de BTS conversaban, Jungkook, quien se sintió abrumado por los constantes rechazos de la chica hacia él, se lo comento a sus amigos. "¿Hice algo malo? ¿Por qué me ignora? ¿Creen que no le agrade?" preguntó, con su voz temblando.
"Podríamos hablar con ella", sugirió Jin. "Necesitamos entender qué está pasando".
Los hyungs se acercaron a Rosé, pero ella se mantuvo en silencio, incapaz de confesar sus verdaderos sentimientos. "Solo queremos saber por qué la tratas así, Roseanne", insistió RM.
"No sé de qué hablan", murmuró ella, mirando al suelo.
Las chicas de Blackpink, preocupadas, decidieron que algo debía cambiar. "Haremos una pijamada y veremos qué pasa", propuso Jennie. Pero tenían un plan en mente: querían que Jungkook escuchara lo que realmente sentía Rosé.
Esa noche, durante la pijamada, Rosé se acomodó en el sofá mientras las chicas le hacían preguntas sobre su relación con Jungkook.
"¿Qué piensas de Jungkook?" preguntó Lisa con una sonrisa pícara.
Rosé titubeó. "Es... talentoso. Pero no quiero hablar de él", respondió, sintiendo la presión del corazón.
Sin que Rosé lo supiera, Jungkook estaba escondido en un cuarto contiguo, escuchando cada palabra. Las chicas continuaron.
"¿Te gustaría que te dijera algo sobre él?" preguntó Jisoo.
"Bueno... a veces siento que hay algo entre nosotros, pero..." Rosé suspiró, sintiendo la confusión. "No sé cómo manejarlo, me asusta lo que me hace sentir, así que lo ignoro".
Jungkook se quedó en silencio, sus emociones desbordándose al escucharla. "¿Realmente siente eso por mí? ¿Yo en serio le gusto?" pensó, con lágrimas de emoción llenando sus ojos.
Al día siguiente, Jungkook tomó una decisión. Escribió una canción que expresaba todo lo que sentía por Rosé. Al encontrarla, le dio una hoja con las letras escritas.
"Roseanne", dijo con voz temblorosa, "esto es para ti. Es una canción que escribí... me gustaría que la leyeras y pensaras en mis sentimientos".
Rosé tomó la hoja, intrigada. "¿Qué... qué es esto?"
"Si aceptas mis sentimientos, estaré esperándote en el último piso de nuestra empresa", dijo Jungkook, su corazón latiendo con fuerza.
Rosé miró a Jungkook a los ojos, sintiendo que todo lo que había ocultado comenzaba a salir a la superficie. "Está bien, lo haré", respondió, su voz apenas un susurro.
Cuando llegó al último piso, se encontró con una hermosa decoración de luces y flores. En el centro, estaba Jungkook, sosteniendo un enorme ramo de flores.
"¿Jungkook?" preguntó, sorprendida.
"Hola, Rosie. Quería crear un momento especial", dijo, sonrojándose. "Yo... ¿Te gustaría... Me permitirías ser tu novio?"
Sin pensarlo, Rosé se acercó y, con una mezcla de emoción y ternura, sellaron su romántico destino con un dulce beso.
"Siempre esperé este momento", susurró Jungkook.
"Yo también", respondió Rosé, sintiendo que por fin podían ser felices juntos. Sus corazones estaban entrelazados, y su amor había florecido en medio de la confusión.
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