Desafiando El Orden | Ryomen Sukuna ⁺¹⁸

| 012 "Examen"

La puerta se abrió bruscamente, asiendo que me sobre salte en mi lugar.

-¿Qué hacen acá?-habló una profesora, su voz firme y autoritaria, mientras me levantaba rápidamente de el suel.

Sukuna se levantó también, con un aire de aburrimiento, estirando sus largas piernas y bostezando discretamente.

-Lo sentimos, venimos a buscar unos libros para estudiar-expliqué rápido, mostrándole los libros en mi mano-. Pero la puerta se cerró y no pudimos salir.

La profesora nos miró con desconfianza, su ceño fruncido y sus ojos entrecerrados. No parecía creernos.

-No deberían estar acá-dijo, su voz malhumorada y cortante, mientras revisaba su reloj-. Este es un área restringida para estudiantes.

Sukuna se encogió de hombros, sin inmutarse.

-Ya le dijimos que se cerró la puerta sola-habló indiferente-. Si no quiere que vuelva a suceder esto, no les cuesta nada arreglarla.

La profesora lo miro con recelo.

-Bien, váyanse-dijo finalmente-. Y no vuelvan a entrar aquí sin permiso. Maleducado-susurró lo último, pero de igual manera lo escuchamos.

Asentimos, y nos dirigimos hacia la salida, mientras la profesora nos seguía con la mirada, su expresión aún malhumorada.

-Parece que a alguien no le dieron anoche-dijo Sukuna, en un tono fuerte y burlesco.

Me reí en voz baja.

-No digas eso-negué con la cabeza y continuamos nuestro camino.

....

Finalmente, el tan esperado examen había llegado. El salón estaba en silencio, con todos los estudiantes sentados en sus lugares, expectantes y nerviosos. Yo me levanté de mi silla y comencé a entregar las hojas de examen por bancos, intentando mantener la calma.

La atmósfera estaba cargada de tensión, y podía sentir la ansiedad emanando de cada uno de los estudiantes. Sus ojos estaban fijos en el profesor, esperando las instrucciones finales antes de comenzar. Me aseguré de que cada uno recibiera su hoja y que no hubiera errores.

-Recuerden leer las instrucciones cuidadosamente-dijo el profesor Geto-. Tienen dos horas para completar el examen. No pueden salir del salón hasta que hayan terminado.

Con un último vistazo a la sala, dio la señal para que comenzaramos. Los estudiantes se inclinaron sobre sus hojas, y el silencio se rompió con el sonido de lápices y bolígrafos escribiendo furiosamente. El examen había comenzado.

[...]

—Creo que no iré al viaje—lloriqueó Kazumi, recargándose en mi hombro con una expresión dramática.

Me reí a carcajadas ante su actuación.

—No digas eso, seguro te irá bien—la alenté, abrazándola para consolarla—. Será divertido, y podrás pasar tiempo con Yuji.

Kazumi sonrió ligeramente, y su mirada se iluminó con esperanza.

Justo entonces, Kamito salió del salón, mirándonos con ojos saltones.

—¿Cuánto es 2+2?—preguntó, como si estuviera traumada por los números.

Nobara salió detrás de ella, hablando en voz baja.

—Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis—dijo, con una expresión seria.

Todas nos reímos a carcajadas ante la respuesta de Nobara.