Era un día emocionante en la sede de Big Hit Entertainment. BTS estaba a punto de grabar un nuevo capítulo de Run BTS, y las chicas de Blackpink habían sido llevadas como invitadas especiales. La energía en el aire era palpable, llena de risas y nerviosismo.Mientras los miembros de BTS se preparaban, Jungkook no podía evitar echarle miradas a Rosé, que conversaba animadamente con Jisoo y Lisa. Su corazón latía más rápido cada vez que sus ojos se encontraban.
Durante el primer juego, que consistía en un reto de adivinanzas, Jungkook y Rosé terminaron en el mismo equipo. Al escuchar las instrucciones, él se giró hacia ella.
—Vamos a ganar esto, Rosé. Solo sigue mi ritmo —dijo, sonriendo.
—No te preocupes, ¡estoy lista! —respondió ella sonriendo alegre y confiada.
A medida que avanzaban en el juego, la química entre ellos era innegable. Sus risas resonaban por todo el estudio, y los demás no pudieron evitar notar cómo se miraban cómplices.
—¡Mira cómo se miran! —bromeó Jin, señalándolos.
—Sí, definitivamente hay algo ahí —agregó Jimin, con una sonrisa traviesa.
Durante un descanso, Jungkook se acercó a Rosé, un poco nervioso.
—¿Te gustaría hacer el próximo reto juntos? —preguntó, con un brillo en los ojos.
—Claro, ¡será divertido! —respondió ella, sintiéndose emocionada.
El juego consistía en hacer mímicas, y cuando llegó su turno, Jungkook comenzó a imitar a un perro. Rosé se rió tanto que no pudo contener las lágrimas.
—¡Eres un tonto! —exclamó, mientras todos se reían.
El episodio terminó siendo un gran éxito, y la química entre Jungkook y Rosé se volvió el tema de conversación entre los miembros de ambos grupos.
Después de la grabación, mientras todos compartían una cena, Jungkook decidió que era el momento perfecto para acercarse a Rosé.
—Oye, Rosé. Me divertí mucho hoy. ¿Te gustaría salir algún día? —preguntó, un poco nervioso.
Rosé lo miró, sorprendida.
—¿Salir? No estoy segura... —dijo, mordiendo su labio.
—Entiendo si no quieres. Pero siento que tenemos una conexión. —Jungkook se apresuró a decir—. Solo quiero conocerte mejor.
—Sí, fue una gran química en el programa... —admitió ella, sintiendo que su corazón latía más rápido—. Está bien, acepto. Pero solo si es algo sencillo.
—¡Perfecto! ¿Qué te parece un café este fin de semana? —preguntó, iluminándose.
—Suena bien —respondió Rosé, sonriendo tímidamente.
El fin de semana llegó, y Jungkook y Rosé se encontraron en una acogedora cafetería. La conversación fluyó con facilidad, y cada risa solo fortalecía la conexión que habían comenzado a construir.
—¿Sabes? Nunca pensé que tendría la oportunidad de salir contigo —dijo Jungkook, tomando un sorbo de su café.
—Yo tampoco. Pero me alegra que hayamos podido conocernos —respondió Rosé, sintiendo que estaba donde debía estar.
—Así que... ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre? —preguntó Jungkook.
—Me encanta comer, tocar la guitarra y componer canciones. ¿Y a ti? —contestó, interesada.
—Me gusta pintar, practicar mis pasos de baile y, a veces, juego videojuegos con los chicos —dijo, sonriendo.
A medida que la conversación avanzaba, ambos se dieron cuenta de que había mucho más en común de lo que pensaban.
—Esto es realmente divertido. Espero que podamos hacerlo más a menudo —dijo Jungkook, sintiendo que todo estaba fluyendo naturalmente.
—Sí, definitivamente. —Rosé sonrió, sintiendo que esa conexión se volvía más fuerte.
Ambos sabían que este era solo el comienzo de algo especial, y con cada encuentro, sus corazones se entrelazaban un poco más.
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