| 007 "¿Por qué?"

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•Capítulo Largo




-¿Wilson?-lo miré sin entender. Dejó de jugar con el lápiz y se dirigió hacia mí, mientras metía sus manos en su bolsillo y me miraba con una sonrisa divertida y provocativa.

¿Qué se cree?

-Mi nombre es Willow, no Wilson-lo miré indiferente, intentando mantener la calma y no dejar que mi enfado se notara. ¿Cómo podía confundirlo? Era bastante obvio que lo hacía a propósito.

Itadori se encogió de hombros, su sonrisa no se desvaneció.

-No sabía que la delegada tendría un nombre tan... -hizo una pausa, su mirada se cruzó con la mía, y soltó una risa nasal que me erizó la piel y me hizo sentir incómoda-. Tan feo, aun que convina con vos-terminó, ya cerca de mí, mirándome desde arriba con su maldita sonrisa arrogante.

Me sentí invadida por su cercanía, pero no di un paso atrás. Me mantuve firme, intentando no dejar que su presencia me intimidara.

-Mi nombre no es feo-repliqué, frunciendo el ceño.

Itadori se rió de nuevo, su risa resonó en el salón y me hizo sentir enfurecida.

-Lo que vos digas, Wilson-dijo, su voz llena de burla y desdén-. No me importa, simplemente haz caso a lo que te dije, ¿si?-habló acercándose a mí, su aliento cálido en mi oreja.

Agarró un mechón de mi cabello, sonrió y se alejó estando por salir, pero mi voz lo detuvo.

-Si Yuji no me pide que me aleje de él, entonces no lo haré-hablé una vez que él cruzara la puerta, con voz firme.

-Así que no pierdas el tiempo intentando, hasta luego, Itadori-agregué, mi mirada desafiante y mi corazón latiendo con rabia.

Cerré la puerta quedándome nuevamente sola. ¿Qué se creía para venir a mandarme? ¿Quién se creía que era?

[..]

-¡Iris!-grité emocionada corriendo hacia ella con los brazos extendidos. La abrace fuertemente, sintiendo su calor y presencia luego de tanto tiempo sin verla. Ella me devolvió el abrazo con la misma intensidad.

-Pequeña Wily-saludo mi hermana mayor.

La extrañaba mucho, la ausencia de mi hermana mayor había dejado un vacío en mi vida. Estudia en el extranjero, persiguiendo su sueño y hace mucho que no la veo. Estaba en su ultimo año de carrera de administración.

Pero más allá de ser mi hermana, Iris siempre fue mi amiga, mi confidente, mi refugio. A pesar de nuestra diferencia de edad, nunca hubo una barrera entre nosotras. Ella siempre estuvo para mí, ofreciéndome apoyo y amor incondicional.

Recuerdo las veces que me sentí sola y abandonada por nuestra madre, que siempre estuvo más interesada en Kido y en Iris que en mí. Pero Iris nunca me hizo sentir que era menos importante. Al contrario, ella se esforzaba por hacerme sentir querida y valorada.

Me acuerdo de las noches que pasábamos hablando hasta altas horas de la madrugada, compartiendo secretos y sueños. Iris siempre me escuchaba con atención y comprensión, sin juzgarme nunca.

Y cuando nuestra madre me ignoraba o me criticaba, Iris estaba allí para consolarme, para recordarme que yo era digna de amor y respeto. Ella me hacía olvidar la dolorosa sensación de ser invisible para nuestra madre.

Pero también sentía una punzada de tristeza, sabiendo que su regreso era temporal. Pronto tendría que volver a dejarla, y la ausencia la volvería a sentir.

Desafiando El Orden | Ryomen Sukuna ⁺¹⁸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora