| 003 "Golpe"

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Sukuna me miraba en silencio, con una sonrisa burlona y un brillo de diversión en sus ojos. Me miró con una mezcla de satisfacción y provocación, como si estuviera disfrutando de mi dolor.

-No digas nada-lo miré desafiante. Las miradas que me regalaban, me ayudaba a creer más la idea de que había sido a propósito.

Maldito profesor, pensé con resentimiento. Ahora me encontraba en la enfermería, junto a Sukuna, el culpable de mi dolor. Él había sido el que había provocado el golpe en mi rostro con su remate perfecto de la pelota, Habia que admitir que era muy bueno. Me dolía recordar el impacto, la sensación de dolor en mi nariz y la sangre que brotaba de ella.

Sukuna se recostó en la camilla, con una expresión de fingida inocencia en su rostro.

-No fue mi intención hacerte daño, delegada-dijo, pero yo sabía que no era cierto. Sukuna siempre había sido un poco presumido y le encantaba demostrar su habilidad en el campo de juego, sin importarle quién saliera lastimado en el proceso. Esta vez, había sido mi turno.

La enfermera entró en la habitación y comenzó a limpiar mi herida. "No es nada grave, en unas horas, la inflamaciónse ira.", me dijo, "pero debes tener cuidado". Yo asentí, todavía molesto con Sukuna y el profesor.

La emfermera salio y Sukuna se levantó de la camilla y se acercó a mí, sin quitar su sonrisa con una pizca de maldad.

-No te preocupes, delegada-me dijo-No vayas a llorar ¿si?-habló con burla. Pero yo no quería su compasión. Quería que se disculpara de verdad, que reconociera que había ido demasiado lejos. Pero sabía que eso no iba a suceder. Sukuna nunca se disculpaba por nada.

No dije nada, tampoco lo miré. Cerré los ojos levemente mientras sentía el frío de la compresa en mi frente.

-Es de mala educación dejar hablando a una persona sola-habló fingiendo indignación. Suspiré y lo observé, odiaba esa sonrisa de burla en su rostro.

-Dudo mucho que conozcas la palabra "educación"

-¿Por qué no me enseña? Delegada.

-Primero, empieza disculpandote por lo del otro día-solté enojada, recordando cuando me acuso de algo que no hice.

-¿Yo? ¿Qué hice, delegada?-ladeo la cabeza con un leve puchero, como si tratara de recordar. Me esta haciendo enojar, Respira Willow-

-Sabes muy bien, Itadori-lo miré con una mueca. No quería pelear, no era lo correcto. Si me dejó llevar por sus palabras, significa que el ganaría.

-Creo que lo he olvidado -se acercó peligrosamente a mí, su voz baja y seductora, pero aún así no bajé la mirada. Mantuve mi mirada fija en la suya, desafiante y firme, como un reto silencioso-. ¿Por qué no me hace recordar? -susurró en mi oído, su aliento cálido haciendo que cada pelo de mi ser se erizara. Un pequeño escalofrío recorrió mi cuerpo, pero no me moví. No quería darle la satisfacción de saber que me había afectado.

Pegó su mejilla a la mía, su piel suave y cálida. Suavemente se enfrentó a mí, su mirada carmesí sobre la mía, hipnotizante y profunda. Mi nariz y la suya estaban a milímetros de tocarse, y podía sentir el calor de su respiración en mi piel. Su mirada pasó de mis ojos a mis labios, y vi cómo se abrían levemente, como si estuviera a punto de besarme.

Se acercó a mí otro oído, su aliento cálido en mi oreja, y habló. Su voz era baja y ronca.

-No te me vuelvas a acercar así-solté con enojo, en un susurro audible para él.

-No pensé, no pensé que de cerca eras más fea, delegada- dijo con una sonrisa burlona, como si disfrutara de mi incomodidad.

Me sorprendió su comentario, pero no me dejé intimidar.

Desafiando El Orden | Ryomen Sukuna ⁺¹⁸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora