–Eres un gran mentiroso, niño –dijo el rubio en un tono serio– ¿Ya superaste a Luzu? Ni tú te lo crees, Quackity.
–¡Pero me estoy esforzando! –dijo ansioso y se abrazó así mismo– Pero por más que me esfuerzo no he podido sacarlo de mi cabeza.
–Te la pasas llorando todas las noches –puso los ojos en blanco– No digo que seas una molestia para mí, patito –pasó su brazo por encima de los hombros del mexicano– Pero no es sano para ti, te estás apagando por una persona que se muere de amor por alguien más.
–Si y absolutamente, tú no estás ayudando –hizo una mueca de disgusto.
–La verdad duele, animal de granja –soltó un suspiro y se llevó ambas manos a su cabeza– No sé porqué sufres por un chico, cuando tienes muchos detrás de ti.
–Ellos no son Lusu –frunció el ceño.
–Pff hay mucho mejores de Borja –sonrió un tanto engreído– Te ayudaré a buscar un nuevo novio y nos olvidaremos de Luzu.
–No necesito un nuevo novio –desvió la mirada un tanto desinteresado.
–No, tú necesitas como cinco pollas para estar satisfecho pero no te preocupes, eres mi mejor amigo y te acepto con tus preferencias –dijo emocionado.
–¡Rubius! –dijo avergonzado– Cabron, cierra la puta boca de una vez.
El rubio arqueó una de sus cejas– ¿Cuando te volviste tan grosero? Te enseñaré modales.
–No necesito novio y no necesito a Lusu –guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón– Pronto dejará de gustarme y me gustará alguien más pero por ahora estoy bien.
El noruego se quedó callado unos segundos, ordenando sus pensamientos, después sonrió divertido y palmeó la espalda del mexicano.
–¿Sabes? Deberías ayudarme con Matemáticas o mejor aún, tú haces mi tarea de matemáticas –propuso con una enorme sonrisa.
–No seré tu esclavo, wey –sonrió burlón– Ni que me estuvieras cogiendo.
El rubio hizo una mueca de desagrado y negó rápidamente con la cabeza– Estás muy lejos de ser mi tipo, Quackity.
Los adolescentes se dirigían a su clase entre bromas y conversaciones de temas extraños para cualquiera que caminara junto a ellos y lograra escuchar los argumentos extravagantes del rubio, pero justo antes de llegar a su clase, la sonrisa de Quackity decayó al visualizar a Luzu caminando por el mismo pasillo, en compañía de Samuel, era imposible no sentir un cosquilleo recorrerle del pecho hacia el estómago, sentir como si todo transcurriera en cámara lenta, mirar a Luzu caminar era como verlo desfilar.
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𝑹𝒐𝒊𝒆𝒓
Fanfiction𝐿𝑜 𝑐𝑜𝑛𝑜𝑐𝑖𝑠𝑡𝑒 𝑐𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑎𝑝𝑒𝑛𝑎𝑠 𝑒𝑟𝑎𝑠 𝑢𝑛 𝑝𝑢𝑏𝑒𝑟𝑡𝑜, 𝑡𝑒 𝑒𝑛𝑎𝑚𝑜𝑟𝑎𝑠𝑡𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑜... 𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑡𝑢 𝑙𝑜 𝑣𝑒𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑙𝑜 𝑚𝑎𝑠 𝑚𝑎𝑟𝑎𝑣𝑖𝑙𝑙𝑜𝑠𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟 𝑒𝑙 𝑚𝑢𝑛𝑑𝑜. 𝐸𝑙 𝑡...