| 005 "Itadori Sukuna"

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Itadori Sukuna

—¿Tenés algo que decirme, Sukuna?—habló el viejo una vez que ingrese a la casa, con una mirada severa y una voz firme que me hizo sentir un nudo en el estómago. Solté un bufido molesto y lo ignoré, pasando a su lado para así subir por las escaleras. No tenía ganas de hablar con él, y comerme los sermones de siempre.

El abuelo siempre nos comparaba, a Yuji y a mí. Decía que Yuji era el perfecto, el amable, el que siempre hacía lo correcto. Mientras que yo era el rebelde, el problemático, el que siempre causaba problemas. Me decía que debía ser más como Yuji, que debía ser más amable y considerado. Pero nunca me dio atención, nunca me elogió. Siempre me culpaba cuando Yuji se lastimaba, siempre me decía que era mi culpa.

Y además, el viejo siempre le decía a Yuji que no jugara conmigo, que yo era una mala influencia para él. Decía que yo lo corrompería, que lo haría hacer cosas malas. Pero Yuji nunca le hizo caso, siempre quería jugar conmigo, siempre quería estar conmigo. Y yo lo apreciaba, yo lo quería por eso.

Recuerdo una vez que Yuji se cayó y se lastimó la rodilla. El abuelo me regañó, me dijo que había sido mi culpa, que debía haber cuidado mejor a mi hermano. Pero no fue mi culpa, Yuji solo se resbaló. Pero el abuelo nunca me escuchó, nunca me dio la oportunidad de explicarme.

A pesar de todo, nunca odié a Yuji. Siempre lo quise, siempre lo protegí. Él era mi hermano, mi gemelo. Y yo haría cualquier cosa por él. Y él sentía lo mismo por mí, siempre estuvo a mi lado, siempre me apoyó. Y eso me hacía sentir bien, me hacía sentir que no estaba solo.

—No me ignores—dijo el viejo, con una voz más alta, obligándome a detenerme en seco.

—¿Por qué me preguntas algo que ya sabes?—me di la vuelta y lo miré con una mueca, odio que la hagan tan larga. Sabía que estaba en problemas, pero no quería escucharlo.

—Recién empieza el año y ya llevas dieciséis faltas y no ingresas a clases—exclamó, expectante y molesto. Su voz era como un martillo que golpeaba mi cabeza.

—¿Algo que no sepa? Viejo—respondí con sarcasmo mientras rodeo mis ojos.

—¿Por qué eres así?—preguntó, con una mirada de decepción que me hizo sentir como si fuera un desecho.

—¿Por qué no soy como Yuji?—interrumpí, elevando una ceja, mientras lo miraba con una sonrisa graciosa. Siempre nos comparaban, pero me vale mierda lo que piensen de mí.

—No iba a decir eso, y no me interrumpas, mocoso.

—¿Entonces qué querés decir?—pregunté, con una voz desafiante. No tenía miedo de él, ni mucho menos respeto. Toda mi vida llevo a ignorarme o compararme con mis hermanos, una verdadera mierda.

—Quiero decir que debes cambiar tu actitud, Sukuna. No puedes seguir así, sin importarte nada ni nadie—dijo el viejo, con una voz cansada que me hizo sentir como si fuera un problema que no podía resolver.

—No voy a cambiar, viejo. Soy así y punto—respondí, con una sonrisa desafiante. No pienso cambiar por nadie. No pienso cambiar para que se sientan mejor.

—Ser así te va a llevar por un mal camino, Sukuna—dijo, con una mirada de tristeza.

Solté un bufido y empecé a subir las escaleras, pero su voz me detuvo.

—Espero verte mañana en mi cumpleaños, Sukuna—dijo con una voz esperanzada.

—No iré, así que no me esperes—terminé sin mirarlo, se que esta decepcionado, pero realmente no me interesa. No me interesa su cumpleaños, no me interesa su aprobación. Solo quiero ser libre de ser yo mismo.

Desafiando El Orden | Ryomen Sukuna ⁺¹⁸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora