7. Brazo

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Temas sensibles⚠️ En realidad quiero retratar que esto es el mundo de la mafia.
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Sarada seguía yendo a la oficina de Boruto para saber cómo iban las cosas, y él seguía atrapándola con su fanfarronería y besos. El rubio por fin había logrado obtener sus labios sin tener que suplicarle o darle información a cambio; ella se inclinaba para recibir su toque, se reía de sus estupideces, era feliz con su presencia. Además, por fin había ido el médico de la familia y le había quitado la férula, su muñeca había sanado de manera correcta y Boruto estaba feliz de que sus dos manos viajaran a su pecho con mayor libertad.

Él creyó que todo lo que podría haber entre ellos se arruinaría cuando lo encontró torturando cruelmente a uno de los secuestradores de su madre, realmente temió que ella vomitara al verlo. Pero ahora, en su oficina, con ella sobre su escritorio y él entre sus piernas...

—Deberíamos parar. —Sarada corrió su rostro, deteniendo el beso que se había vuelto más intenso y caluroso.

—¿Quieres parar? —preguntó jadeante contra sus labios. Tenía su agarre en sus muslos desnudos, había aprendido que apretar su carne le excitaba todavía más.

—Yo... No... —susurró.

—Ven aquí —sonrió y volvió a su boca, levantó sus manos para tocar sus antebrazos e invitar a que lo rodeara con sus brazos, pero al sentir un bulto en su piel volvió a separarse—. ¿Qué es esto? —Levantó la corta manga de su blusa, para ver lo que sobresalía en su piel.

—Un LARC —Ella puso los ojos en blanco al ver la consternación en el rostro del rubio—. Es un método anticonceptivo.

—Oh... —frunció el ceño—. Creí que no tenías novio ni tenías sexo con desconocidos ¿Por qué lo usas? —Alzó una ceja.

—Rompimos hace apenas dos meses y... nosotros... —apartó los ojos ante la potente mirada de Boruto—. Antes de todo esto, pensé que podríamos volver. —Fue sincera, porque sentía que debía ser abierta con él sobre eso.

—¿Antes de lo de tus papás o lo nuestro? —No quiso que los celos hicieran su voz más ronca y brusca, pero ya estaba tenso. Se echó un poco para atrás, para leer bien su rostro.

—No tendría cabeza para pensar en volver con un ex en un momento como este, Boruto —Suspiró cuando él se cruzó de brazos, esperando más—. Tampoco pienso en él ahora que estás aquí conmigo. —Murmuró, con las mejillas un poco rosas.

—Mm, bien —Sonrió y le dió un corto beso en los labios para que supiera que no sentía rencor—. Eso significa ¿no usas condón? —Una sonrisa pícara se extendió por sus labios, haciendo que el rosa se volviera rojo en las mejillas de Sarada.

—No usábamos... —apartó los ojos y jugó con uno de los botones de la camisa de Boruto, él también había aprendido que esa era una manía nueva para mantener a raya su ansiedad—. Pero ambos teníamos nuestros exámenes de ITS al día antes de comenzar a tener sexo, y yo volví a hacérmelos una vez lo nuestro terminó. —No tuvo que preguntar para saber que estaba limpia.

—Eres una adulta muy responsable —Sonrió—. Yo creí que era un rastreador —Su cabeza de nuevo se encendió—. ¿Tu tienes uno en el cuerpo?

—Por supuesto que no —Lo miró atónita—. ¿Por qué tendría uno?

—Todos en nuestra familia tienen uno, pero se enciende y alerta solo si nuestra frecuencia cardiaca es nula o está anormalmente alta —Volvió a ver la pequeña protuberancia en su brazo—. No es el estilo de los yakuza... —hizo círculos en su piel de forma delicada, haciendo temblar la respiración de Sarada.

Gangsta. (borusara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora